El Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa, por sus siglas en inglés) indicó hoy que las necesidades de salud de mujeres y adolescentes son descuidadas muy a menudo en la respuesta humanitaria a desastres naturales y conflictos en el mundo.
Unfpa pidió en consecuencia un cambio fundamental para abordar la salud de las mujeres en conflictos y desastres.
De acuerdo con el más reciente informe de Estado de la Población Mundial de Unfpa llamado "Refugio en la tormenta", el mundo necesita establecer una nueva agenda de respuesta humanitaria que garantice que millones de personas, especialmente mujeres y adolescentes, no sean dejadas atrás.
De las 100 millones de personas del mundo que actualmente necesitan ayuda humanitaria, alrededor de 26 millones son mujeres y adolescentes en edad de tener hijos.
El informe añadió que los servicios de salud sexual y reproductiva críticos para la salud y supervivencia de las mujeres y adolescentes siguen siendo escasos en el momento en el que más se necesitan.
La mayoría de las muertes maternas ocurren en los países que son considerados frágiles por causa de conflictos o desastres y los embarazos y los partos matan a más de 500 mujeres diariamente en estos escenarios.
"Una de las áreas más débiles se ubica actualmente entre mujeres y niñas y en las instituciones que las atienden", indicó Unfpa en su informe anual de este año.
"Mientras el acceso desigual e injusto obstaculice sus derechos, capacidades y oportunidades, las mujeres y las niñas seguirán estando entre quienes más ayuda humanitaria necesitan y entre los peor equipados para contribuir a la recuperación o a la resiliencia", añadió el informe.
La demanda de ayuda humanitaria ha crecido cada año desde 2011, pero el financiamiento no se ha incrementado al mismo ritmo, lo que ha dejado brechas sin precedentes que se traducen en respuestas inadecuadas o insuficientes para millones de personas necesitadas, según el informe.
El director de Unfpa, Babatunde Osotimehin, señaló que diariamente, 507 mujeres y adolescentes mueren por causa del embarazo y de complicaciones durante el parto en situaciones de emergencia y en los países frágiles, a pesar del "notable avance" logrado en los últimos 10 años para proteger su salud y sus derechos.
"Debemos transformar juntos la acción humanitaria colocando la salud y los derechos de las mujeres y de los jóvenes en el centro de nuestras prioridades", dijo.
"Debemos luchar juntos por un mundo en el que las mujeres y las niñas ya no tengan desventajas en tantas áreas, sino que estén igualmente empoderadas para realizar su pleno potencial y aportar al desarrollo y la estabilidad de sus comunidades y naciones antes, durante y después de una crisis", señaló.
El informe señala que en un mundo frágil, las mujeres y las niñas pagan un precio desproporcionado por causa de la discriminación y la desigualdad de género que hace que tengan menos de casi todo: ingreso, tierras y otros activos, acceso a los servicios de salud, educación, redes sociales, voz política, protección igualitaria ante la ley y la realización de sus derechos humanos básicos.
"En muchos sentidos, más países son considerados frágiles ahora que hace cinco o seis años, lo que los vuelve más vulnerables al conflicto o a los efectos del desastre", indicó el informe. "Cuando se produce una crisis, las mujeres y las niñas tienen de manera desproporcionada más desventajas y están menos preparadas o empoderadas para sobrevivir o para recuperarse".
El informe pide ubicar la salud sexual y reproductiva en el centro de la acción humanitaria.
"Se requiere un cambio fundamental para alejarse de la reacción a los desastres y conflictos que se desarrollan y en ocasiones perduran a lo largo de décadas y para acercarse a la prevención, la preparación y el empoderamiento de individuos y comunidades para soportarlos y recuperarse de ellos", indicó en informe.
"La salud y los derechos de las mujeres y las adolescentes no deben ser tratados como una idea tardía de la respuesta humanitaria", dijo Osotimehin. "Para la mujer embarazada que está a punto de dar a luz o para la adolescente que sobrevivió a la violencia sexual, estos servicios vitales son tan importantes como el agua, los alimentos y el albergue", dijo.