BEIJING, 8 dic (Xinhua) -- La asistencia del presidente chino, Xi Jinping, a la cumbre del clima de París y su viaje a Africa han demostrado de nuevo el firme compromiso del país con la lucha global contra el cambio climático y con la ayuda a la promoción del desarrollo africano.
Con una "resolución extrema" y acciones tangibles, China se erige hoy en una gran potencia responsable en la escena global a la hora de abordar conjuntamente con otros países los retos climáticos globales y promover el desarrollo común de todo el mundo.
ACTOR CONSTRUCTIVO EN CAMPAÑA CLIMATICA
En la ceremonia inaugural de la conferencia sobre el cambio climático que se está celebrando en París, Xi reiteró la promesa realizada por China en junio de reducir sus emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB entre un 60 y un 65 por ciento con respeto a los niveles de 2005 antes de 2030, y de incrementar las fuentes de combustible no fósil en el consumo primario de energía hasta alrededor del 20 por ciento, además de llegar a su pico de emisiones de carbón antes del citado año 2030.
"Esto requiere unos esfuerzos arduos, pero tenemos confianza y determinación para cumplir con nuestros compromisos", aseveró Xi.
Aunque es un país en desarrollo y lo seguirá siendo por un largo periodo, China se ha comprometido de manera activa en la campaña global contra el cambio climático, y ahora se sitúa en cabeza del mundo en términos de ahorro energético y de utilización de las energías nuevas y renovables.
China, sobre la base de la innovación tecnológica e institucional, adoptará nuevas medidas políticas para mejorar la mezcla industrial, construir un sistema de bajo consumo de carbono, desarrollar la construcción ecológica y un transporte bajo en carbono, así como establecer un mercado nacional de comercio de derechos de emisiones de carbono, según el presidente.
"Como es el país en desarrollo más grande, los esfuerzos de China en cambio climático tienen un 'efecto secundario' y efectos 'ejemplarizantes' a nivel global", explicó el profesor de la Universidad de Beijing Zhang Haibin.
A la vez que emprende acciones audaces y progresa en su propia lucha contra el cambio climático, China también ha tomado parte activa en la cooperación internacional en la materia, y ha aportado asistencia dentro de sus capacidades a otros países en desarrollo.
El país ha firmado multitud de acuerdos climáticos bilaterales con grandes emisores como Estados Unidos, Francia, la India, Brasil y la Unión Europea.
Durante la visita de Estado de Xi a Estados Unidos el pasado mes de septiembre, los dos países emitieron una segunda declaración conjunta sobre el cambio climático, después del acuerdo alcanzado en noviembre de 2014, lo que envió la contundente señal de que las dos mayores economías del mundo aunarán esfuerzos para enfrentarse a este reto global.
En una declaración conjunta China-Francia sobre esta cuestión difundida durante la visita del presidente galo, Francois Hollande, a Beijing a principios de noviembre, los dos países acordaban disponer de un proceso de revisión quinquenal para evaluar y fortalecer los compromisos nacionales, a fin de asegurar que no habrá más de dos grados de calentamiento global a finales del presente siglo.
A lo largo de los años, China ha cumplido con seriedad con sus compromisos políticos de cooperación Sur-Sur para apoyar a los países en desarrollo en relación al cambio climático.
En septiembre, Beijing anunció el establecimiento de un fondo independiente de cooperación Sur-Sur de 20.000 millones de renminbi (3.100 millones de dólares estadounidenses) para ayudar a los países en desarrollo afectados por el calentamiento global.
El ministro peruano de Medio Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, afirmó que China, como economía emergente, ofreció una promesa concreta para luchar contra el calentamiento global, y añadió que este paso positivo y generoso beneficiará a aquellos países en desarrollo con falta de fondos.
En la cumbre del clima del París, Xi también prometió lanzar proyectos de cooperación el próximo año para poner en marcha 10 parques industriales pilotos de bajo consumo de carbón y para comenzar 100 programas de mitigación y adaptación en otros países en desarrollo, además de ofrecerles 1.000 oportunidades de capacitación en materia de cambio climático.
"Esto muestra la postura coherente de China de respaldar a los países en desarrollo", enfatizó el experto en cambio climático de la Universidad de Tsinghua He Jiankun.
FIRME DEFENSOR DEL DESARROLLO AFRICANO
Durante la segunda cumbre del Foro sobre la Cooperación China-Africa (FOCAC, siglas en inglés), que concluyó el sábado pasado en Johannesburgo, Sudáfrica, Xi propuso una serie de medidas para fortalecer los lazos China-Africa y anunció 10 importantes planes para fortalecer la cooperación bilateral de beneficio mutuo.
Xi también prometió aportar 60.000 millones de dólares estadounidenses en asistencia financiera a Africa, incluidos 10.000 millones de dólares para un fondo de cooperación China-Africa en materia de capacidad de producción.
Diversos analistas consideraron que la reunión no solo ha introducido a la segunda mayor economía mundial y "al continente más prometedor" en una nueva era de desarrollo común, sino que también ha sido testigo de la amistad fraterna y la asociación auténtica de China con Africa.
"Las estrategias de desarrollo y cooperación de China han ayudado al continente (africano) a crear una transformación económica y social rápida, visible y significativa", comentó el director asociado del Instituto de Diplomacia y Estudios Internacionales de la Universidad de Nairobi de Kenia, Gerishon Ikiara.
El experto destacó que el paquete de medidas propuesto por Xi revela las nuevas características de la política exterior de China sobre Africa y resaltó que este que fue establecido como una fuerza de impulso vital para el fortalecimiento de la cooperación pragmática bilateral.
De hecho, China ha estado aportando gran asistencia a los países africanos durante los últimos 60 años, especialmente a las naciones del Africa subsahariana, que están enfrentando las mayores dificultades en sanidad, reducción de la pobreza y estabilidad social.
Desde 2012, China ha ofrecido a países africanos préstamos por valor de más de 20.000 millones de dólares estadounidenses para apoyar sus infraestructuras, inversiones, empresas pequeñas y medianas, su agricultura y su sector manufacturero.
Entre los proyectos de gran envergadura se encuentran el famoso ferrocarril Tanzania-Zambia, el centro de conferencias y el complejo de oficinas de la Unión Africana en Etiopía por valor de 200 millones de dólares estadounidenses, así como muchos estadios, bibliotecas y escuelas en el continente.
Además de infraestructuras urbanas, China también ha estado ofreciendo ayuda en áreas como la educación, la sanidad y la estabilidad. Desde el estallido de ébola el pasado año, China ha entregado asistencia humanitaria por más de 117 millones de dólares y ha enviado cientos de trabajadores médicos a la primera línea en Africa Occidental, región golpeada por el virus.
Teniendo presente el principio de que "enseñar a alguien a pescar es mejor que darle un pez", el Gobierno chino también realizó unos 900 programas de asistencia en Africa.
Durante la reunión del FOCAC, Xi anunció que China ofrecerá a estudiantes africanos 2.000 oportunidades de educación con grados o diplomas y 30.000 becas gubernamentales.
"Culturalmente, China y los países africanos están ocupados en conocerse mutuamente. El anuncio sobre la oferta de becas será un gran impulso para el desarrollo cultural en países africanos", dijo Macharia Munene, profesora no numeraria de relaciones internacionales en la Universidad Internacional de Estados Unidos en Nairobi, Kenia.