El director de la Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), James Comey, indicó hoy que los dos responsables de la matanza de San Bernardino se radicalizaron mucho tiempo antes de empezar a relacionarse en línea.
"En realidad, se radicalizaron antes de empezar relacionarse en línea y desde fines de 2013 conversaban sobre la yihad y el martirio antes de comprometerse", dijo Comey en una comparecencia ante el Congreso.
La revelación parece contradecir una teoría anterior que afirmaba que Tashfeen Malik, de 27 años, la sospechosa nacida en Pakistán, podría haber convertido a su esposo Syed Farook, un ciudadano estadounidense de 28 años, a una ideología extremista.
Comey señaló que hasta ahora, los investigadores no han determinado si el inicio de las comunicaciones entre los dos agresores fue arreglado por algún grupo o si lo hicieron de manera natural por su cuenta.
"Esto es algo de mucha importancia que hay que saber", dijo Comey a los legisladores.
De acuerdo con investigadores estadounidenses, Malik se mudó en julio de 2014 de Pakistán a Estados Unidos y se casó con Farook el mes siguiente. Farook nació en Chicago, Illinois, y creció en el sur de California.
Comey hizo eco de importantes funcionarios de la comunidad de inteligencia y seguridad nacional de Estados Unidos y dijo hoy que el incidente representa nuevos desafíos para la seguridad interna pues extremistas violentos parecen prepararse para realizar ataques por su cuenta.
El 2 de diciembre, la pareja mató a 14 personas y lesionó a otras 21 en una fiesta navideña celebrada en un centro de servicios sociales del sur de California. De acuerdo con la policía local hubo "cierto grado de planeación" en el horrendo tiroteo.
La pareja tenía 1.600 municiones para rifle y balas 9 milímetros al momento de ser abatidos, además de 2.000 balas de nueve milímetros y 2.500 balas de calibre 0,223 en casa, indicó la policía.
La policía añadió que en la casa se encontraron 12 bombas de tubo y herramientas para fabricar bombas, sin contar las más de 100 balas disparadas durante la agresión y el tiroteo con la policía en el lugar de los hechos.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, describió la agresión como "un acto de terrorismo" en un discurso transmitido el domingo en horario de máxima audiencia, pero enfatizó que ninguna evidencia ha apuntado hasta ahora a la afiliación de los tiradores a algún grupo terrorista, incluyendo al Estado Islámico.