BEIJING, 22 ene (Xinhua) -- La actual visita del presidente de China, Xi Jinping, a Oriente Medio supone un hito en la construcción de una "comunidad de destino comuún" entre China y el mundo árabe.
Las dos civilizaciones alcanzaron la gloria en tiempos antiguos y se encuentran ahora en una senda de modernización, compartiendo problemas similares, así como el destino común de que pueden ser mutuamente prósperas a través de una cooperación más profunda.
La historia de las relaciones sino-árabes data de hace más de 2.000 años.
Situados en el centro de Eurasia, los árabes actuaron como agentes intermediarios entre China y Europa en la antigua Ruta de la Seda. A través de este conducto, los occidentales aprendieron sobre diversas culturas muy diferentes a la suya.
Pero en la historia moderna, tanto chinos como árabes sufrieron la agresión colonial de Occidente, y más tarde lograron una duramente ganada independencia. Esta experiencia compartida ha dotado de fuerza a las relaciones bilaterales.
No hay nadie en la actualidad en China o el mundo árabe que no desee ver un resurgimiento de su anterior gloria después de un largo período de declive. China tiene como objetivo un "gran rejuvenecimiento", y el mundo árabe desea asimismo la mejora de su economía, su sociedad y una mayor influencia global.
Por tanto, el desarrollo es la máxima prioridad tanto de China como del mundo árabe y, afortunadamente, las dos partes cuentan con muchas características complementarias. China tiene los fondos y la tecnología para construir infraestructuras, y los países árabes tienen los recursos energéticos, un gran mercado e industrias que necesitan actualización y diversificación.
El desarrollo reforzará las relaciones sino-árabes en todos los aspectos y logrará un acuerdo de beneficio mutuo para las dos partes. Con esto como máxima prioridad, las dos civilizaciones pueden llegar lejos.
Xi ha hecho hincapié en que el mundo es una comunidad de destino compartido y que ningún país puede resolver los problemas globales por sí mismo. En términos de sus desafíos compartidos, China y el mundo árabe se enfrentan a amenazas terroristas.
En su Libro de Política Árabe, publicado con antelación al viaje de Xi, China decía que está preparada para fortalecer la cooperación antiterrorista con las naciones árabes, incluyendo el diálogo político, el intercambio de información y la formación de personal.
Otros desafíos comunes son el cambio climático y las amenazas no tradicionales a la seguridad, tales como la piratería.
Solventar estos desfíos requiere unos lazos más estrechos entre China y los estados árabes y la comunidad de destino común puede ayudar a promover nuevas ideas para que las dos partes hagan avanzar la cooperación.