Muchas regiones a nivel provincial de China están planteándose reubicar a los residentes de áreas estériles y físicamente desfavorecidas para cumplir el objetivo de China de eliminar la pobreza de aquí a 2020.
Una provincia que ya ha tenido éxito con dicha estrategia es Gansu, en el noroeste del país, que ha recibido recientemente la visita de Stanlake Samkange, un responsable del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU, que ayudó a organizar y financiar un esquema de reasentamientos pionero.
Samkange pudo comprobar in situ el notable cambio en la suerte de los residentes del distrinto de Jingtai desde que fuera cercado por el desierto de Tengger a finales de la década de los años 80 del siglo pasado. Jingtai estuvo dividido en dos partes: sierras inaccesibles y áridas y un yermo con escasa vegetación.
China y el PMA desarrollaron un plan para reubicar a más de 400.000 habitantes de las montañas y convertir el erial en tierras de cultivo.
El gobierno construyó nuevas casas e instalaciones con el bombeo de agua de regadío del río Amarillo.
Kou Zongjun fue uno de los 115.500 habitantes de zonas montañosas que pudo entonces trabajar para conseguir preparar para el cultivo 24.700 hectáreas de tierra bajo un sistema del PMA que les da ayuda alimentaria a cambio de su esfuerzo
Los habitantes han mejorado su situación gracias al desarrollo de la agricultura de ahorro de agua y la ganadería. El año pasado generaron beneficios económicos por valor de 16.300 millones de yuanes (unos 2.500 millones de dólares), casi 20 veces el dinero destinado al proyecto de irrigación, de acuerdo con los datos oficiales.
El ingreso neto per cápita de los beneficiarios del programa del PMA fue el año pasado de 7.626 yuanes, 120 veces más de la suma acumulada antes de que se realizara el programa.
El distrito de Gulang en Gansu se plantea ahora seguir el ejemplo, con un reasentamiento semejante de otros 40.000 residentes en zonas montañosas.
Stanlake Samkange dijo que el PMA seguirá apoyando la lucha de China contra la pobreza.
El país todavía cuenta con una población rural de unos 55 millones que vive por debajo del umbral de la pobreza, establecido en unos ingresos anuales de 2.300 yuanes.