Por Ma Mengli
BEIJING, 15 abr (Xinhua) -- Los misiles lanzados durante los ejercicios militares conjuntos Estados Unidos-Filipinas el jueves han elevado de nuevo las tensiones en el Mar Meridional de China, pero no socavarán la resolución de China de salvaguardar su soberanía.
El jueves, EEUU reveló por primera vez que había realizado patrullas navales conjuntas con Filipinas en el Mar Meridional de China.
En una muestra de fuerza militar, el secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter, también anunció que cerca de 300 soldados y cinco aviones de ataque terrestre A-10 actualmente en Filipinas para los ejercicios militares anuales permanecerán en el país hasta finales de mes.
Con el incremento de su presencia militar en la región Asia-Pacífico, EEUU se está metiendo más y más en una disputa regional, sobre la cual había prometido permanecer neutral.
Washington ha enviado sus buques de guerra y cazas a las aguas y el espacio aéreo cerca del territorio de China en este mar durante los últimos años.
A finales de enero, un destructor equipado con misiles guiados de la Armada estadounidense navegó dentro de 12 millas náuticas (22 kilómetros) frente a Zhongjian Dao, parte de las islas Xisha de China, sin aviso previo a la parte china. Fue una clara violación del derecho internacional.
En marzo, EEUU y Filipinas anunciaron un acuerdo que permite una rotación de la presencia militar estadounidense en cinco bases filipinas, incluida una cercana a las islas Nansha de China, también en el Mar Meridional de China.
Al tomar una posición parcial a favor de los rivales reclamantes de China, la única superpotencia mundial no ha cumplido con su palabra.
Sin embargo, además de su compromiso de no tomar parte, hay que recordarle a Washington un simple hecho: ni su demostración de fuerza ni su intervención arbitraria afectará a la determinación de China de salvaguardar su soberanía y sus derechos marítimos.
Provocaciones, maniobras, intentos de involucrar a países independientes o demostrar una alianza militar con Washington no alterarán el histórico hecho de la soberanía china sobre las islas del Mar Meridional de China y sus aguas adyacentes.
De hecho, la provocación militar únicamente socava la paz regional y empeora la ya tensa situación de seguridad.
Manila debe dejar de enturbiar las aguas en la región y de pescar lo que le es conveniente políticamente a través de infringir los derechos e intereses legales de China.
También es imperativo que Washington cumpla con su compromiso de no tomar parte sobre el tema del Mar Meridional de China y permitir a las partes concernientes resolver el tema a través de las negociaciones, de acuerdo con la ley internacional.
China tiene confianza en la comunicación y el diálogo. El objetivo del país siempre ha residido en resolver la disputa del Mar Meridional de China de manera pacífica y el país permanece firme en lograr esta meta.
Como dijo el presidente chino, Xi Jinping, China da bienvenida a "países provenientes de fuera de la región" para tener una influencia positiva sobre la paz y el desarrollo de Asia, pero no a costa de minar la soberanía de ningún país, incluida la de China.
La ya complicada situación en el Mar Meridional de China requiere la sobriedad y la contención, no la intervención ni la estrechez de miras. Un enfoque equivocado simplemente creará problemas, finalmente podrá en riesgo la estabilidad regional y dañará los intereses de todos los países involucrados.