El gobierno de Paraguay anunció este viernes que no condonará la deuda de los campesinos que se movilizan desde la semana pasada en Asunción, aunque ratificó su voluntad de diálogo.
"La condonación de la deuda no es la solución y no es viable", puntualizó el jefe del Gabinete de la Presidencia, Juan Carlos López Moreira, tras una reunión con el mandatario paraguayo Horacio Cartes y con ministros en la residencia presidencial asuncena de Mburuvicha Róga.
De acuerdo con López, la alternativa para alcanzar un acuerdo con los campesinos pasa por la Ley de Rehabilitación Financiera que permite potenciar la productividad y rentabilidad de la agricultura de los pequeños productores.
"Trabajando juntos, las propuestas viables que se pongan en la mesa deben ser mejoradas con la participación de todos y para el beneficio de todos", señaló.
La Ley de Rehabilitación Financiera, vigente desde diciembre de 2015, establece la refinanciación de las deudas atrasadas de los pequeños productores a un plazo de 10 años y con intereses del 10 por ciento.
"Queremos ofrecer opciones para lograr soluciones de fondo, efectivas y permanentes que permitan que un pequeño productor rural tenga la mejor calidad de vida", concluyó López.
Los campesinos movilizados desde el inicio de este mes han bloqueado puntos clave de acceso vehicular a Asunción, con la generación de caos en el tránsito, además de permanecer acampados en la céntrica Plaza de Armas, frente al Congreso Nacional.
Los agricultores reclaman la derogación del impuesto al valor agregado (IVA) a los intereses de los créditos, tributo que entró en vigor este mes de abril, y la condonación de las deudas contraídas por los pequeños productores.
También piden la promulgación de la Ley de Fortalecimiento de la Agricultura Campesina e Indígena y un resarcimiento por la pérdida de su producción.
El gobierno paraguayo abrió el jueves una mesa de diálogo con los manifestantes, pero esta no alcanzó un acuerdo.
El ministro del Interior, Francisco de Vargas, acusó días atrás a los manifestantes de querer provocar una represión policial.