Miles de seguidores del clérigo chiita Moqtada al-Sadr empezaron a retirarse hoy de la Zona Verde en el centro de Bagdad con motivo de un importante ritual chiita y para dar tiempo a los partidos políticos para que acuerden las reformas exigidas por los manifestantes.
En una declaración emitida por un comité de colaboradores de Al-Sadr, responsable de organizar la protesta, se indicó que "desde una posición de fuerza, el público anuncia la evacuación de la Zona Verde".
La medida se produce mientras cientos de miles de musulmanes chiitas se reúnen en el mausoleo del imán Musa al-Kadhim, en el distrito de Kadhmiyah, norte de Bagdad, para conmemorar la muerte del séptimo de los 12 imanes chiitas más venerados.
En la declaración se reiteró la demanda de los seguidores de Al-Sadr para votar sobre los nuevos miembros del gabinete de los tecnócratas independientes.
Si el gobierno y el Parlamento hacen caso omiso a la exigencia de los manifestantes, estos pedirán elecciones anticipadas y las personas recurrirán a medios legales, como entrar a las sedes de las tres presidencias (del país, primer ministro y del Parlamento), a medidas de desobediencia legal y a huelgas, añadió la declaración.
El sábado, miles de seguidores de Al-Badr irrumpieron en la muy reforzada Zona Verde y tomaron el control del edificio del Parlamento y de las áreas circundantes, mientras decenas de legisladores, funcionarios y empleados intentaban escapar del distrito gubernamental.
La irrupción en la Zona Verde se produjo minutos después de que Al-Sadr pronunció un discurso televisivo desde la ciudad sagrada chiita de Najaf, en el que rechazó la más reciente aprobación de algunos miembros del gabinete propuestos por el primer ministro Al-Abadi.
"Ningún ministro del gobierno iraquí es nuestro candidato y representan únicamente a su gobierno", dijo Al-Sadr, quien confirmó que él y sus seguidores "no participarán en ningún proceso político que incluya sistema de cuotas".
Al-Sadr acusó a todos los bloques políticos de estar determinados a votar sobre sus ministros leales bajo del título de tecnócratas políticos.
Al parecer, algunos bloques políticos se han resistido a las reformas porque existe una falta de confianza entre los partidos políticos, que consideran que tales reformas marginarán sus facciones.
Una serie de intentos fallidos de emprender reformas han paralizado al gobierno y al Parlamento de Irak mientras el país combate al grupo militante Estado Islámico, el cual se ha apoderado de vastos territorios en el norte y occidente de Irak.
El país también necesita responder a una crisis económica causada en parte por el desplome del precio mundial del petróleo.