Miles de cubanos celebran fiesta del proletariado

Actualizado a las 02/05/2016 - 09:45

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Miles de obreros cubanos y miembros del pueblo en general acudieron este 1 de Mayo a las principales plazas de Cuba en el marco del Día Internacional de los Trabajadores, fiesta del proletariado.

Por la emblemática Plaza de la Revolución en la capital cubana -sede del acto central-, desfilaron más de 600.000 trabajadores organizados en bloques sindicales.

Maestros, personal de la salud, trabajadores del sector turismo, constructores, obreros portuarios, campesinos y numerosos representantes por cuenta propia, protagonizaron la marcha que por más de una hora no permitió ver el pavimento de la céntrica avenida.

"Lo especial de cada 1 de Mayo en Cuba es que se convierte en una fiesta donde celebramos todos los derechos que gozamos los trabajadores aquí", expresó a Xinhua la empleada Sonia García.

Sostuvo que significa además una fecha para reafirmar "nuestro compromiso con la Revolución y la dirigencia política del país".

Dijo que por ello los presentes compartieron un saludo caluroso al jefe de Estado, Raúl Castro, quien respondió sonriente a cada muestra de apoyo.

El mandatario cubano lo hizo desde la tribuna principal ubicada al pie del monumento al Héroe Nacional de la nación caribeña, José Martí.

Cientos de banderas, carteles, pancartas, música, euforia, consignas de "Por Cuba: Unidad y Compromiso" amenizaron el desfile, que contó además con la asistencia de jóvenes, estudiantes y jubilados, quienes de manera voluntaria decidieron unirse a la celebración.

El joven universitario Otto González comentó a Xinhua: "Esto es lo que nos hace cubanos y hace de este día una fecha única, es un símbolo que nos define y nos representa".

"Por tradición, costumbre y defensa de los derechos de los trabajadores que se han materializado en Cuba desde el triunfo de la Revolución", dijo.

Para la educadora capitalina retirada, Lidia Navarro, la movilización constituye una demostración de unidad, así como una expresión de solidaridad y compromiso con las causas justas de la humanidad.

"Llevo muchos años viniendo a la Plaza de la Revolución cada 1 de Mayo para defender los principios de la clase obrera, no sólo cubana sino mundial, y para ratificar nuestro apoyo al proceso de actualización del modelo económico y social emprendido por la dirigencia", sostuvo.

A los más de medio millón de cubanos participantes en el desfile se unieron casi 2.000 representantes de 209 agrupaciones gremiales, instituciones y movimientos sociales de 34 países, quienes viajaron a La Habana exclusivamente para formar parte de esta fiesta nacional.

El obrero argentino, Ricardo Alvarez, expresó a esta agencia informativa su emoción y agradecimiento de poder ver una demostración de apoyo tan multitudinaria.

"Cuba sigue siendo el faro de libertad de América, nosotros tuvimos esa libertad durante 12 años y ahora la perdimos, por eso estar hoy aquí es volver a respirar libertad", dijo.

A su vez, el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte, expresó que la celebración del Día Internacional de los Trabajadores constituye un momento de jolgorio y resistencia en la isla.

Expresó que representa un espacio para proclamar la satisfacción de vivir en esta tierra y exigir justicia frente a las maniobras desestabilizadoras del gobierno de Estados Unidos, que busca atentar contra la unidad latinoamericana y caribeña.

Guilarte enumeró como "condiciones imprescindibles" para la normalización de las relaciones con Washington, entre ellas el levantamiento del bloqueo económico y financiero impuesto por más de medio siglo.

Mencionó también la devolución del territorio "ilegalmente" ocupado de la base naval de Guantánamo.

El representante sindical reiteró que La Habana "mantendrá el apego irrenunciable a sus ideales revolucionarios y antiimperialistas, a su política exterior comprometida con las causas justas".

Señaló entre estas causas la defensa de la autodeterminación de las naciones y el incondicional apoyo a las naciones hermanas.

Denunció lo que llamó "complots" para debilitar procesos de unidad regional y revertir avances en materia de políticas sociales ejecutados por gobiernos latinoamericanos en países como Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y El Salvador.