BEIJING, 10 may (Xinhua) -- Ante el hito de la presentación por parte de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) de un proyecto económico destinado a estimular su economía, Pyongyang y Washington deben colaborar a fin de allanar el camino para la desnuclearización de la península coreana.
El plan de cinco años, el primero del país en 36 años, fue anunciado por el máximo líder Kim Jong Un en el recién concluido VII Congreso del Partido de los Trabajadores de Corea (PTC) gobernante, durante el cual Kim fue elegido presidente del PTC.
La importancia que Kim atribuyó a la economía en el evento realizado una vez en una generación fue un gran paso para mejorar los estándares de vida de su pueblo. Sin embargo, la economía es sólo la mitad de su política "Byungjin", que también enfatiza el desarrollo de las capacidades nucleares.
En un discurso de una hora transmitido el domingo, Kim enfatizó que la RPDC debe ampliar sus relaciones económicas de manera externa y subrayó su deseo de reintegrar a la RPDC a la comunidad internacional.
Al parecer, el líder de la RPDC entiende que la mejora del destino de su país depende enormemente del desarrollo económico estable y de un comercio internacional saludable.
No obstante, el impulso de Pyongyang para desarrollar su economía mientras refuerza su arsenal nuclear no será fácil; de hecho, podría ser imposible.
Un bloqueo occidental de décadas ya se sumó a las dificultades económicas de la RPDC, mientras que sus intereses nucleares costosos, que han puesto una carga extra sobre su economía, implican un riesgo de aislamiento mayor del país, lo que a su vez generará más problemas al interior del país.
Si sus capacidades de armas nucleares crecen "en calidad y cantidad" obstaculizarán las oportunidades de que Pyongyang se abra al mundo y establezca relaciones comerciales normales con otros países, lo que haría imposible lograr sus elevadas ambiciones económicas.
La declaración de Pyongyang de que no será la primera en lanzar un ataque nuclear, aunque lejos del consenso global de desnuclearización de la península coreana, debe encontrarse con una respuesta constructiva por parte de Washington.
Las tácticas de alta presión por parte de Estados Unidos son responsables de la hostilidad entre los dos países, y su renuencia a sostener conversaciones con la RPDC sólo ha exacerbado las tensiones.
La única forma de solucionar este atolladero, que sólo ha empeorado con las respuestas militares de represalia, requiere que Washington muestre moderación en su política beligerante contra la RPDC. Arrinconar a la RPDC inflamará las tensiones regionales, algo que no beneficia a nadie.
Terminar con el aislamiento de Pyongyang ayudará a la RPDC en el frente económico y puede llevar al descongelamiento de las relaciones entre Estados Unidos y la RPDC. Y principalmente, puede poner fin al prolongado problema nuclear.
Por ello, Pyongyang y Washington deben hacer su parte: el primero debe detener sus esfuerzos nucleares y el segundo debe ser más constructivo y menos beligerante. Sólo entonces podremos ver un cambio real en los lazos RPDC-Estados Unidos.