Cuba reeditó en 2016 la segunda tasa de mortalidad infantil más baja en su historia, con 4,3 niños menores de un año fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos, igual que el registro de 2015, anunicó hoy el Ministerio de Salud Pública del país caribeño.
El jefe del departamento Materno Infantil de la cartera, Roberto Alvarez, indicó que en 2016 ocurrieron 116.869 nacimientos, 8.195 menos que el año anterior, y se produjeron 497 defunciones en niños menores de un año (38 menos).
Alvarez destacó que con este resultado, Cuba se ubica entre las primeras 20 del mundo y, junto con Canadá, encabeza el continente americano.
Esta es la novena ocasión consecutiva que Cuba logra un indicador de mortalidad infantil por debajo de cinco fallecidos por cada 1.000 alumbramientos satisfactorios.
El mejor comportamiento de este indicador en Cuba es de 4,2 y se alcanzó durante los años 2013 y 2014.
Alvarez explicó que este resultado es posible al acceso universal a la salud, con un sistema sanitario donde participan miles de profesionales desde los consultorios médicos hasta los hospitales, incluidos hogares maternos, salas de cuidados perinatales, unidades de neonatología y de terapia intensiva pediátrica.
El funcionario agregó que también figuran la redes de genética médica, de cirugía neonatal y de atención cardiopediátrica.
Por provincias, nueve de los 15 territorios alcanzaron una tasa por debajo o igual a la media nacional, con Pinar del Río (extremo occidental) como la más destacada (2,1), mientras que en La Habana, donde residen más de dos millones de personas, la tasa fue de 5,0.
Las afecciones perinatales resultaron la principal causa de las muertes, seguida por las infecciones adquiridas en la comunidad y las malformaciones congénitas, en ese orden.
El funcionario subrayó que la tasa de mortalidad del menor de cinco años, considerada el principal indicador de progreso en el bienestar infantil, se mantuvo por quinto año consecutivo por debajo de seis, y se logró reducir de 5,7 a 5,5 por cada 1.000 nacidos vivos.
De igual manera, la tasa de mortalidad preescolar en el año recién concluido disminuyó de 3,6 a 2,9, al tiempo que el índice de mortalidad escolar fue de 2,2 por cada 10.000 pequeños de ese grupo de edad.