Ante el comienzo del 2017, un año significativo en el calendario político de China, el mundo está observando de cerca cómo avanza el país hacia el logro de sus dos objetivos centenarios.
Aunque el desarrollo de China se encuentra en un periodo de oportunidades estratégicas, la segunda mayor economía del mundo está enfrentando complejos ambientes externo e interno.
Al exterior, a la gente le preocupa la desacelerada recuperación de la economía global, la falta de impulso de crecimiento, el comercio y la inversión débiles, así como la respuesta negativa a la globalización, sin mencionar los ataques terroristas y la crisis de refugiados.
Al interior, la campaña de reforma de décadas de duración de China se encuentra en una zona de aguas profundas, donde se han cumplido las reformas más sencillas, pero las restantes son difíciles.
China, frente a la necesidad de reequilibrar la economía, está abordando problemas referentes a la reforma, desarrollo y estabilidad.
Sin embargo, a pesar de estos desafíos, el pueblo chino está más seguro que nunca de que el país logrará sus dos objetivos centenarios, que coinciden con el aniversario número 100 del Partido Comunista de China (PCCh) y de la República Popular China.
De acuerdo con los dos objetivos, para el 2020 el producto interno bruto (PIB) y el ingreso per cápita de China deben duplicar los niveles de 2010; además, debe completarse la construcción de una sociedad modestamente acomodada. Para mediados de este siglo, China debe convertirse en un país socialista moderno que sea "próspero, fuerte, democrático, avanzado culturalmente y armonioso".
La confianza del pueblo chino se basa en el firme liderazgo del Comité Central del PCCh, con el camarada Xi Jinping como núcleo. El liderazgo central tiene una importancia vital para el país y para el Partido.
Desde el XVIII Congreso Nacional del PCCh en 2012, el partido gobernante encabezado por Xi ha contribuido con nuevas ideas a la gobernanza de Estado al trazar una estrategia integral de cuatro niveles, que consiste en la construcción de una sociedad modestamente acomodada de forma integral, la profundización de la reforma, el desarrollo del Estado de derecho y la gobernanza estricta del Partido.
En la esfera económica, Xi ha prometido una amplia reforma estructural enfocada en la oferta, incluida la reducción de la contaminación y la eliminación gradual del exceso de capacidad.
El país busca progreso al mismo tiempo que se mantiene la estabilidad y se adapta a la nueva normalidad de desarrollo económico, al buscar un desarrollo innovador, coordinado, ecológico, abierto y compartido.
Además, las agencias del Consejo de Estado han cancelado o delegado poder de aprobación administrativa en 618 trámites, meta que se cumplió antes de lo previsto, con el fin de reducir la burocracia y simplificar la gobernanza.
También se han logrado avances en reforma judicial, reforma fiscal y tributaria, reforma de las empresas estatales, y en las fuerzas armadas. En éstas, se instaló un sistema de mando escalonado, integrado por la Comisión Militar Central y los cinco comandos de teatro de operaciones, en sustitución de los originales siete mandos de áreas militares, como parte de la reforma de la organización militar y una culminación del pensamiento militar de Xi.
Los resultados son alentadores. En la actualidad, China es una de las economías más importantes con el crecimiento más rápido del mundo y un elemento fundamental del comercio. Tiene unas fuerzas armadas poderosas integradas por más de dos millones de personas y es el principal contribuyente de personal de pacificación internacional entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La población rural que vive en la pobreza en el país ha descendido de 770 millones a 55,75 millones entre 1978 y 2015. Diez millones adicionales salieron de la pobreza el año pasado y China tiene el objetivo de erradicar por completo la pobreza para el año 2020.
Nunca antes ha estado el pueblo chino tan cerca de alcanzar sus sueños.
Por otra parte, la batalla del Partido gobernante contra la corrupción ha ganado un impulso demoledor, y ha abarca tanto a los "tigres" (funcionarios de alto nivel) como a las "moscas" (los de bajo nivel).
Entre los "tigres", durante la campaña cayeron Zhou Yongkang, ex miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del PCCh; Bo Xilai, ex jefe del Partido en la municipalidad de Chongqing; Xu Caihou y Guo Boxiong, ambos generales de alto rango y vicepresidentes de la Comisión Militar Central; así como Ling Jihua y Su Rong, ex vicepresidentes del máximo órgano de asesoría política de China.
Como dijo Xi Jinping alguna vez: "todas las personas son iguales ante la ley y las normas, y la aplicación de esas reglas no permite privilegios ni excepciones".
Aparte del progreso doméstico, China también se está acercando cada vez más al centro del escenario mundial. China organizó la Cumbre del G20 en Hangzhou y la reunión de líderes de economías del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Beijing, y ofreció remedios para la gobernanza económica global.
Las intensas giras de Xi por todo el mundo, que ya lo han llevado a 51 países en 24 viajes en cerca de cuatro años, han acercado a China a sus vecinos y amigos distantes por igual, con lo que ha establecido una nueva agenda global para la paz, el progreso, la prosperidad y la estabilidad.
En particular, en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, propuesta por el presidente chino, han estado involucrándose más de 100 países y organizaciones internacionales, mientras que el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, con 57 países miembros, ha comenzado operaciones.
La visión y esfuerzos de Xi hacia un sistema de gobernanza global más justo y a un nuevo tipo de relaciones internacionales basadas en una cooperación de ganar-ganar, así como sus viajes por todo el mundo, ayudaron a China a crear una imagen abierta, incluyente y responsable en el escenario internacional.
El XIX Congreso Nacional del PCCh se llevará a cabo en 2017. En total, más de 88 millones de miembros del Partido elegirán a 2.300 delegados que se reunirán en el Gran Palacio del Pueblo de Beijing en la segunda mitad del año y elegirán a un nuevo Comité Central.
Se espera que para ese entonces, el PCCh explique más cómo autogobernarse, cómo guiar a la mayor nación en desarrollo del mundo para sacar a más gente de la pobreza y avanzar en las reformas claves, así como sobre cómo construir una comunidad de destino compartido para toda la humanidad.