RIO DE JANEIRO, 11 ene (Xinhua) -- El presidente de Brasil, Michel Temer, admitió hoy los problemas que vive el sistema carcelario del país y calificó de "pavorosa matanza" los hechos ocurridos en una prisión de Manaus, que se saldaron con 59 muertos y a los que inicialmente se refirió como un "accidente".
"Esta es una cuestión que supera los límites de seguridad para preocupar al país como un todo", reconoció Temer ante la prensa este miércoles, tras una reunión con varios de sus ministros para analizar la crisis carcelaria.
"Para nuestra sorpresa, hasta cuando ellos hacen aquella pavorosa matanza, la hacen basándose en códigos propios", comentó el mandatario.
Desde inicios de año, más de 100 presos murieron en distintas prisiones brasileñas en reyertas entre facciones rivales que luchan por el control del tráfico de drogas, principalmente en los estados de Amazonas, en el que se encuentra la cárcel de Manaus, y Roraima, ambos en el norte.
Temer dijo que el Gobierno pasó a interesarse "mucho más" sobre la lucha entre bandas criminales por el tráfico de drogas y aseguró que las facciones "se constituyen bajo sus propias reglas jurídicas", que están "fuera del Estado".
Para el presidente brasileño, la realidad actual "exige" la construcción de nuevas cárceles porque las condiciones actuales son "inhumanas", debido a la situación de hacinamiento en casi todas ellas.
Tras las matanzas de inicios de año, el Gobierno anunció varias medidas para construir nuevas instalaciones carcelarias y dotar de más equipamientos a las actuales.