Mientras el presidente chino, Xi Jinping, visita Suiza para asistir a la reunión anual del Foro Económico Mundial (FEM), la Zona de Libre Comercio Asia-Pacífico (FTAAP, siglas en inglés), apoyada por Beijing, ocupa el centro de atención en medio del auge del proteccionismo en la región y una perspectiva sombría para el comercio internacional en 2017.
La FTAAP, una de las manifestaciones del empeño resuelto de China por fomentar la globalización, se concibe como una herramienta esencial para materializar la integración económica de Asia-Pacífico y se espera que sirva como modelo de globalización aportando vitalidad a la economía mundial y recuperando el entusiasmo por el libre comercio.
El nuevo bloque comercial ha ido cobrando fuerza especialmente después de que fuese aprobado un estudio colectivo sobre la FTAAP en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, siglas en inglés) en Lima, el primer paso relevante hacia su eventual realización.
NECESIDAD DE LA FTAAP
El año 2016 fue duro para el comercio y la economía mundiales.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) recortó su previsión de crecimiento del comercio internacional del 2,8 al 1,7 por ciento en 2016. También revisó a la baja el pronóstico para 2017 a una horquilla de entre el 1,8 y el 3,1 por ciento, desde el 3,6 por ciento anticipado previamente.
De forma similar, el crecimiento de la producción mundial registra también una tendencia depresiva.
"Con el crecimiento del PIB mundial previsto del 2,2 por ciento, 2016 será el año con un ritmo más lento de incremento del comercio y la producción desde la crisis financiera de 2009", dijo el bloque comercial en un comunicado de prensa divulgado en septiembre.
Entre tanto, la elección como presidente estadounidense de Donald Trump, que aboga por proteger la economía de su país y se ha comprometido a abandonar en cuanto asuma el cargo el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, siglas en inglés), un pacto comercial propuesto por su antecesor, Barack Obama, supone que la idea de la desglobalización gana terreno.
Pese a que Estados Unidos no sea quizás un actor clave a la hora de impulsar el comercio libre, los países de Asia-Pacífico siguen manteniendo altas expectativas sobre la integración comercial y económica, comentó a Xinhua Oh Ei Sun, investigador de la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam, de la Universidad Tecnológica Nanyang de Singapur.
"La responsabilidad de promover el libre comercio en la región recae naturalmente sobre China, la segunda mayor economía del mundo", afirmó. "Dado que la región Asia-Pacífico es la zona más ajetreada del mundo en comercio y economía, creo que la iniciativa china (de construir la FTAAP) iluminará en cierta medida a los países de Europa, Africa e incluso a EEUU".
El proceso hacia una FTAAP fue iniciado en la Cumbre de APEC de 2014 en Beijing, con la aprobación de una hoja de ruta. A continuación se realizó un estudio estratégico cuyo resultado fue aprobado por la reunión de Lima.
Al englobar a las 21 economías de APEC a través de la liberación comercial, la FTAAP, una vez establecida, se convertiría en la mayor zona de libre comercio del mundo, con el 57 por ciento de la economía mundial y cerca de la mitad del comercio internacional.
El presidente chino la ha calificado como "una iniciativa estratégica fundamental para la prosperidad a largo plazo de Asia-Pacífico" y ha instado a buscar con firmeza el acuerdo comercial como mecanismo internacional para garantizar una economía abierta en la región.
"Debemos guiar con vigor la globalización, promover la equidad y la justicia, y hacer que la globalización sea más resiliente, inclusiva y sustentable, de forma que la gente obtenga una porción justa de sus beneficios y vea que tiene en ella una participación", dijo Xi en un discurso en el encuentro empresarial APEC CEO en la cumbre de Lima.
VIAS PARA AVANZAR EN LA FTAAP
Los miembros del APEC debe seguir adelante con el proceso de la FTAAP de una manera "integral y sistemática", según Zhang Jun, director general del Departamento de Asuntos Económicos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
"El proceso hacia la FTAAP debe servir como rechazo a la antiglobalización y herramienta para fortalecer la integración regional de Asia-Pacífico", dijo Zhang, citado por el diario South China Moring Post en noviembre pasado.
"La FTAAP, muy inclusiva, puede abrazar economías con diferentes niveles de desarrollo y dar cabida plenamente a sus necesidades de desarrollo y comodidad. Una vez establecido, repartirá ganancias económicas dejando pequeño a cualquiera de los TLC regionales actuales", concretó.
También "trazará el curso de la integración de varios acuerdos comerciales en la región, enfrentando el reto de la fragmentación en la cooperación regional y promoviendo la integración económica regional en Asia-Pacífico", añadió Zhang.
Para aunar a las 21 diversas economías de Asia-Pacífico bajo el mismo conjunto de reglas de comercio e inversión, las partes necesitan tiempo y ser pacientes en las negociaciones futuras a partir de una perspectiva a largo plazo, indicó Han Jae-jin, destacado investigador del Instituto de Investigación Hyundai, en una entrevista reciente con Xinhua.
"Los TLC bilaterales y los 'mega' TLC tienen algo en común. Requieren concesiones en asuntos sensibles y comprensión de las diferentes situaciones. Llevan tiempo y precisan de un diálogo prolongado", dijo Han.
Promover la FTAAP sobre la base del TPP y de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, según las siglas en inglés) es el plan ideal, indicó a Xinhua el profesor asociado de la Facultad de Ley de la Universidad Nacional de Singapur, Wang Jiangyu.
Esto se debe, precisó, a que el primero está en un callejón sin salida y la segunda también se enfrenta con grandes desafíos debido a los distintos niveles de desarrollo en sus países miembros.
La RCEP es un pacto de libre comercio firmado por los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y otros seis países: China, la India, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda.
"China puede promover la FTAAP de una manera ordenada sobre la base de los actuales acuerdos de libre comercio", apuntó Wang.
A su juicio, China puede celebrar negociaciones bilaterales de libre comercio con países dispuestos a abrir sus mercados dentro del marco de la RCEP y a actualizar los existentes acuerdos bilaterales de libre comercio a fin de promover la formación de la RCEP.
Además, para hacer de la FTAAP una zona significativa de libre comercio de la cuenca del Pacífico, los líderes de China y EEUU, dos actores claves en la región, deben "debatir asuntos con miras a crear un punto de partida significativo para la FTAAP", señaló Kim Young-Gui, investigador del Instituto de Política Económica Internacional de Corea.
Junto con el desarrollo y la convergencia económica mundiales, la conectividad, además de la liberalización y la facilitación comercial y de inversión se han convertido en un motor clave para la integración económica regional.
"Si se combina con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la promoción de la FTAAP sería más efectiva", expresó Han, investigador del Instituto de Investigación Hyundai.
La Iniciativa de la Franja y la Ruta, propuesta por China en 2013, se refiere a la Franja Económica de la Ruta de la Seda y a la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI, y aspira a conectar Asia con Europa y Africa a través de rutas terrestres y marítimas.
Desde el lanzamiento de la iniciativa hasta julio de 2016, las empresas chinas habían establecido 52 zonas de cooperación económica en los países a lo largo de la iniciativa, además de haber obtenido unos ingresos fiscales de 900 millones de dólares y creado casi 70.000 empleos locales.