China tiene como fin limitar el consumo de carbón a 4.100 millones de toneladas para el año 2020 y usar combustible más limpio.
Para 2020, la proporción de carbón en la mezcla energética del país caerá por debajo del 58 por ciento, según el plan quinquenal para 2016-2020 del sector energético, emitido por la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma y la Administración Nacional de Energía.
El carbón representó un 64 por ciento de la energía primaria en 2015.
Para 2020, el consumo total de energía de China se limitará a 5.000 millones de toneladas equivalentes de carbón, lo que representará un alza anual de cerca del 2,5 por ciento entre 2016 y 2020.
La proporción de combustibles no fósiles crecerá hasta superar el 15 por ciento y la de gas natural alcanzará el 10 por ciento.
El impulso de una energía más limpia es parcialmente una respuesta a la alta contaminación del aire que afecta al norte de China, que impulsó al gobierno a acelerar sus esfuerzos en la lucha contra la contaminación.
El esmog, niebla más contaminación, provocó que se activasen alertas rojas en más de 20 ciudades en el comienzo del año. A pesar de que varían en China, las fuentes del esmog, que van de las condiciones climáticas hasta las emisiones de los automóviles y los residuos industriales, el consumo de carbón durante el invierno constituye un factor principal.
Las sustancias directamente relacionadas con la combustión del carbón son peligrosas para la salud. Entre las mismas se incluyen los sulfatos y el hollín, que son importantes componentes de las PM2,5, partículas atmosféricas de menos de 2,5 micrones de diámetro.
El plan también promete una reducción del 18 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono por unidad del PIB para el año 2020, en comparación con el nivel de 2015.