Por Abel Rosales Ginarte
La dedicación de Qiu Xinnian por el idioma español, los términos médicos y la medicina tradicional china no tiene fin. En 1964 formó parte del grupo de jóvenes chinos enviados por el Ministerio de Educación Superior para estudiar español en Cuba. En ese país siguió siendo un excelente estudiante por lo que después de concluir en la Universidad de La Habana, trabajó con la delegación china que ayudó a crear el Instituto de Suelos y establecer el mapa de suelos de la mayor isla del Caribe en los años sesenta del siglo pasado. “Yo tenía que traducir todo, oralmente y por escrito, un trabajo muy laborioso, pero aprendí mucho, la base de mi español se hizo multidisciplinaria, más sólida, más amplia”, reconoce Qiu.
Veinte años después de haberse jubilado como diplomático y traductor mantiene el apego especial por su tierra. De su intensa labor profesional han salido títulos únicos que facilitan el futuro desarrollo de los profesionales chinos. El Glosario de Medicina Chino-Español (1986), el Glosario Oftalmológico Chino-Español, el Diccionario de Medicina Español-Chino y el Diccionario de Medicina Chino-Español (2010) con 65 mil vocablos cada uno demuestran la voluntad indetenible de su autor. Actualmente ha ido agregando más de cuatrocientos nombres de plantas medicinales chinas en los dos idiomas a la edición digital de los dos últimos diccionario que confiamos en un futuro se convierta en un libro.
Qiu Xinnian, autor de libros únicos entre los hispanistas chinos
Pero, ¿qué situación lo condujo hasta el camino del estudio de los términos médicos? Después de concluir su trabajo en Cuba y regresar al país laboró en el Buró Estatal de Turismo de China que pertenecía al Ministerio de Relaciones Exteriores. En 1975 atendió a dos turistas mexicanos que visitaron China con la clara intención de conocer a Chen Zhongwei, jefe del Departamento de Ortopedia y Traumatología del Hospital Número 6 de Shanghái: “Ese hospital era mundialmente famoso por sus destacados éxitos en la reimplantación de miembros amputados”. Chen, había realizado en 1963 el primer procedimiento de reimplantación exitoso, lo que le dio prestigio internacional. “Los dos cirujanos mexicanos querían intercambiar experiencias con el doctor Chen”, explica Qiu.
Los traductores chinos reconocieron la complejidad del tema. “Todos los traductores involucrados sabíamos lo difícil de traducir una conversación entre profesionales de medicina, pues la reimplantación de miembros amputados era muy poco conocida y totalmente nueva para nosotros, no habíamos vivido ninguna experiencia al respecto, y no había ningún material de referencia en español, no podíamos hacer ningún preparativo previo. Según la costumbre los guías de Shanghái debían encargarse de la traducción, pero ellos eran más jóvenes y menos experimentados, me pidieron hacerlo en su lugar. Lo acepté para un posible mejor resultado”, recuerda.
Qiu Xinnian, autor de libros únicos entre los hispanistas chinos
Después de una jornada completa Qiu Xinnian descubrió que muchos términos eran desconocidos para él, incluso algunos en chino y que otros ni siquiera podía explicarlos: “Aunque elogiaron mi trabajo descubrí que términos como revascularización, anastomosis vascular, necrosis, desbridamiento ni siquiera los conocía. Para este último, usé limpieza y en el caso de hematoma empleé hinchazón. La traducción fue comprensible, pero no en términos profesionales. Varios términos ni los sabía explicar, por ejemplo perineurio, fascículo, colgajo, pediculado entre otros”.
Ese día cambió para siempre la vida de Qiu quien decidió preparar un diccionario que permitiera a las nuevas generaciones de traductores chinos tener un libro de referencia que los ayudara en su desempeño profesional dentro y fuera del país. También es un documento esencial para las embajadas de China en los países hispanohablantes ante cualquier emergencia médica.
En 1978 llegó a Argentina para trabajar en la embajada de China en Buenos Aires. Ese país es uno de los más avanzados de la región en medicina, especialmente en cardiología. Personalidades como el doctor Domingo Liotta o René Gerónimo Favaloro entre otros ya eran conocidos mundialmente. Allí pudo estudiar en sus ratos libres y ayudar a sus compañeros. “Cuando los colegas de la embajada supieron que yo sabía algo más de medicina casi todos me invitaban a acompañarles cuando iban al médico, incluyendo los que hablaban castellano si su caso era grave, de modo que yo era bien conocido entre los médicos del Hospital Italiano, el mayor de Buenos Aires”, destaca Qiu cuyo nombre en español es Eugenio. Tales visitas le sirvieron para aclarar dudas y descubrir nuevos términos médicos.
En esa época algunos incidentes le ayudaron a comprobar la necesidad de escribir un diccionario. “Un colega, con buen nivel de español, sufría de hipertensión, pero ningún fármaco hipotensor le sirvió. Una vez le acompañé al hospital y consultamos al jefe del departamento, el doctor dijo que el responsable de tal situación era un tumorcito suprarrenal que se podía diagnosticar con una tomografía computarizada. Sin haber aprendido algo de medicina, ¿quién de nosotros podía saber a qué se refería el médico? Felizmente el asunto se resolvió y a ese colega se le estabilizó la presión arterial”, explica mientras sonríe. Igualmente ocurrió con un colega chino que perdió la visión debido a un desprendimiento de retina.
Qiu Xinnian, autor de libros únicos entre los hispanistas chinos
Durante esa etapa fue decisivo el regalo que le hiciera el doctor Liotta entonces Ministro de Salud Pública de Argentina: “Me entrevistó y me regaló el Diccionario Enciclopédico de Ciencias Médicas. Hasta ahora sigo usando este valioso diccionario. Le reitero mi sincero agradecimiento al doctor Liotta”. En esa época también visitó la residencia del genial escritor Jorge Luis Borges. Los datos de esa visita permanecen en un diario que Qiu guarda cuidadosamente.
La lectura de la mayoría de los documentos sobre San Martín facilitados por el Instituto Sanmartiniano alimentó sus conocimientos sobre la historia del sureño país: “Publiqué un libro titulado Biografía de San Martín en chino, lo que me dio el prestigio de miembro honorario de dicho Instituto. Publiqué Leyendas de América Latina y además escribí varios artículos sobre Argentina”.
Entre 1988 y 1991 trabajó en la embajada de China en el Perú, pero continuó adentrándose en la medicina. Tantos años de estudio le permitieron llegar a conclusiones valiosas como por ejemplo la necesidad de promover la medicina tradicional china.
Qiu Xinnian, autor de libros únicos entre los hispanistas chinos
“Un diccionario es una obra inacabada. A los míos se les debe enriquecer su contenido, sobre todo en cuanto a la nomenclatura de fármacos y de la medicina tradicional china”, reconoce Qiu. Actualmente ha agregado más de 400 nombres de plantas medicinales chinas a la versión digital de los diccionarios publicados en 2010 que esperamos ver publicados en un futuro para un mayor reconocimientos en el mundo hispanohablante de la medicina tradicional china.
Ahora sigue de cerca los avances de la ciencia médica, pero centrado en la medicina tradicional china que merece mayor esplendor. Sostiene que los daños provocados por los productos químicos usados en los fármacos concientizan al mundo de la necesidad de enfocarse en la fitoterapia. “La medicina china es una medicina holística, preventiva, segura, de bajo costo, disponible para todos, sobre todo la acupuntura, el masaje y la quiropráctica, y muchas recetas caseras que son baratas y simples pero curativas”, concluye Qiu Xinnian mientras continua trabajando en sus nuevos proyectos concentrados en la medicina tradicional china.
Actualmente escribe en español un libro sobre plantas medicinales chinas y las leyendas de cada una, por lo que el volumen se anuncia muy atractivo. Es emocionante su vigor, pues un anciano de 82 años sigue aportando a su país sin fines lucrativos. La obra que ha realizado es única de su tipo en el mundo entre las publicaciones de los hispanistas chinos dentro y fuera del país.
(Web editor: Felipe Chen, Rocío Huang)