China necesita ser más activa en el Ártico

Pueblo en Línea  2017:06:26.15:54

Por Artur Gushchin

China necesita ser más activa en el Ártico

Beijing, 26/06/2017 (El Pueblo en Línea) - Para finales del 2019, China planea duplicar la capacidad de sus rompehielos incorporando un nuevo buque de investigación a su flota. Sin dudas, éste será un gran salto adelante para que Beijing entienda mejor -y desde el Ártico- las terribles consecuencias del cambio climático y ahonde su compromiso de convertirse en un crucial protagonista en la región.

Los Estados Unidos, Rusia y los países nórdicos ya utilizan sus conocimientos y agilizan esfuerzos para obtener los máximos beneficios del Ártico. Para igualar el ritmo de estos países, China tiene que acelerar su participación en actividades regionales como el transporte, la extracción de recursos naturales y concentrarse en los nuevos mercados emergentes del Ártico.

La entrega, a través de la Ruta del Mar del Norte, de mercancías y contenedores en tránsito hacia Europa encajan perfectamente con el concepto de la iniciativa “Cinturón y Ruta”. En este sentido, China tiene que ofertar y negociar más para que las otras partes se interesen e involucren.

Paralelo a ello, China y Rusia deben analizar con mayor precisión los modelos de transporte a aplicar en centros de transición, transporte de contenedores y tránsito de carga general. También deben resolver el problema de la navegación en mares congelados y con icebergs. Al mismo tiempo, tienen que realizar más viajes de prueba para reducir las incertidumbres del sector marítimo en cuanto a los tiempos de navegación, tipos de buques a utilizar y sistema tarifario. Atar esos cabos sueltos ofrecerá a las compañías navieras chinas una gran ventaja competitiva frente a Japón y la República de Corea, que buscan un nuevo corredor de tránsito.

Las inversiones adicionales en depósitos de petróleo y gas ruso y nórdicos se convertirían, a largo plazo, en activos lucrativos en alta mar para Beijing. Le permitirá adquirir conocimientos tecnológicos, adquirir recursos y consolidarse como el motor impulsor más importante del desarrollo regional. Además, el desembolso de este capital servirá de base para la construcción conjunta de infraestructuras en el Ártico, cuyo financiamiento pudiera salir del fondo “Cinturón y Ruta”, añadiendo una dimensión septentrional a la iniciativa china.

No debemos olvidar que el Ártico posee una amplia variedad de minerales, recursos forestales e hidrocarburos que podrían tributar a las industrias chinas y ayudar a torcer derroteros para una "economía verde circular", tal y como hoy se practica en los países nórdicos.

El Ártico se está convirtiendo en una región en la que las tecnologías pioneras desempeñarán un papel central y crearán, a medio plazo, nuevos mercados. Estas tecnologías incluyen buques autónomos no tripulados, vehículos pilotados a distancia, robots marinos, aviones no tripulados, proyectos -a pequeña escala- de gas natural licuado, buques cruceros y de investigación, operaciones en alta mar de cadenas de valor y "energía verde". En un futuro cercano, este tipo de tecnologías se pueden implementar. Existen recientes avances realizados por empresas privadas en Noruega, Estados Unidos, Reino Unido, Dinamarca y Finlandia, entre las que se incluyen Rolls-Royce e IBM. Japón y la República de Corea también están deseosos de obtener ventajas competitivas, aumentando su financiamiento en investigación de buques autoguiados para carga comercial, tecnología que debe estar lista en poco más de una década.

El desarrollo de nuevas tecnologías no se logra de ahora para luego. En estos sectores, Beijing debe formar rigurosos grupos de trabajo para aumentar la eficiencia de las investigaciones. Una colaboración mucho más inteligente entre grupos de investigación científica de las principales universidades e industrias chinas podría ayudar a cumplir los objetivos nacionales en el Ártico. También un aumento en los fondos de investigación ayudará a los científicos chinos a mantenerse un paso por delante de sus homólogos asiáticos, previendo desafíos y avecinando oportunidades.

La red satelital Gaofen, que incluye la primera estación terrestre de satélite extranjero de propiedad china 100 porciento, es un buen ejemplo de la comprensión y visión que tiene el gigante asiático en relación al Ártico.

El autor es investigador del Ártico en Akvaplan-Niva (Noruega) y profesor visitante en el Instituto de Desarrollo de Fudan, China.