RIO DE JANEIRO, 28 sep (Xinhua) -- El gobierno brasileño anunció hoy que los mil militares y diez vehículos blindados que desde el viernes pasado ocupan la favela de Rocinha, la mayor de Río de Janeiro, regresarán mañana a los cuarteles tras haber puesto fin a la disputa entre dos bandas de narcotraficantes rivales por el control de la venta de drogas en la favela.
En una entrevista a la televisión Globo, el ministro de Defensa, Raul Jungmann, resaltó que la presencia de las Fuerzas Armadas en la favela durante una semana sirvió para "estabilizar" Rocinha.
"En este momento la Rocinha está estabilizada. Y eso fue alcanzado sin ninguna bala perdida, sin ningún niño o miembro de la comunidad herido o muerto. Entonces, ya no es necesaria la presencia de esos cerca de 1.000 soldados que están allá", dijo el ministro.
El Gobierno brasileño decidió mandar mil militares el viernes pasado a Rocinha tras una semana intensa de tiroteos en la barriada entre narcotraficantes. También se mandaron vehículos 10 blindados y se contó con apoyo aéreo de helicópteros en las tareas para detener a los bandidos, muchos de ellos escondidos en el bosque que hay alrededor de Rocinha.
En los seis días de operaciones policiales y militares en la barriada, las autoridades arrestaron a 24 acusados de narcotráfico y se incautaron de 25 fusiles de guerra, así como una notable cantidad de droga.
Este jueves, todos los comercios, escuelas y puestos de salud de Rocinha abrieron con total normalidad, después de haber cerrado los últimos días por los tiroteos y operaciones policiales.
Jungmann aseguró que la ocupación de Rocinha podría repetirse en cualquier otra favela de Río de Janeiro en la que haya problemas.
"Tenemos un buen número de operaciones que ya están planeadas y listas. Estamos con efectivos de guardia listos para una respuesta rápida y para atender las demandas de seguridad de Río en un máximo de dos horas", comentó.
La Rocinha es la favela más emblemática de Río de Janeiro, situada entre los lujosos barrios de Gávea y Sao Conrado.
Debido a su población (oficialmente unas 60.000 personas, aunque se calcula que son muchos más), es un importante reducto del tráfico de drogas y disputado por varias bandas de narcotraficantes.