Una familia demuestra que vivir sin plástico es posible
Peter y Claudi Williams ya no compran plástico. [Foto: China Daily]
Mallorca, 06/02/2018 (El Pueblo en Línea) - Claudi Williams y su esposo Peter decidieron cambiar drásticamente sus vidas después de experimentar la realidad de las costas de Mallorca.
Hace tres años, la pareja británica residente en Stroud, Gloucestershire, viajó con sus dos hijos a la bella isla española. Mientras disfrutaban las vacaciones al sol y en la playa, al entrar al océano notaron que algo andaba mal.
"El agua era como una extraña sopa, con plásticos suspendido bajo la superficie que nos rodeaban", recuerda Williams. "Nos sentimos muy mal."
Williams, quien trabaja en la Universidad en Oxford, se puso a investigar el problema global de la contaminación por desechos plásticos.
"Sentí que necesitábamos hacer algo desde nuestro hogar. No podíamos esperar a que los fabricantes o las leyes se decidieran a cambiar el nefasto panorama", acota Williams. "Entonces, comprendí de que tomamos partido en cada compra que hacemos. Si usted compra algo envuelto en plástico, indirectamente le está diciendo al fabricante: por favor, continúe haciéndolo".
El 1 de mayo del 2016, la familia Williams decidió dejar de comprar productos que contengan plástico. Dos años después, su hogar quedó casi libre de este material.
El arroz, la pasta y los granos se almacenan en recipientes de vidrio. La familia utiliza cepillos de dientes de bambú y hace su propia pasta de dientes con bicarbonato, glicerina vegetal y aceite de menta. El papel higiénico proviene de compañías que no utilizan embalajes plásticos. Además, los detergentes y artículos de limpieza lo adquieren en tiendas locales que venden a granel.
"Nuestra posición fue que no compraríamos nada de plástico, aunque fuera de un sólo uso, de medio o largo plazo. Esta decisión nos obligó a pensar en el impacto de cada compra individual", asegura. "Al mismo tiempo, decidimos no desechar nada de lo que ya teníamos en casa".
Claudi Williams afirma que su familia no cree que asuma una actitud superior a las demás núcleos del planeta, y reconoce que el plástico tiene múltiples e importantes usos en la sociedad moderna.
"El plástico es un invento maravilloso y útil", insiste Williams. "Y está presente en casi todas las áreas de nuestra vida cotidiana. El problema es que olvidamos distinguir entre el uso importante y el innecesario".
Su estilo de vida marca distancia con la mayoría de los británicos.
De acuerdo a la organización ambiental “Amigos de la Tierra”, los europeos utilizan como promedio alrededor de 100 kilogramos de plástico al año, en comparación con los 20 kilogramos que se utilizan en Asia.
La creciente toma de consciencia sobre el problema global que representa la contaminación por desechos plásticos inclina a muchos británicos a buscar alternativas. Las empresas que entregan leche en botellas de vidrio reportan un número récord de clientes, mientras que el gobierno también implementa programas para eliminar los plásticos de un sólo uso.
"Me siento muy positiva al respecto", admite Williams. "Esta causa se ha vuelto urgente y de vital importancia”.
"Basta que exista una legislación y que los fabricantes tengan que hacer cambios, y no tendremos vuelta atrás. Soy optimista", concluyó.
(Web editor: Elena G., Rocío Huang)