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Cuba engrasa maquinaria para elecciones generales previas al relevo presidencial

LA HABANA, 1 mar (Xinhua) -- A 10 días para la celebración de la segunda etapa del proceso electoral en Cuba, las autoridades comiciales continúan los preparativos de la consulta, mientras la población espera por conocer quién será el sucesor del presidente Raúl Castro en abril próximo.

Más de ocho millones de cubanos están convocados a las urnas el venidero 11 de marzo, para elegir a 605 diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento unicameral) y 1.265 delegados a las 15 Asambleas Provinciales.

Con el propósito de garantizar el éxito de la votación, la Comisión Electoral Nacional (CEN) organizó un ensayo el venidero día 4 en los 24.471 colegios de la nación caribeña, entre los que se incluyen 143 especiales, habilitados en terminales y hospitales.

Esta "prueba dinámica" está concebida para "verificar, comprobar y poner a punto todo lo relacionado con las votaciones", expresó el vicepresidente de la CEN, Tomás Amarán, en alusión a recursos, aseguramientos, personal, medios de comunicación, computación y transporte.

Al igual que en la primera etapa, el voto de la población es directo, secreto y voluntario, pero con la diferencia de que los electores pueden votar por uno, varios o todos los candidatos de su circunscripción, y el conteo de las boletas es público y de conocimiento general.

En el modelo electoral cubano, que políticos locales consideran "único, autóctono y genuinamente democrático", los listados de aspirantes a delegados provinciales y a diputados son confeccionados por comisiones de candidatura de los municipios, conformadas por representantes de las organizaciones de masas (estudiantes, trabajadores, mujeres y agricultores pequeños), que valoran en los nominados sus méritos y vocación de servir al pueblo.

La mitad de las postulaciones a diputados proviene de los 12.515 delegados a las asambleas municipales (concejales) electos en noviembre último durante la primera fase del proceso electoral, que contó con la participación de más de alrededor de 7,6 millones de cubanos (86 por ciento del padrón electoral).

El resto es propuesto por una Comisión Nacional de Candidatura, que nomina a representantes de las organizaciones sociales, sin que sea necesario en ninguno de los casos formar parte del Partido Comunista.

El día de la votación habrá dos boletas, una verde para elegir a los diputados al parlamento y la otra blanca para los delegados provinciales, en las que figurará el mismo número de candidatos que de puestos a ocupar, y quienes alcancen más del 50 por ciento de los votos válidos emitidos, ejercerán su mandato por un período de cinco años sin cobrar salario por desempeñar esos cargos (mantienen la misma remuneración de su centro laboral).

Asimismo, los elegidos pueden ser revocados en cualquier momento del mandato, y tienen que rendir cuenta de manera periódica a sus electores.

Como parte de los preparativos, en lugares concurridos de cada localidad se exponen las fotos y biografías de los candidatos, única propaganda autorizada por la Ley Electoral, así como las listas de votantes basadas en el Registro de Electores que en Cuba es público, permanente y de oficio.

La relación de los 605 postulantes muestra un promedio de edad de 49 años, el 53 por ciento son mujeres (sería el segundo parlamento del mundo con mayor representación femenina superado solo por Ruanda), casi un 41 por ciento son negros o mestizos y más del 86 por ciento tiene estudios superiores.

El listado de candidatos a diputados está encabezado por el mandatario Raúl Castro, de 86 años, quien fue propuesto por la asamblea municipal de Segundo Frente, de la oriental provincia de Santiago de Cuba, segunda ciudad en importancia de la isla.

También figura el primer vicepresidente Miguel Díaz-Canel, de 57 años, nominado por Santa Clara (centro del país), de quien la población comenta será el futuro presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la mayor de las Antillas pues Castro finaliza los dos períodos consecutivos de cinco años en el cargo aprobados en 2012 por el Partido Comunista, máximo órgano rector de la sociedad cubana.

De esa manera, se pondría fin a seis décadas del apellido Castro en la máxima dirección del país, ya que Raúl relevó en 2008, de manera oficial, al histórico líder del proceso revolucionario cubano, su hermano Fidel, quien por problemas de salud se vio obligado a no aceptar la reelección luego de 49 años al frente de la nación.

Facilitaría, además, un relevo generacional que el propio Raúl reconoció como necesario en un país cuya población envejece de manera acelerada, y por lo cual se limitó a 60 años la edad para ser miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y a 70 para ejercer cargos de dirección dentro de esa formación.

Hasta mayo del pasado año, algunas personas pensaban en que Mariela Castro, hija del actual gobernante y directora del Centro Nacional de Educación Sexual en Cuba, podría ser la sucesora de su padre, pero ella misma se encargó entonces, en declaraciones a la BBC, de descartar tal posibilidad por no estar interesada.

De cualquier forma, la decisión quedará en manos del nuevo órgano legislativo que salga de la consulta del 11 de marzo y será constituido el venidero 19 de abril.

Ese día, los diputados deberán elegir por voto directo y secreto a los 31 miembros del Consejo de Estado (órgano de gobierno nacional), incluido su presidente, a partir de una propuesta elaborada por una comisión de candidaturas integrada por legisladores recién electos.

Mientras llegan las jornadas decisivas, los candidatos a diputados realizan recorridos por las comunidades y centros de trabajo y estudio de los territorios en los cuales fueron nominados, para intercambiar criterios con sus electores, ya que en la isla no se realizan campañas proselitistas.

Entre la población hay quien desea cambios al sistema electoral cubano, como por ejemplo que el parlamento nacional elija cuatro o cinco candidatos "entre los mas capaces, confiables y de mejores resultados y trayectoria" y que sea la ciudadanía la que seleccione a uno de ellos en las urnas tras debates públicos sobre cada uno.

También están los que cuestionan el hecho de que gran parte de los nominados son funcionarios del gobierno.

Pero las autoridades sostienen que el actual modelo es el "más democrático y transparente" y esperan que el 11 de marzo se repita la habitual participación masiva que caracteriza los comicios en Cuba, como demostración -según aseguran-- de apoyo al sistema político socialista y a la Revolución, y como expresión de unidad indestructible.