RIO DE JANEIRO, 1 mar (Xinhua) -- La economía brasileña, la mayor de América Latina, creció 1 por ciento en 2017, con lo que dejó atrás dos años de retracción, informó hoy jueves el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Según el reporte, el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil creció 0,1 por ciento en el cuarto trimestre de 2017, respecto al trimestre anterior, en lo que fue la cuarta alza consecutiva en la comparación.
El IBGE señaló en su reporte que el crecimiento fue del 2,1 por ciento en último trimestre del año pasado, con relación a igual periodo de 2016.
El avance de la economía brasileña estuvo impulsado por el aumento del consumo de las familias, que corresponde al 63,4 por ciento del PIB.
En el cuarto trimestre del año pasado, el consumo doméstico aumentó 0,1 por ciento en comparación con el tercer trimestre y 2,6 por ciento respecto al mismo período de 2016.
Entre los sectores, el agronegocio lideró el crecimiento, con una expansión del 13 por ciento, gracias a una cosecha récord.
Se trata del mejor resultado para el agronegocio brasileño desde 1996, cuando pasó a ser medido en el PIB, luego de que en 2016 descendió 4,3 por ciento.
A su vez, el sector servicios también se recuperó y avanzó 0,3 por ciento en 2017, gracias al consumo de las familias, que volvieron a gastar.
El comercio creció 1,8 por ciento, seguido de las actividades inmobiliarias con 1,1 por ciento.
En el cuarto trimestre de 2017, la industria brasileña creció 0,5 por ciento en comparación con el trimestre anterior y 2,7 por ciento respecto a los últimos tres meses de 2016.
La anterior ocasión que el sector industrial brasileño tuvo resultados positivos fue en 2013, cuando se expandió 2,2 por ciento.
Los gastos del gobierno se contrajeron 0,6 por ciento, debido a la crisis fiscal que viven los gobiernos federal, regional y municipal.
En tanto, según el reporte del IBGE, la tasa de inversión de la economía fue del 15,6 por ciento, la menor de la historia.
El resultado en 2017 confirma la recuperación económica de Brasil, cuyo PIB se contrajo 3,8 por ciento en 2015 y 3,6 por ciento en 2016, con lo que registró la peor recesión de su historia.
El resultado negativo estuvo acompañado de un aumento del desempleo y la tasa de interés, lo que dificultó el acceso al crédito y provocó una caída del consumo que repercutió en toda la economía.
Para 2018, el mercado financiero brasileño espera que la economía se expanda 2,89 por ciento y se consolide en 2019, cuando debe crecer 3 por ciento.