DAMASCO, 12 mar (Xinhua) -- Las fuerzas del gobierno sirio han controlado el 60 por ciento de las áreas que estaban en poder de los rebeldes en la parte rural de Ghouta Oriental, en las afueras de la capital siria de Damasco después de 13 días de batallas, señaló hoy un grupo de observadores.
Esto ocurre mientras se sostienen batallas intensas desde la medianoche entre los rebeldes y las fuerzas del gobierno principalmente cerca de la ciudad de Harasta y el área de Arbeen en Ghouta Oriental, señaló el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El grupo agregó que las fuerzas sirias, con el respaldo de los rusos, lograron aislar por completo a Harasta en la parte occidental de Ghouta Oriental.
Las fuerzas del gobierno aislaron también el bastión rebelde clave en el distrito de Douma, donde el Ejército del Islam, el principal grupo rebelde en Ghouta Oriental, está posicionado.
La situación en Ghouta Oriental se ha exacerbado desde fines del mes pasado como resultado de una operación militar de gran escala en esa área. El ejército sirio ha estado luchando por expulsar a todos los grupos ligados con Al-Qaeda de esa área.
El día previo el ejército de Siria dividió de forma efectiva en tres sectores las áreas controladas por los rebeldes en Ghouta Oriental, con lo que tendió un cerco sobre Douma en el norte, la ciudad de Harasta en el oeste y otros poblados y aldeas hacia el sur de Ghouta Oriental.
Ghouta Oriental, una región agrícola de 105 kilómetros cuadrados integrada por varios poblados y granjas de cultivo, representa la última amenaza a la capital debido a su proximidad con los vecindarios controlados por el gobierno al este de Damasco y los ataques actuales de proyectiles contra áreas residenciales en la capital.
Cuatro grupos rebeldes están posicionados dentro de Ghouta Oriental: el Ejército del Islam, Failaq al-Rahman, Ahrar al-Sham y el Comité de Liberación de Levante, conocido como el Frente Al-Nusra ligado con Al-Qaeda.
La escalada de los enfrentamientos militares en Ghouta Oriental llevó a las Naciones Unidas y a otras organizaciones humanitarias a alertar sobre el deterioro de la situación en la zona, donde viven unas 400.000 personas y, de acuerdo con activistas, alrededor de 1.000 han muerto desde el mes pasado a causa de los bombardeos intensos y la presencia militar en las áreas de Ghouta Oriental.