Beijing, 15/03/2018(El Pueblo en Línea) - Los jóvenes chinos están adoptando axiomas de la filosofía budista tales como "todo llega", "déjate llevar por el destino" y "disfruta la vida tal y como se presenta", logrando el interés de los medios de comunicación y creando un amplio debate social sobre la utilidad de tales afirmaciones.
Para muchos jóvenes, el budismo significa un camino para adoptar un estado mental pacífico y satisfactorio, legitimado al margen de la ganancia mundana y el éxito social. Un estado mental donde te sientas feliz haciendo lo que te gusta o lo que cada uno considera que es lo correcto, sin dejarte agobiar por las críticas o el “qué dirán”.
Esta actitud puede ofrecer alivio y liberar las emociones negativas que aparecen cuando sufrimos.
No obstante, el maestro Xuecheng, presidente de la Asociación Budista de China, piensa que esta actitud juvenil no deriva de una profunda comprensión de los valores del Dharma (conducta correcta), sino que se ha originado a partir de sentimientos de hastío, e incluso funciona como una especie de autoburla ante la incapacidad de aquellos que no pueden influir sobre su realidad inmediata.
"El budismo alienta pruebas que hay que superar. Escapar no es la solución. Uno podrá decir mil veces que "todo llega", pero debemos enfrentar la realidad y ser una persona responsable", afirma Xuecheng.
Yu Minhong, gerente general de New Oriental, empresa especializada en servicios educativos, considera que algunos de sus jóvenes empleados no hacen nada más que lo que se les pida que hagan. Ellos prefieren ganar un salario promedio que asumir nuevos desafíos laborales.
"Ya no es como cuando yo era joven. Yo solía trabajar más de 10 horas diarias. Incluso ahora, de hecho, me puedo retirar sin problemas, pero me sentiría avergonzado de no hacer nada para mi beneficio personal o para la sociedad", afirma Yu. "Estar a gusto es algo bueno, pero ser irresponsable no lo es."
Por el contrario, Zhang Yiwu, profesor de literatura china de la Universidad de Beijing, afirma que el auge de este tipo de actitud ha sido el resultado de una mejor calidad de vida en el país y un poder económico familiar superior, que exime a los jóvenes de tener que preocuparse por subir la empinada cuesta de la vida.
Zhang asume que algunos jovenes simplemente lo que quieren es evitar las presiones de actuar mecánicamente dentro de la ferozmente competitiva sociedad china actual.
"Mantenerse es fácil, pero subir es muy duro. Como antídoto, los jóvenes podrían desarrollar un enfoque cercano a las enseñanzas budistas", acota Zhang.
Para muchos, el pensamiento budista alienta el desapego y la falta de acción, aunque un gran número de académicos ya han advertido que el budismo no está reñido con el auténtico espíritu emprendedor.
Zhang reconoce que si los valores budistas se combinan con un espíritu de laboriosidad podrían llegar a ser una mezcla muy potente que vale la pena experimentar.
"La filosofía budista ayuda a las persona a mantener un buen estado de ánimo y abrazar alternativas, en lugar de sufrir aferrados a un angosto camino de vida. Para lograrlo está el permanente trabajo sobre sí mismo y el sincero auto-perfeccionamiento", explica Zhang.
El cineasta Zheng Xiaolong también destaca la importancia de mantener un esencial equilibrio.
"Es comprensible que algunos jóvenes recurran al legado budista frente a las dificultades reales del vivir, pero las enseñanzas budistas no pueden mantenerse separadas del contexto específico", puntualiza Zheng. "Hemos crecido con el deseo de lograr el éxito social. No obstante, creo que ser bondadoso y recto es también una buena elección, siempre y cuando contribuyas a mejorar el mundo".
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)