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China se enfrenta a problemas de disparidades en desarrollo

Actualizado a las 16/03/2018 - 08:45
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BEIJING, 15 mar (Xinhua) -- Días antes de la sesión legislativa anual, la Lista Global de Riqueza Hurun 2018 clasificó al legislador nacional Ma Huateng, mejor conocido internacionalmente como Pony Ma, como la persona más rica de China y la decimoquinta del mundo.

Ma, fundador y presidente de Tencent, empresa líder de Internet en el país, se encuentra entre un gran número de empresarios que asisten a las sesiones anuales del máximo órgano legislativo y el cuerpo asesor político.

Mientras los expertos en negocios discuten innovaciones en sectores como inteligencia artificial y cadena de bloques, otros participantes debaten sobre cómo hacer frente al enorme reto que supone sacar gente de la pobreza.

En la mente del asesor político Duan Minglong aún está fresco el recuerdo de cómo el granizo destruyó grandes áreas de cultivos en su pueblo natal hace tres años, privando a numerosos aldeanos de su única fuente de ingresos.

"Un desastre natural o una enfermedad pueden arrastrar a la pobreza incluso a una familia acomodada de la noche a la mañana", sostiene Duan, un funcionario judicial de 29 años de la provincia suroccidental de Yunnan.

EL PAIS MÁS GRANDE EN VIAS DE DESARROLLO

En 2017, el ingreso medio disponible para la gente del campo en el pueblo de Duan era de apenas 9.464 yuanes (1.500 dólares), menos de una quinta parte del de los habitantes de la ciudad de Shenzhen, sede de Tencent.

También el año pasado, a nivel nacional, la ganancia media disponible para los campesinos se situaba en 13.432 yuanes, cerca de un tercio de la de los habitantes urbanos.

El informe del XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, que define la última "contradicción principal" que afronta la sociedad china, indica que "a lo que nos enfrentamos ahora es a la contradicción entre el desarrollo desequilibrado y deficiente y las necesidades cada vez mayores de la gente por una vida mejor".

Al presentar el informe sobre la labor del gobierno el 5 de marzo en la apertura de la primera sesión de la XIII Asamblea Popular Nacional, el primer ministro, Li Keqiang, afirmó que China "se enfrenta a muchos problemas graves a causa del desarrollo desequilibrado e inadecuado, los cuales aún no se han resuelto".

Li describió la reducción de la pobreza como una "tarea formidable", y mencionó las disparidades en el desarrollo entre las áreas rurales y urbanas, entre regiones, y en la distribución de los ingresos.

China es la segunda economía más grande del mundo, pero también es, al mismo tiempo, el país en desarrollo más grande del mundo, con muchas e innegables disparidades.

Aunque el país tiene el mayor grupo de ingresos medios en el mundo, alrededor de 400 millones de personas, para finales del año pasado todavía más de 30 millones de habitantes del campo vivían por debajo de la línea de pobreza.

En una conferencia de prensa celebrada en paralelo a la sesión legislativa, He Lifeng, director de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, afirmó que el mayor desequilibrio es aquel que hay entre las zonas rurales y urbanas, y que la mayor insuficiencia está en el desarrollo de los campos.

La legisladora nacional Ran Hui procede de la municipalidad de Chongqing, en el suroeste del país, que el año pasado registró un crecimiento económico del 9,3 por ciento, tras 15 años de tasas de doble dígito. Pero el pueblo natal de Ran es un poblado escondido en las montañas, y con más de una tercera parte de sus 1.800 aldeanos sumidos en la pobreza.

Como jefa del comité de la aldea, Ran ha venido trabajando para desarrollar el turismo rural, pero sus esfuerzos se han visto frustrados por la inadecuada infraestructura.

"Las carreteras, las telecomunicaciones, los suministros de electricidad y de agua, todos son problemas comunes de muchas áreas rurales", reconoce Yang Decai, asesor político nacional y profesor de Economía de la Universidad de Nanjing, quien ha llevado a cabo decenas de sondeos en diversas localidades.

Por su parte, la legisladora nacional Dong Caiyun, rectora de una escuela primaria del distrito de Jishishan, en la provincia noroccidental de Gansu, habitado en su mayoría por pobres, recuerda la honda impresión que le causaron el patio de recreo, los laboratorios, las salas de danzas y otras modernas instalaciones de una escuela que visitó en Beijing.

"Nuestro patio es solo un lote de barro plano y duro, y no podemos ofrecer clases de arte de calidad", admite Dong. "No hay profesores de música, y en las clases de música tenemos que utilizar música grabada".

La asesora política Yong Mei, una médica de la región autónoma de Mongolia Interior, en el norte del país, aún recuerda la vez en que atendió a un pastor que había hecho un largo viaje desde su remoto poblado.

"Estaba muy preocupado porque llevaba un mes de tratamiento en su pueblo y no se había recuperado", relata la doctora. Para su sorpresa, el paciente no tenía más que una simple afección respiratoria.

"Las clínicas primarias en las áreas de pastoreo carecen tanto de equipos como de buenos doctores", señala. "A veces hay solo un médico para un pueblo entero, y los ingresos son tan bajos que los doctores tienen que hacer trabajos agrícolas o criar ganado para garantizar su sustento".

ESFUERZOS EN MARCHA

Para acabar con la pobreza, China hará más esfuerzos por desarrollar la industria, la educación y la atención sanitaria locales, según el informe sobre la labor del gobierno.

Se destinarán más de 100.000 millones de yuanes a la reducción de la pobreza en 2018, 20.000 millones más que en 2017, dijo el viceministro de Hacienda chino Hu Jinglin.

El presidente de China, Xi Jinping, ha hecho una solemne promesa sobre el alivio de la pobreza, con la ambición de eliminarla en todos los distritos y regiones empobrecidos para 2020.

Más de 68,5 millones de chinos han salido de la pobreza en los últimos cinco años, 37.000 personas cada día.

Xi prometió que "nadie debe quedarse atrás".

Para cumplir la misión, funcionarios del Partido y del gobierno se turnaron para trasladarse a aldeas pobres y ayudar a diseñar planes adaptados de reducción de la pobreza para cada familia y trabajar con estas personas para hacer realidad la meta.

Jiang Fu'an es uno de estos funcionarios. En 2015, cuando era auditor del gobierno de una prefectura, llegó a una apartada aldea montañosa en la prefectura autónoma de la etnia yi de Liangshan, en la provincia suroccidental de Sichuan. Fue puerta por puerta para conocer a las más de 100 familias que vivían en situación de pobreza.

Con su ayuda, decenas de niños pobres recibieron educación en escuelas cercanas a sus casas. Pero en 2016, antes de que venciese su periodo de servicio en la aldea, Jiang se desmayó en el trabajo y falleció con solo 26 años.

Además de los esfuerzos gubernamentales, el capital social está cubriendo las brechas en el desarrollo.

Como asesor político, el presidente de JD.com, Liu Qiangdong, señaló que su empresa ayudará a las áreas rurales pobres a mejorar sus redes de logística y crear marcas de productos agrícolas.

Ma Huateng sugirió usar la tecnología digital para lograr un desarrollo más equilibrado en materia de atención sanitaria.


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