Por René Quenallata Paredes
LA PAZ, 18 mar (Xinhua) -- En las últimas décadas, el altiplano central que une a Bolivia y Perú ha experimentado fenómenos que llaman a la preocupación, porque los eventos climáticos se muestran con aumentos considerables de calor en época de verano y más intenso el frío en invierno, según recientes estudios científicos considerados por dos expertos medioambientales.
"Todos estos eventos extremos en el comportamiento del clima son producto del cambio climático, y es necesario trabajar en resiliencia y adaptación del habitante de estas regiones", afirmó en una entrevista con Xinhua el experto y director del Laboratorio de Física de la Atmósfera de la estatal Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), Marcos Andrade.
Andrade manifestó que el altiplano central de Perú y Bolivia presenta una tendencia al incremento de sus temperaturas mínimas y máximas en las últimas cuatro décadas.
"Además, esto está comprobado en el estudio de un equipo de investigación que ha trabajado minuciosamente en el recojo y análisis de la información meteorológica", agregó.
Según el astrofísico boliviano, la temperatura mínima ha subido dos décimas (0,2) de grado en los últimos 40 años, y la temperatura máxima reporta 0,4 en una década.
"Estos eventos son alarmantes, pero no le estamos dando la debida importancia a estos cambios climáticos. Es muy fuerte, con la tendencia a aumentar en las próximas décadas", señaló el director del Laboratorio de Física de la Atmósfera de UMSA.
El experto manifestó que ya existe un estudio científico sobre esta situación en el altiplano compartido entre Bolivia y Perú, denominado "Clima y eventos extremos del altiplano central de Perú-Bolivia".
Por su parte, el ambientalista y profesor de la estatal UMAS, Enrique Richard, en entrevista con Xinhua, expresó que Bolivia, en todas sus regiones y estaciones del año está comenzando a sentir los efectos del cambio climático que se ha manifestado en aumentos de calor y frío, en torrenciales lluvias en el este y granizadas pocas veces vistas en los valles.
"A medida que van pasando los años se van incrementando los cambios en el clima. En el caso del altiplano boliviano cada vez son más notorios los efectos ambientales por los fenómenos climáticos como la desertificación de los suelos, la escasez de agua y pérdida de la biodiversidad. Está subiendo la temperatura, por eso se experimentan deshielos de nevados", afirmó.
Andrade manifestó que estos climas adversos se han manifestado de forma evidente en Bolivia. "Mientras que las temperaturas más altas aumentan la fusión de los glaciares, una reducción de la precipitación (nevada) disminuye la formación de hielo. Este proceso ya ha llevado a la desaparición de algunos glaciares como el emblemático Chacaltaya en La Paz", aseveró.
Dijo que una disminución adicional de los glaciares andinos significa una reducción del reservorio natural que suministra agua al altiplano, especialmente durante la estación seca.
A decir del experto, las proyecciones climáticas sugieren un mayor calentamiento en el altiplano durante las próximas décadas, y un frío con mayor intensidad, es decir, temperaturas más bajas.
Andrade manifestó que un estudio sobre los glaciares en Bolivia con compañeros de Reino Unido ha evidenciado que el país andino amazónico ha disminuido más de un 40 por ciento en las últimas décadas.
Por su parte, Richard manifestó que las comunidades andinas han manejado durante mucho tiempo extremos climáticos y se han adaptado a las condiciones extremas de eventos fríos, las condiciones áridas, ascenso de calor y los suelos frágiles característicos del altiplano.
Dijo que en el altiplano boliviano y el peruano se evidenciaron los cambios climáticos recientes y eventos extremos que incluyen deglaciación rápida, aumento de las temperaturas extremas, cambios en la vegetación y pastizales, expansión de áreas desecadas, disminución de los recursos hídricos y cambio en patrones climáticos diurnos, estacionales e interanuales.
El experto manifestó que muchos campesinos mostraron la capacidad de los pastores locales para mantener la salud y la producción del ganado.
Consideró que los pobladores del altiplano precisan de apoyo de políticas estatales que permitan enfrentar eventos como la sequía, que se perciben como más frecuentes y de mayor duración que antes, y como resultado tienen mayores impactos socioambientales.