Turistas y lugareños danzan en la aldea Wengding, provincia de Yunnan, 22 de marzo del 2018. [Foto: Xinhua]
Wengding, Yunnan, 07/05/2018 (El Pueblo en Línea) - Xiao Meiying, dueña de un restaurante, ha estado trabajando cerca de 16 años orientada al mercado del turismo rural. Ella vive en la aldea Wengding de la etnia Wa, un pequeño grupo que por siglos ha vivido aislado en la provincia de Yunnan.
"Nunca había visto a nadie que no fuera de mi etnia y ni siquiera sabía cómo hablar el idioma chino", recuerda Xiao.
Wengding está en las remotas montañas de Awa, cerca de la frontera de China con Myanmar. Esta aldea estuvo muchos años desconectada del mundo exterior, sin embargo el turismo ha transformado la suerte de sus residentes. Este año, durante las vacaciones del primero de mayo, miles de turistas chinos y extranjeros visitaron Wengding, generando apreciables ganancias para los emprendedores como Xiao.
El año pasado, la aldea ganó más de 9 millones de renminbi (1,4 millones de dólares). De esta cifra, más del 97 por ciento lo generó el turismo.
Antes de 1949, en Wengding se practicaba el cultivo de tala y quema. Después de la fundación de la nueva China, se transformó en una parte contemporánea de la nación.
"Apenas teníamos dinero", afirma Xiao. "Nuestras verduras, té y aves no se vendían debido a la mala conectividad con el exterior"
En 2002, el ingreso anual de los más de 1.200 residentes en Wengding era de menos de 1.000 renminbi per cápita.
"La comida diaria de mi familia era verdura y sopa. El aceite era inasequible”, asegura Xiao. "No teníamos aparatos eléctricos y las sillas rústicas eran los únicos muebles de mi casa."
En el 2002, los funcionarios locales empezaron a promover el turismo.
"Debemos fomentar el turismo. Wengding no puede ser un fósil viviente de museo, marginada del desarrollo”, insistió Li Hua, jefe de la aldea Wengding.
En el idioma Wa, "Wengding " significa “lugar donde flotan las nubes”. A menudo, durante todo el año la niebla oculta las montañas y las casas rurales.
A través del tiempo, Wengding ha sabido preservar las tradicionales cabañas Wa y las costumbres populares como colgar cráneos de buey alrededor de la aldea. El buey es el tótem de los Wa. También les gustan los tambores de madera. Para ellos, la percusión es la forma de comunicarse con sus deidades.
Xiao fue una de las primeras emprendedoras de Wengding. Ella abrió un restaurante y una casa de huéspedes. Actualmente su negocio le produce 100.000 renminbi anuales. Durante la temporada alta, su hostal de siete habitaciones puede recaudar hasta 800 renminbi por noche.
"En temporada alta, ofrezco servicios gastronómicos a cerca de 200 turistas de todas partes del mundo, o cuando filman películas en la aldea", explica Xiao. "Los turistas extranjeros hacen senderismo en las montañas y se deleitan comiendo arroz frito con pollo, el plato favorito."
Wengding es ahora el hogar de nueve restaurantes y hoteles. El año pasado recibieron a más de 220.000 turistas, informó Xiao Wenjun, funcionario de la aldea.
"Desde que en 2016 abrió el aeropuerto de Washan, en Cangyuan, el turismo ha crecido y mantiene una presencia casi diaria en la aldea", precisa Fang Long, especialista de una agencia de viajes local.
Wengding también abraza la tecnología moderna. En casi todos los hogares de la aldea hay dispositivos electrónicos, teléfonos móviles y WiFi. En algunas tiendas se puede abonar la compra con Alipay.
"Todo el desarrollo actual está basado en la preservación de la forma original de la aldea", manifestó Li Xuewen, funcionario de la aldea. "A través del turismo, queremos que dar a conocer nuestra cultura Wa."
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)