Hipérbola-1S, cohete portador de i-Space, espera ser lanzado en abril. [Foto: China Daily]
Por Zhao Lei
Beijing, 16/07/2018 (El Pueblo en Línea) - La investigación y el desarrollo de los cohetes portadores es un signo importante de la capacidad de una nación que sale al espacio. Durante mucho tiempo este terreno ha estado dominado por gigantes estatales respaldados por los gobiernos nacionales.
Sin embargo, a raíz de las oportunidades de negocios que emergen en el sector, los Estados Unidos y China se han dado cuenta que es necesario incorporar nuevos actores para estimular la innovación y la competencia y llenar las carencias del mercado que han dejado los contratistas establecidos.
Como parte importante de su empeño por fortalecer la industria espacial de China, el presidente Xi Jinping ha solicitado que, a largo plazo, esta industria abra sus puertas y aproveche la participación de empresas privadas para impulsar su crecimiento sostenible.
Asimismo, varios departamentos gubernamentales han publicado nuevas políticas y directrices que alientan a las empresas privadas a invertir en empresas relacionadas con la industria espacial.
Como resultado, en los últimos tres años se han implementado en China casi 10 empresas privadas de construcción de cohetes espaciales.
Entre ellas se encuentra i-Space y OneSpace, dos empresas emergentes con sede en Beijing que han tomado posiciones de liderazgo gracias al lanzamiento de cohetes propios con el fin de probar sus diseños y equipos.
Las dos empresas han dejado claro que no tienen ninguna intención de acaparar las misiones financiadas por el gobierno y otorgadas a los gigantes estatales como la Corporación China de Ciencia y Tecnología Espacial y la Corporación China de la Industria y la Ciencia Espacial. Sin embargo, aspiran a saciar la enorme demanda en servicio de lanzamiento de compañías satelitales recién fundadas, la mayoría de las cuales también son de propiedad privada.
Ahora se centran en el montaje de prototipos para nuevas pruebas y el esfuerzo por desarrollar modelos de producción en masa con los que esperan cumplir los contratos comerciales.
Xie Fang, diseñador principal de i-Space, indicó que la empresa durante los próximos meses planea despegar un cohete experimental Hipérbola-Z en un centro nacional de lanzamiento espacial que prefirió mantener en el anonimato.
La misión tiene como principal objetivo validar las tecnologías del Hipérbola-1, primer cohete portador de producción masiva de i-Space.
Hipérbola-Z como el Hipérbola-1 usarán propulsores sólidos.
El diseñador afirma que el Hipérbola-Z realizará un vuelo a una altitud de unos 150 kilómetros antes de colocar un mini satélite recuperable en órbita.
La misión marcará la primera vez que un cohete de desarrollo privado se lanza desde una instalación espacial nacional, en comparación con los lanzamientos anteriores que utiliza campos de pruebas no espaciales, añadió.
Xie afirmó que el Hipérbola-1 tendrá su primer vuelo en el primer semestre del 2019.
Hipérbola-1 tendrá un diámetro de 1,4 metros, una longitud de 20 metros y un peso de despegue de 31 toneladas métricas.
El cohete podrá transportar un satélite de 300 kilogramos en una órbita bajo-tierra o un satélite de 100 kilogramos en una órbita sol-sincrónica.
También observó que hay cuatro lanzamientos de cohetes Hipérbola-1 programados en 2019 para poner en órbita satélites de sus clientes.
Su compañía también ha comenzado a diseñar el Hipérbola-3, un tipo más grande de cohete con nueve motores de propulsión a chorro de 15 toneladas de empuje. La fecha más cercana que se ha planificado para lanzarlo será en el 2020, afirmó Xie.
A finales de junio, i-Space anunció que había recibido una inversión de 600 millones de renminbi (90 millones de dólares) de más de 10 fondos nacionales de inversiones y capitales de riesgo.
OneEspace, con sede cerca de i-Space, es probablemente la firma de la que más hablan los medios de comunicación en comparación con sus compañeros, gracias al prestigio de su fundador Shu Chang.
Se ha estado preparando para la primera misión de su OS-M1, un cohete de 19 metros de propulsor sólido en el que OneEspace ha fijado grandes esperanzas de atraer contratos de lanzamiento para los satélites pequeños.
La compañía ha ganado una inversión total de cerca de 500 millones de renminbi de las agencias domésticas y mantiene planes para el 2020 de llegar a una capacidad de fabricación anual de cerca de 50 cohetes.
Además de las dos empresas que han logrado lanzamientos, otro jugador de peso pesado, Land-Space, que también es una empresa emergente de la industria espacial en Beijing ha publicado un plan para construir "el cohete portador más grande y más poderoso diseñado y construido por un compañía privada china".
Espera hacer su debut de vuelo en el 2020.
Land-Space afirmó en una declaración enviada a China Daily que el diseño del ZQ 2, un cohete de 48,8 metros de propulsión a chorro se completó en junio y la construcción de los componentes clave del cohete ya ha comenzado.
Y añadió que el cohete pasará por una serie de pruebas de terreno antes del final del 2019 . Si todo va bien, y de acuerdo con su programación, ZQ-2 llevará a cabo su vuelo inaugural en el 2020.
El ZQ-2 tendrá un diámetro de 3,35 metros, igual que la mayoría de los cohetes largos de la serie china Gran Marcha, y un peso de 216 toneladas.
Con una masa de despegue de 268 toneladas, será capaz de colocar una carga útil de 2 toneladas en una órbita sol-sincrónica a 500 kilómetros sobre la tierra o una nave espacial de 4 toneladas a una órbita bajo-tierra con una altitud de 200 kilómetros.
Zhang Changwu, fundador y CEO de LandSpace, indicó que cuando esté terminado, el ZQ-2 se convertirá en el cohete portador más grande y más poderoso que ha desarrollado una empresa privada china.
"La participación de las empresas privadas reducirá sustancialmente el costo de los lanzamientos y ayudará a impulsar la comercialización de toda la industria espacial", indicó Wu Zhijian, director general de la Fundación Espacial de China.
Wu también aseguró que las empresas privadas que tengan creatividad y tecnología son cruciales para lograr el objetivo de China de construir una fuerza espacial fuerte.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)