Yuan Qiu y su madre limpian maíz. [Foto: Sina Weibo]
Chongqing, 14/08/2018 (Pueblo en Línea) – Cuando Yuan Qiu recibió su carta de admisión de la Universidad de Finanzas y Economía del Sudoeste, se alegró sentado en la misma silla de ruedas que ha utilizado durante cinco años. Luego se dirigió a su madre, Xie Xianlian, que estaba a su lado, y pudo ver que ella se secaba las lágrimas que habían brotado debido a la emoción del éxito.
Este joven de 18 años de edad procede de una familia rural de escasos recursos que reside en Sanjiao, Yongchuan, en Chongqing. Su padre murió de cáncer de pulmón cuando Yuan Qiu era un niño. Desde los tres años, Yuan fue diagnosticado con distrofia muscular progresiva. Desde aquel entonces sufre de atrofia y debilidad muscular. Su hermano mayor, que también estaba paralizado y postrado en una cama, murió de la misma enfermedad a la edad de 22 años. Los únicos de la familia que quedan es Yuan y su madre.
Después de un largo tratamiento, Yuan decidió dejar de tomar el medicamento indicado debido a su alto costo. Además, no se verificaba mejoría.
Su condición empeoró cuando creció. Yuan sólo podía caminar muy lentamente sobre una superficie plana y siempre necesita ayuda para subir escaleras. Cuando tenía 14 años de edad, ya no podía sostenerse por sí mismo. Fue en ese momento en que comenzó a utilizar una silla de ruedas.
Al principio, su madre vaciló entre continuar apoyando la educación de su hijo o ahorrar dinero para intentrar otro tratamiento médico. Los amigos y conocidos, incluyendo el padrastro de Yuan, también dudaban si valía o no la pena que el joven siguiera estudiando.
Pero Yuan estaba decidido. "Tengo que ir a la escuela y aprender. De lo contrario, voy a ser un inútil toda la vida".
Así que la madre se prometió a sí misma jamás permitir que su hijo abandonase los estudios. Afortunadamente, Yuan siempre estaba dispuesto a ayudarla con el trabajo en el campo tanto como su capacidad se lo permitía.
La perseverancia de Yuan y su mamá sensibilizaron a muchas personas y ganaron el apoyo de los profesores y compañeros de clase. Los estudiantes recaudaron dinero y compraron una silla de ruedas para Yuan, mientras que la escuela construyó una rampa especial cerca de la entrada para mejorar el acceso al edificio escolar.
Sus compañeros de clase lo acompañaban a casa y se ocuparon de él todos los días. Gracias a esta valiosa ayuda, Yuan nunca faltó a una clase.
"Él nunca utilizó su discapacidad para pedirnos nada", indicó el maestro Tang. "
De forma inconscientemente, sus grandes virtudes nos animaron a ayudarlo."
Después de aquilatar la persistencia y aspiración del joven, el padrastro de Yuan también cambió de actitud.
"Nunca me quejaré de él. Es una pena que ellos (su madre y su padrastro) no tuvieron la oportunidad de aprender a leer", reflexiona Yuan.
Por esfuerzo propio, este valeroso joven logró obtener 670 puntos en el Gaokao de este año, el examen nacional de acceso a la universidad.
La Universidad de Finanzas y Economía del Sudoeste prometió que le ofrecerán un empleo a su mamá Xie. De esta manera, ella podrá estar cerca de su hijo para cuidarlo mientras cursa estudios superiores.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)