RIO DE JANEIRO, 17 dic (Xinhua) -- Cuando el próximo 1 de enero el gobierno de Jair Bolsonaro asuma el poder en Brasil, se encontrará como "regalo" de la administración saliente de Michel Temer una serie de proyectos ya avanzados para la privatización de carreteras, aeropuertos, puertos y vías de tren.
Desde que Temer asumió la Presidencia de Brasil, en mayo de 2016, apostó claramente por conceder a la iniciativa privada varios sectores de la infraestructura del país, aunque por falta de tiempo en estos dos años y medio, no pudo llevar a cabo todos los proyectos previstos y será su sucesor, Jair Bolsonaro, un férreo defensor de las privatizaciones, el encargado de finalizarlas.
"Buena parte del camino ya está hecho, como el discutir con las empresas interesadas el modelo a seguir, la elaboración de estudios, audiencias públicas y el análisis del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU). Esto hará que el nuevo gobierno empiece el año volando", explicó a Xinhua el economista Octavio Amorim, de la Fundación Getulio Vargas.
En el mes de marzo, el nuevo gobierno podría ya realizar tres grandes subastas heredadas del gobierno de Temer y que deben generar unos 6.400 millones de reales (1.650 millones de dólares) en inversiones: 12 aeropuertos, cuatro puertos y un tramo de 1.537 km de la ferrovía Norte-Sur, entre el municipio de Porto Nacional (estado de Tocantins, noreste) y Estrela D'Oeste (Sao Paulo, sureste).
"Estas licitaciones son vistas como pruebas importantes para el nuevo gobierno. Por primera vez, se licitarán juntos aeropuertos que generan beneficios con otros que son deficitarios, en vez de ofertas individuales. Hay una gran expectativa por lo que vendrá después", agregó Amorim, quien recordó que "la elección del ingeniero Tarcisio Gomes de Freitas como futuro ministro de Infraestructura fue celebrada por el mercado como una señal que los planos de las nuevas concesiones se mantendrán y se acelerarán".
La semana pasada, el futuro ministro explicó en un evento que "lo que vendrá después es la continuidad de lo que está funcionando ahora" con el gobierno de Temer. "Existen más de 80 proyectos en pleno desarrollo, que irán a subasta muy en breve", dijo.
El gobierno de Bolsonaro pretende ceder a la iniciativa privada en los próximos cuatro años toda la red de aeropuertos bajo administración estatal, con dos nuevas subastas en las que habrá seis bloques de aeropuertos. En la segunda, habrá las dos "joyas de la corona": los aeropuertos de Congonhas (Sao Paulo) y Santo Dumont (Río de Janeiro), las dos mayores terminales de tránsito únicamente doméstico del país.
"Los anuncios de concesiones han despertado la atención de operadores internacionales sin presencia en Brasil y obligará a los inversores a ser selectivos, mirando los negocios con riesgos mitigados y en asociación con constructores locales", explicó el consultor Paulo Cesna, especialista en infraestructura.
El gobierno de Bolsonaro también relicitará las primeras carreteras federales que fueron privatizadas en los años 90, entre ellas la que une Río de Janeiro y Sao Paulo, las dos mayores ciudades del país. Los estudios sobre las privatizaciones se hacen conjuntamente con la Empresa de Planeamiento y Logística (EPL) y con el Internacional Finance Corporation, un brazo del Banco Mundial.
Ya en las vías de tren, se espera que la nueva administración renueve algunas de las concesiones que caducan en la próxima década y fomente la implantación de nuevas vías que traviesen Brasil y ayuden a la salida de los granos por los puertos, algo reclamado por todo el sector agropecuario desde hace tiempo, que ahorraría costes significativos con el transporte por carretera, más lento y costoso.
"Hay muchas esperanzas puestas. El gobierno de Temer dejó las bases para que la nueva administración se ponga rápido manos a la obra a privatizar y a mejorar la infraestructura del transporte, tal y como prometió", finalizó Cesna.