Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 23 dic (Xinhua) -- Los gobiernos de Cuba y Francia continúan un proceso de acercamiento gradual, que busca sobre todo reforzar los lazos económicos entre los dos países.
Esa aproximación vive un nuevo capítulo con la visita a la isla del secretario de Estado encargado del Comercio Exterior y el Turismo de Francia, Jean-Baptiste Lemoyne, quien fue recibido por el vicepresidente cubano Ricardo Cabrisas, según informó hoy la prensa cubana.
El encuentro tuvo lugar en la tarde del sábado como parte de la agenda de Lemoyne en la isla en el contexto de la celebración de la III Sesión de la Comisión Económica y Comercial y del Comité de Orientación Estratégica del Fondo de Contravalor entre Cuba y Francia.
De acuerdo con el diario Juventud Rebelde, único de circulación nacional los domingos, en la reunión "se realizó un amplio intercambio de opiniones sobre los antecedentes de las relaciones económicas bilaterales y las perspectivas que existen para continuar fortaleciéndolas".
"Especial atención tuvo la marcha de los acuerdos suscritos entre ambos gobiernos y los negocios en ejecución entre empresas francesas y cubanas", indicó el rotataivo.
Cabrisas destacó la importancia de celebrar periódicamente esos encuentros bilaterales a nivel gubernamental, así como de impulsar la participación de empresas francesas en negocios de inversión extranjera en Cuba.
Los nexos entre los dos países comenzaron a reforzarse en mayo de 2015 con la visita a La Habana del entonces presidente francés Francois Hollande, quien fue recibido por el ahora ex mandatario cubano Raúl Castro.
La visita a Cuba de Hollande tuvo un marcado significado político, pues también fue la primera de un gobernante europeo tras el anuncio, en diciembre de 2014, de manera simultánea por los gobiernos de Estados Unidos y Cuba, del inicio de un proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Además, Hollande llegó a la capital cubana casi un año y medio después de que la Unión Europea decidiera reanudar el diálogo político y la cooperación con Cuba, lo que abrió una puerta a la normalización de las relaciones entre el bloque comunitario y la isla, estancadas en la última década.
Ese estancamiento fue provocado por la llamada "Posición Común", un documento adoptado por la UE en 1996, a instancias del entonces jefe de gobierno español José María Aznar, que condicionó las relaciones con Cuba a la promoción de la democracia y al respeto de los derechos humanos.
Según medios franceses, durante la visita de Hollande se pactó la reestructuración de la deuda de la isla con Francia, país que también tuvo un papel destacado en la renegociación de la deuda cubana con los países acreedores del Club de París, un paso clave para que Cuba pueda acceder a líneas de crédito internacionales.
En reciprocidad, en febrero de 2016, Castro visitó París, donde fue recibido por Hollande, con quien sostuvo una larga conversación de más de una hora. Ambas partes firmaron una decena de convenios.
En enero del pasado año, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) abrió su primera oficina en la isla para poner en marcha proyectos de cooperación, entre los que destaca un programa de desarrollo cooperativo ganadero por 25 millones de euros.
En julio último, el gobierno francés fue el primero de Europa en tender la mano al nuevo presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, con una visita a la isla en julio pasado del ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian.
Tres meses después, Díaz-Canel, en tránsito hacia una gira por Asia, realizó una escala en París, donde fue recibido por el primer ministro Edouard Philippe, con quien sostuvo un almuerzo de trabajo.
En la actualidad varias empresas francesas tienen negocios en Cuba, entre ellas Pernod-Ricard, en el sector de las bebidas; Accor, Nouvelles Frontiéres y Fram-Voyages, en el turismo; Bouygues, en obras públicas, y Total, en el área de la energía.
Asimismo, las aerolíneas francesas Air France y Corsair realizan vuelos regulares entre las dos naciones.
Unas 60 firmas francesas están activas en Cuba, ya sea a través de asociaciones con entidades locales, mediante oficinas de representación, sucursales o de sociedades en manos de franceses instalados en la isla, según fuentes oficiales de Francia.
La isla registró un récord de visitas de turistas franceses en 2017 al superar por primera vez el umbral de los 200.000, con un total de 209.619 viajeros galos.
En 2017, Cuba recibió 4,7 millones de turistas, cifra que supuso un crecimiento del 16,5 por ciento en relación con 2016.
El intercambio comercial entre Francia y Cuba apenas alcanza los 390 millones de dólares anuales, con una balanza fuertemente favorable a la nación europea, que vende a la isla esencialmente cereales y productos alimenticios.
Los dos países mantienen cooperación en el combate al narcotráfico y el enfrentamiento a los efectos del cambio climático.
También tienen acuerdos en las esferas cultural, científica y técnica, entre ellas en la enseñanza y difusión de la lengua francesa y los festivales anuales del cine galo, así como en los sectores de la biotecnología, agronomía, medicina e ingeniería.
París y La Habana establecieron relaciones diplomáticas en 1902, aunque los vínculos históricos y culturales son de mucho antes, cuando durante la Revolución Haitiana (1791-1804) muchos colonos franceses con sus esclavos se asentaron en varios puntos de la geografía cubana, donde aún pueden apreciarse sus huellas.