MADRID, 3 ene (Xinhua) -- El aterrizaje de la nave china Chang'e-4 en la cara oculta de la Luna supone una "auténtica proeza" y marcará un hito a la hora de aplicar conocimientos extraídos de esta aventura espacial, explicó a Xinhua el gerente del Cluster Aeroespacial de la Comunidad de Madrid, Eugenio Fontán.
"Aterrizar la nave en la cara oculta de la Luna es una proeza técnica porque requiere un periodo de tiempo significativo en el que la nave no va a tener comunicación con la Tierra", comentó.
Lanzada el 8 de diciembre de 2018, la sonda lunar china Chang'e-4, integrada por un módulo de aterrizaje y un explorador, aterrizó en la cara oculta de la Luna este jueves a las 10:26 hora de Beijing (02:26 GMT), según la Administración Nacional del Espacio de China.
Esta es la primera vez que una nave aluniza en la cara oculta de la Luna.
Debido a que el ciclo de traslación de la Luna es igual a su ciclo de rotación, es una misma cara la que da siempre hacia la Tierra. La otra cara, la mayor parte de la cual no puede ser vista desde la Tierra, se llama la cara oculta o cara oscura porque no ha sido explorada.
El experto aeroespacial señaló que la dificultad del alunizaje reside precisamente en que son muchas las decisiones imprevistas a las que se enfrenta cualquier nave.
"En esta ocasión, a diferencia de otras tripuladas o no, pero siempre guiadas desde la Tierra, la sonda china debió hacerlo sola. Muy pocas agencias espaciales tienen la capacidad para hacerlo", recalcó Fontán.
Dijo que la hazaña coloca a China en una mejor posición dentro del ámbito aeroespacial y la tecnología usada para el alunizaje tendrá varias aplicaciones que "pronto se usarán en el día a día", agregó el experto.
"Podemos sacar la similitud de esta sonda con un dron. Por lo tanto, va a permitir adquirir una experiencia válida para manejar drones o naves sin piloto en lugares recónditos como fosas submarinas, en las que la nave podrá tener la capacidad de tomar sus propias decisiones", explicó.
La nave china recorrió los más de 384.000 kilómetros que separan la Tierra de su satélite y tras seleccionar cuidadosamente el área, realizó el alunizaje en el cráter Von Karman en la cuenca de Aitken del polo sur.
A diferencia de la curva parabólica de la trayectoria de descenso de su predecesora, la Chang'e-3 que llegó a la cara visible, la Chang'e-4 realizó un aterrizaje casi vertical, explicó el jefe de diseño del programa de exploración lunar de China, Wu Weiren.
"Esto fue un gran reto por el escaso tiempo, alta dificultad y riesgos", agregó Wu.
De acuerdo con Fontán, este hito completa "un gran ciclo de China marcado por la puesta en órbita de varios satélites para hacer pruebas de comunicaciones cuánticas, lo que supone un salto tecnológico muy importante".
"Es una de las pocas naciones que puede hacerlo y debe ser de gran utilidad científica, especialmente con aplicaciones en seguridad", observó.
El experto español destacó que otros de los grandes éxitos que China ha conseguido recientemente en el espacio han sido las "mejoras en los sistemas de navegación" y en la "destrucción segura de satélites".
Fontán exhortó a todos los gobiernos a la colaboración en materia espacial, pues consideró que el espacio "es un reto que a la humanidad le viene grande", aunque resaltó los grandes progresos que muestra China.
"Pueden estar satisfechos, es una buena noticia para toda la humanidad. Les felicito", se congratuló el científico español.
La nave Chang'e-4 está equipada con múltiples instrumentos para conocer mejor la cara oculta de la Luna, ya que se pretende que obtenga detalles que permitan desvelar los entresijos del lado del satélite que nunca se ha visto desde la Tierra.