Los trabajadores de protección local transportan una marsopa sin aletas desde un lugar de alimentación temporal en un muelle del Lago Poyang en Duchang, provincia de Jiangxi, en marzo. [Foto: Fu Jianbin /China Daily]
Por Kelly Wang
Beijing, 09/01/2019(El Pueblo en Línea) - En un lago de Oxbow, a lo largo del nivel medio del río Yangtze, uno de los animales más amenazados de China emerge para respirar.
Una espalda negra resbaladiza sin arcos y una aleta dorsal breve se dibuja por encima de la línea del agua antes de sumergirse de nuevo.
Tales destellos de la tímida marsopa sin aletas del Yangtze, el único mamífero acuático que queda en el río más largo de China y que es conocido como el "ángel sonriente", son cada vez más raros.
La contaminación, la sobrepesca y el tráfico marítimo la han puesto en peligro crítico, peor aún que el Panda.
El gobierno de China estima que en el 2017 habían 1.012 marsopas sin aletas en el Yangtze, en comparación con más de 1.800 pandas gigantes.
Una marsopa sin aletas del Yangtze se alimenta en la reserva nacional de Tianezhou en Shishou, provincia de Hubei, en noviembre. [Foto: proporciona a China Daily]
Pero los investigadores ven señales de esperanza.
Del 2006 al 2012, la población de marsopa se redujo casi a la mitad, cifrando los 1.040 ejemplares.
Desde entonces, la tasa de declive se ha ralentizado notable, sugiriendo que la conservación puede estar surtiendo efecto.
Un componente central del esfuerzo de rescate es la introducción de marsopas en varias áreas de conservación del río. Es allí donde los investigadores afirman que la población ha ido creciendo.
Signos alentadores
A comienzos de la década de 1990, entre 30 y 40 marsopas fueron llevadas a la Reserva Natural de Tianezhou Oxbow, en la provincia de Hubei, un lago conectado al Yangtze por un arroyo. Ahora hay alrededor de 80 ejemplares.
“Descubrimos que los animales no sólo pueden sobrevivir, sino también pueden reproducirse naturalmente y con éxito en Tianezhou”, afirmó Wang Ding, experto en marsopas de la Academia de Ciencias de China.
"Eso es muy alentador”, subrayó.
Los investigadores también acreditan la labor gubernamental contra las actividades contaminantes y la sobrepesca, los proyectos de reproducción artificial y la creciente concienciación medioambiental entre la emergente clase media china.
"La voz y supervisión de la sociedad han jugado un papel muy importante”, indicó Zhang Xinqiao, jefe del proyecto de conservación de la marsopa del Fondo Mundial para la Naturaleza.
Una marsopa sin aletas juega con un trabajador en una piscina del Delfinario Baiji en Wuhan. [Foto: Johannes Eisele/AFP]
Los funcionarios chinos están dispuestos a evitar una repetición del problema que se creó con el Baiji, o delfín Yangtze, el segundo mamífero acuático oriundo del Yangtsé que queda en el río y que desde el 2007 ha sido considerado "funcionalmente extinto", significando un gran revés para las labores de conservación natural en China.
Perder al "ángel sonriente" sería otra tragedia, han advertido los especialistas en conservación natural.
La marsopa es una de las pocas subespecies de marsopa de agua dulce del mundo, que se considera un barómetro natural para la salud general del río más importante de China.
“Cerdo del río”
La marsopa sin aletas se menciona en antiguos poemas chinos y ha sido considerada como un presagio de lluvia.
Algunos lugareños lo llaman el "cerdo de río " por su cuerpo regordete y cabeza redondeada.
Los adultos pueden alcanzar hasta dos metros de largo.
Desde que China volvió a abrirse al mundo hace cuatro décadas, el nivel de vida ha mejorado, pero también se ha disparado la contaminación del aire y el agua.
En enero del 2016, el presidente Xi Jinping pidió un impulso a la protección fluvial. Los pasos han incluido normas de pesca más estrictas y otros proyectos de protección medio ambiental.
Más tarde, ese año se lanzó un plan de acción formal de protección de la marsopa, que incluyó mejores reubicaciones lejos del río y más sitios de reserva e investigación sobre la cría artificial.
La Reserva Tianezhou, establecida en 1992, afirma ser el primer y único ejemplo del mundo donde los cetáceos- que incluyen delfines y marsopas-pueden sobrevivir y reproducirse después de la reubicación.
Otra de las medidas es promover que los pescadores locales que viven cerca del lago cambien de profesión. Wang Hesong, de 46 años, se convirtió en vigilante de la Reserva Tianezhou.
"Mira allí, una madre y su cría”, indica Wang mientras pilotea la barca por el lago.
Los tímidos mamíferos se sumergieron rápidamente.
Los visitantes responden a las sonrisas de dos marsopas sin aletas en un acuario de Yichang, provincia de Hubei. [Foto: Liu Shusong/ China Daily]
"Sólo vienen un par de segundos para respirar. Salimos a patrullar y los vemos todos los días", afirma Wang.
Aunque dentro del lago, de 21 kilómetros de largo, se vive un ambiente de santuario natural, en el río las marsopas se enfrentan a una terrible presión.
Zhang advierte que los días de la marsopas que viven en el río pudieran estar contados.
"No tienen dónde esconderse en el río", indica.
"Mientras exista el peligro, como por ejemplo un nuevo deterioro del hábitat natural, es muy probable que los ejemplares podrían disminuir drásticamente."
El reloj está marcando
Con el reloj en contra, un Centro de Investigación de la cercana ciudad industrial de Wuhan acoge seis marsopas sin aletas para la investigación, la cría y para atraer al público.
Dos de ellas, con gracia, circundan una ventana de observación que mira hacia su enorme tanque, inclinando sus cuerpos de forma juguetona para interactuar con los visitantes.
"Ellos nos dicen Hola", afirma Liu Hanhui, un voluntario. "Creo que entienden los sentimientos humanos."
Según la WWF, las marsopas sin aletas adultas del Yangtz poseen una inteligencia equivalente al desempeño de un niño entre 3 y 5 años.
Sin embargo, son difíciles de criar en cautiverio.
Un ejemplar nacido en junio en el delinario -fundado en 1980- es apenas la segunda marsopa nacida allí que ha sobrevivido más de 100 días, mientras que los ejemplares salvajes a menudo fallecen antes de alcanzar la adultez debido al impacto humano en su habitat.
Liu, un estudiante universitario de acuicultura, junto a 40 voluntarios, los fines de semana y días festivos ayuda a alimentarlas, y participa en diversas actividades para promover la concienciación de la protección de la marsopa.
Respaldados por decenas de empresas y ONGs, han proliferado los eventos de conservación que se celebran en la región. Dichos programas tienen como objetivo instruir al público y alentar mayores esfuerzos de protección por parte del gobierno.
"Nuestro desaforado desarrollo como especie ha provocado que una especie desaparezca rápidamente. Me siento como si estuviera expiando los crímenes de toda la humanidad", concluye Liu.
(Web editor: Rosa Liu, Rocío Huang)