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Afirma Brasil que sin reforma de pensiones economía entrará en recesión en 2020

BRASILIA, 22 feb (Xinhua) -- La Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía de Brasil dijo hoy que el país puede sumergirse en una nueva recesión en la segunda mitad del año que viene si no se aprueba la reforma de pensiones enviada por el presidente Jair Bolsonaro al Congreso esta semana.

Los técnicos apuntan riesgos de que el país entre en una nueva espiral de deterioro de las cuentas públicas, lo que resultaría en el aumento de la tasa de interés y, en consecuencia, en el bloqueo del crecimiento económico.

"En el escenario sin reforma de pensiones, el crecimiento del Producto Interno Bruto en 2019 sería inferior al 1 por ciento, y Brasil ya entraría en recesión a partir del segundo semestre de 2020, caminando para pérdidas comparables a las ocurridas en el período 2014 a 2016 ", afirmó el documento.

Los economistas se refirieron al período en que la economía brasileña se contrajo un 7 por ciento, en el peor ciclo recesivo en la historia del país.

En caso de que la reforma no fuera aprobada, la economía crecería este año un 0,8 por ciento, bastante inferior a la previsión actual de los analistas, del 2,5 por ciento.

El año que viene, el crecimiento se reduciría para 0,3 por ciento, deslizándose para el terreno negativo, donde permanecería hasta 2023.

El presidente del Senado, David Alcolumbre, dijo este jueves que la reforma de pensiones puede ser votada hacia julio próximo, antes del receso parlamentario de invierno.

Alertó, sin embargo, sobre la necesidad de que el gobierno organice una base parlamentaria para poder reunir los votos necesarios.

La imposibilidad de alcanzar los votos exigidos para la aprobación de un Proyecto de Enmienda Constitucional para modificar el sistema de pensiones, impidió aprobar un proyecto semejante enviado por el ex presidente Michel Temer al Congreso.

El proyecto debe ser votado por una mayoría calificada, lo que obliga al gobierno a una amplia negociación con las numerosas bancadas partidarias.

Actualmente, la Cámara de Diputados y el Senado registran el más alto nivel de fragmentación partidaria de la historia brasileña.

La reforma, que prevé aumento de la edad mínima para jubilación en 65 años para hombres, y 62 para mujeres, es considerada crucial por el equipo económico para equilibrar las cuentas públicas.

El proyecto endurece las reglas de jubilación y reduce los gastos del gobierno en el pago de beneficios, para llegar a una economía para las arcas públicas de unos 1,16 billones de reales (unos 315.000 mdd) en 10 años.