BUENOS AIRES, 13 jul (Xinhua) -- El acuerdo comercial alcanzado a finales de junio entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea (UE) "abre una gran oportunidad" para Argentina, que avanza así hacia el "libre comercio" y se aleja del proteccionismo, que "arruina las economías", afirmó hoy el economista Agustín Etchebarne.
En entrevista con Xinhua, el director de la Fundación Libertad y Progreso (FLyP), se refirió a las perspectivas que, tras el acuerdo entre los dos bloques, se abren para Argentina y la región, como así también al valor del multilateralismo y el intercambio global por sobre las medidas que apuntan a cerrar las economías y el comercio.
"El acuerdo abre una gran oportunidad para la Argentina. Sobre todo, porque puede servir para coordinar los esfuerzos de la clase dirigente, políticos, empresarios y sindicalistas, en vistas a aumentar la competitividad de nuestro país. Con las reglas y los impuestos actuales a Argentina se le hace muy difícil o imposible competir en muchos sectores", señaló Etchebarne.
Para el experto, "una vez que sea ratificado por las legislaturas de 32 países, el Tratado se convertirá en una herramienta formidable para dirigir a la Argentina hacia el libre comercio. Luego de este tratado será mucho más fácil continuar con otros", auguró.
A nivel regional, "el acuerdo con Europa puede ser el camino para que los miembros del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) se despierten a los beneficios del comercio libre. Hasta ahora, el Mercosur sólo sirvió para cerrar aún más las economías y para desviar el comercio hacia adentro del Mercosur, alejándonos del resto del mundo. Este Tratado con la UE, en cambio, puede forzar a sus miembros a competir y hacerse más competitivos", consideró el experto.
El entrevistado, especialista en Desarrollo Económico, Comercialización Estratégica y Mercados Internacionales, afirmó que Argentina "debe ahora encarar una serie de reformas estructurales para ganar competitividad, estabilidad y eficiencia, para poder competir con éxito".
"El primer punto será la reforma laboral, como lo hizo Alemania en los noventa y Brasil más recientemente, para flexibilizar el mercado de trabajo y reducir el costo de los despidos y, por ende, de tomar nuevos empleados", dijo el economista.
Además, consideró "necesaria una mega desregulación en vistas a simplificar todo tipo de trámites y una reforma impositiva cuyo objetivo de máxima sería eliminar al menos 153 de los 163 impuestos vigentes para aliviar a empresas y personas. El objetivo de mínima es reducir la presión impositiva".
Consultado sobre los sectores que podrían verse beneficiados y cuáles deberán reconfigurarse para no resultar perjudicados tras el acuerdo entre el Mercosur y la UE, Etchebarne afirmó que "es imposible conocer de antemano todos los sectores que serán beneficiados en el futuro, pero está claro que Argentina tiene ventajas competitivas en el sector agroalimentario, en la energía, o en la economía del conocimiento, al menos en comparación con otros países de la región".
"Dentro de los sectores que tendrán que sufrir una reconversión importante se encuentra el sector textil o toda la industria de la provincia de Tierra del Fuego (sur), que tendrán un alivio impositivo y regulatorio, pero en algunos casos será insuficiente. Algunas empresas desaparecerán y habrá nuevos modelos de negocio", anticipó.
En ese contexto, el analista resaltó el valor del libre comercio y el multilateralismo en contraposición al proteccionismo: "Las ventajas del comercio han sido reconocidas en toda la historia por griegos, fenicios, árabes, romanos, chinos u holandeses, siendo siempre sinónimo de prosperidad".
Según la cancillería argentina, el acuerdo alcanzado el pasado 28 de junio en Bruselas, capital de Bélgica, implica la integración de un mercado de casi una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, con más de 100.000 millones de dólares de comercio de bienes y servicios.
Incluye además la eliminación de aranceles para el 93 por ciento de las exportaciones del Mercosur a la UE y un trato preferencial para el 7 por ciento restante. Respecto a bienes industriales, el bloque europeo liberalizará casi la totalidad de su comercio, mientras que el Mercosur lo hará en un 80 por ciento.
Iniciadas en la década de los 90 del siglo pasado, las negociaciones entre el Mercosur y la UE estuvieron interrumpidas de 2004 a 2010, debido a la resistencia de ambas partes a hacer más concesiones.
Del lado europeo, las resistencias fueron en el plano agrícola, mientras que del lado sudamericano estuvieron en el sector industrial.
Retomadas en 2012, las negociaciones entraron de nuevo en un "impasse" al momento de presentar las respectivas ofertas a inicios de 2014, pero de nuevo ganaron impulso en 2017.
Tras el anuncio formal de los ministros del Mercosur y los comisarios de la UE, el texto del acuerdo será sometido a una revisión legal de estilo para posteriormente ser firmado y remitido a los respectivos congresos para su ratificación.