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El farol de hierro que iluminó el camino de la Larga Marcha

Pueblo en Línea  2019:07:15.16:01

La Academia Gongcheng, en Tongdao, provincia de Hunan, se ha convertido en una atracción turística debido a la reunión celebrada allí en 1934, encuentro que cambió el curso de La Larga Marcha. [Foto: Xinhua]

Huaihua, 15/07/2019 (El Pueblo en Línea) - Yang Zhengyi, de 73 años, vestido de gris luce gallardo y joven.

El anciano estaba de muy buen humor ya que su hijo y nuera, que trabajaban en la ciudad, planeaban visitarlo con su nieto de 6 meses. Pasarían juntos el fin de semana.

La antigua casa de madera de tres pisos de Yang, con arroyos en la parte delantera y trasera, ubicada en Yutou, se mantiene fresca en los verano y tibia durante el invierno. Esta aldea de la etnia Dong, en el condado Tongdao, provincia de Hunan, tiene una historia de más de 600 años.

Yang es depositario de un tesoro que ha protegido durante décadas: el farol de hierro que perteneció a su padre Yang Zaineng.

El artefacto se exhibe en la Academia Gongcheng, lugar donde los líderes del Partido Comunista de China (PCCh) celebraron hace 85 años una reunión urgente. Este encuentro cambió el curso de una epopeya sin parangón en la historia china: La Larga Marcha.

Desde octubre de 1934 hasta octubre de 1936, los oficiales y soldados del Ejército Rojo, asi como los trabajadores y campesinos chinos, dirigidos por el PCCh, abandonaron sus bases en el este de China y marcharon a través de ríos furiosos, montañas nevadas y praderas áridas para romper el asedio de Chiang Kai-shek y las fuerzas lideradas por el partido Kuomintang. Algunos de ellos caminaron 12.500 kilómetros.

Esta maniobra militar fue un punto de inflexión en la revolución china. La reunión en la Academia Gongcheng fue un acontecimiento crucial para La Larga Marcha. El Ejército Rojo abandonó su antigua ruta hacia el norte y decidió desplazarse hacia el oeste, precisamente desde Hunan hasta la provincia de Guizhou.

“En la década de 1930, las tropas del Kuomintang venían de vez en cuando a la aldea”, comenta Yang Zhengyi. “Los bandidos también llegaban y hostigaban a los aldeanos, que tenían que reunir sus pertenencias y huir para ir a esconderse en las montañas cercanas”.

Después de haber escuchado que se aproximaba un ejército desconocido, toda la aldea se escondió, excepto Yang Zaineng. Aquell fornido joven de 20 años se quedó para proteger a su aldea.

Yang Zaineng pronto descubrió que los soldados y oficiales del Ejército Rojo actuaban de forma diferente: abonaron con monedas de plata la comida y la leña que habían tomado de la aldea.

“Mi madre era una adolescente, y observó que los soldados del Ejército Rojo habían respetado las raíces de las verduras que habían cortado, para que pudieran crecer de nuevo", afirma Yang Zhengyan, una señora de 59 años que reside en Yutou. "Cuando las tropas del Kuomintang pasaban, las arrancaban de cuajo.”

En plena noche, un oficial del Ejército Rojo le pidió a Yang Zaineng que les guiara hacia Guizhou. Mientras avanzaban, Yang tenía que comunicarse con mímica porque los soldados no entendían el dialecto local.

A lo largo de sinuosos senderos montañosos, ellos caminaron varias docenas de kilómetros. Yang Zaineng estaba a punto de regresar sobre sus pasos cuando un oficial le entregó un farol de hierro para que iluminara su camino a casa.

Fue un regalo precioso. Yang conservó el farol y después se lo entregó a su hijo menor, rogándole que cuando creciera fuera como los soldados del Ejército Rojo.

Yang Zhengyi cumplió el último deseo de su padre y con apenas 17 años se enroló como artillero en el Ejército Popular de Liberación. Después de su retiro de la vida militar, ocurrido a finales de 1960, regresó a Yutou y enseñó en una escuela primaria local. Yang Biao, el hijo menor de Yang Zhengyi, le siguió los pasos y también se unió al Ejército Popular de Liberación.

Hoy en día, la aldea Yutou es una atracción turística muy popular. Debido a su hermoso paisaje natural, singular arquitectura étnica Dong y sus famosas artesanías, y también gracias a la conmovedora historia de La Larga Marcha, atrae a miles de visitantes de todo el país.

"Cuando mi nieto crezca, le contaré la historia del farol de hierro", asegura Yang Zhengyi. 

(Web editor: 吴思萱, Rosa Liu)

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