Novak Djokovic volvió a comer el césped de Wimbledon
Wimbledon, 15/07/2019 (El Pueblo en Línea) - Novak Djokovic volvió a comer el césped de Wimbledon. El serbio se impone en un ejercicio de serenidad y contención a Roger Federer, magnífico en la batalla, derrotado por un tenista excelso que está llamado a marcar su propia era, y única, abatidos sus dos más pertinaces contendientes. El serbio se corona por quinta vez en Wimbledon, en una final preciosa que se guardará mucho tiempo en la memoria de los espectadores y sobre todo del propio Federer, que tuvo en sus manos el trofeo con dos bolas de partido que aún tiemblan entre las paredes de la Pista Central, según ABC.
En otro ejercicio monumental de contención, Federer ajustó la estrategia, especialmente dedicada para este Djokovic que siempre tiene algo más en los partidos que le importan, donde se juegan las diferencias entre ser el mejor del mundo y ser uno más. Atendió a las lecciones que le había dejado su victoria contra Nadal y aceptó el reto del serbio, todavía más completo porque se estira como un chicle para defenderse, saca con mucha más saña y es el mejor restador del circuito con permiso del propio suizo. Incluso más, porque en esta final de ensueño, mostró la superioridad moral que, hoy por hoy, mantiene con el español y, sobre todo el suizo, que no le ha ganado en un partido de Grand Slam desde 2007, y que ha perdido, con esta, tres finales en su jardín dorado de Wimbledon. Djokovic, simplemente, es superior.
Y ante este jugador, Federer no tuvo más remedio por tanto que sacrificar la comodidad por el riesgo, consciente como es de que a cualquier pelota blandita, Djokovic se vuelca sobre ella con el colmillo cargado de peligro. Así, la derecha buscaba la línea con la misma hambre que el servicio el ace. Funcionó bien para empezar, un poco frío Djokovic y sin la elasticidad ni los reflejos que lo caracterizan en los restos. Pero se fue entonando el serbio. Y con ese pequeño acelerón con el que evitaba los juegos en blanco de su rival, a Federer la contención se le escurrió en los momentos que menos tocaba, decidiendo sin acierto, con la tensión quemándole en la mano. Esa decisión errónea de lanzar su derecha hacia donde estaba Djokovic para que este defendiera sin problemas el punto de break en el cuarto juego. Y todavía peores cuando se le juntó con la precipitación en el tie break: otra subida a la red que se queda a medias, otra derecha que se va por querer ir demasiado deprisa. Desaprovechado un 5-3 y saque y entregado el primer set porque ante las dudas, Djokovic decidió mejor: una dejada buena, un passing mejor y el puño hacia su palco.