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La revolución de los aseos en China: paso a paso se llega lejos

Pueblo en Línea  2019:07:17.16:51

Un baño público en el parque Binjiang, ciudad de Ezhou, provincia de Hubei. (Foto: portal del gobierno de Hubei)

 

En el 2015, China inició la “revolución de los aseos".Muchos se preguntarán acerca del origen, importancia y alcance de esta ambiciosa reforma que tiene como principal objetivo contribuir a la revitalización del campo chino y potenciar la construcción de una sociedad modestamente próspera.

 

Por Yasef Ananda

El Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China acaba de anunciar que este año se invertirán 7 mil millones de renminbi (1.01 000 millones de dólares estadounidenses) para seguir impulsando el programa económico-social bautizado popularmente como "la revolución de los aseos rurales”. El propio organismo también ha confirmado que el pasado año se lograron renovar 10 millones de baños rurales.

Muchos se preguntarán acerca del origen, importancia y alcance de esta ambiciosa reforma que tiene como principal objetivo contribuir a la revitalización del campo chino y potenciar la construcción de una sociedad modestamente próspera.

"La revolución de los aseos rurales” era una de las grandes tareas pendientes, que unida a la modernización de la agricultura, la explotación de nuevos nichos de mercado dentro del país, expansión del comercio transfronterizo a través de la participación en plataformas digitales, el desarrollo del turismo rural y el aumento de los indicadores de bienestar social buscan inclinar la balanza a favor de la erradicación de la pobreza extrema. Los resultados de esta estrategia de “revitalización rural” permitirá que millones de agricultores y campesinos, aupados en la nueva redistribución de la riqueza colectiva, puedan llegar a sumarse a los diversos grupos de consumo que demanda la nueva normalidad de la economía china, orientada a elevar la demanda interna y la calidad del crecimiento económico. 

Un baño público en el distrito Yangpu de Shanghai, el 19 de abril de 2019. (Foto: IC)

La “revolución de los aseos" se inició en el 2015. En un principio buscaba incrementar el nivel de salubridad y la cantidad de baños “decentes” en las zonas turísticas del país. A medida que avanzó, se extendió a los baños públicos de las ciudades y desde ahí, llegó a los baños privados de los residentes rurales, sustituyendo poco a poco las demasiadas letrinas y las moscas por servicios con alcantarillado e infraestructuras modernas de fabricación china.

No cabe duda que los baños públicos de cada país son un preciso barómetro que permite aquilatar la preocupación y nivel de consciencia por el bienestar social, tanto a favor de sus residentes como de sus visitantes. Las condiciones sanitarias, ya sean públicas o privadas, indican un determinado nivel de progresión mental. Y sobre todo avecinan resonancias que permiten categorizar el espacio inmediato y las personas que lo habitan.

Un baño de las zonas rurales de China antes de la "revolución de los aseos".(Foto: Agencia)

Hace diez años, las consideraciones de hoy no fraguaban relieve. Recuerdo que en los baños públicos del metro de Beijing, la capital de China, se fumaba a todo tren y la limpieza no aspiraba a conquistar su definición mejor. Tampoco podríamos aplaudir los escasos baños citadinos, que al visitarlos por razones de fuerza mayor (casi siempre en pleno aterrizaje de emergencia) y con la preocupación de encontrarse lo peor, lamentablemente nunca decepcionaban. Los servicios en carreteras, pueblos y aldeas tampoco eran harina de otro costal. Y en muchas casas de agricultores donde pernocté -específicamente en las provincias de Henan y Guizhou- el ambiente “holía feo”, justificado con el socorrido recurso que nunca llegué a comprender: así es el campo chino. Esta sentencia, que escuché inumerables veces, fomentaba inmacular la asimétrica realidad: un pujante esplendor económico, representado en colosales infraestructuras, flamantes autos importados e inmuebles de ensueño (donde se suponía que deberían existir también aseos de ensueño) que encallaban en servicios públicos deplorables y un mínimo de rigor social hacia los menos favorecidos.

Asi las cosas, los inodoros "sucios y caóticos" se identificaron como "el eslabón más débil" de los servicios turísticos de China. En este sentido, la actitud de los gobiernos locales, más preocupados por el crecimiento del PIB y el nivel de las inversiones en los sectores industriales que por mantener un sano equilibrio entre ingresos y calidad de los servicios públicos, tuvo que cambiar en aras de una urgente modernización integral.

Los baños en las casas de los aldeanos en la aldea Anli,distrito de Linqu, ciudad de Zibo, provincia de Shandong. (Foto de Xinhua)

La búsqueda de la armonía entre lo bello y lo útil es una las constantes existenciales de una civilización en ascenso. Con creatividad, inversión y esfuerzo, China ha ido avanzando en su ambiciosa e inédita "revolución de los aseos rurales”. Hay un curioso capítulo que evidencia todo lo que se puede lograr cuando hay interés. Un complejo de baños públicos instalados en un parque de la provincia de Guizhou consta de doce baños en forma de pétalos, que unidos forman una flor. Cada uno de los petálos-baños, además de inodoro y lavabo, ofrecen un pequeño jardín.

Ahora bien, el actual programa debe mantener un paso y dinámica sostenibles, cuidándose de encallar en las nefastas resacas que provoca el ebrio triunfalismo de arbitrarias “revoluciones”. Son los gobiernos locales, como ya han subrayado los especialistas chinos en desarrollo comunitario y social, los que deben velar por la trascendencia, sinergia, creación de valor agregado y beneficios tangibles (más allá de la imagen de modernidad y el impacto de la estadística) de la “revolución de los aseos", favoreciendo el potencial y escalado social que puede -y debe llegar a tener- la implementación de políticas responsables en la segunda economía del mundo y la nación más poblada del planeta.

A diferencia de años atrás, hoy la calidad del baño público –citadino o rural-, e incluso del aseo propio en aldeas y pueblos de China, declara su promisorio avance y reafirma un mejor futuro para las comunidades y los residentes rurales del gigante asiático. 

(Web editor: 赵健, Rosa Liu)

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