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¿Cómo la diplomacia del ping-pong rompió el molde?

Pueblo en Línea  2019:09:17.16:05

Shanghai ha sido testigo de una serie de acontecimientos memorables que testimonian las interacciones que China promueven con Estados Unidos. [Foto: proporcionada a China Daily]

Por Zhang Yunbi y Zhao Xu

Innovadoras medidas recordadas casi 50 años después

Beijing, 17/09/2019 (El Pueblo en Línea) - El 7 de abril de 1971, el último día de competición en el 31º Campeonato Mundial de Tenis de Mesa celebrado en la ciudad japonesa de Nagoya, Connie Sweeris, la campeona de Estados Unidos, fue llamada a una reunión.

“Nos dijeron que nos habían invitado a visitar China”, recuerda. “Sin embargo, a ningún estadounidense se le había permitido entrar en China durante 22 años.”

Tres días después, desde un tren Sweeris estaba mirando el extenso mosaico de arrozales, salpicados por labriegos que cargaban cubos de agua en un palo que sostenían en hombros.

En el tren de Sweeris también estaban sus compañeros de equipo, un grupo de 15 integrantes, incluyendo 9 jugadores, que viajaron desde Hong Kong hasta Guangzhou, capital de la provincia de Guangdong, donde comenzó la visita a China que duró una semana.

Lo que la joven atleta no se dio cuenta era la historia que se estaba fraguando, y donde ella era parte integral.

Dos meses más tarde, en febrero de 1972, el presidente estadounidense Richard Nixon visitó China. Y dos meses posteriores a la visita presidencial, un equipo chino de tenis de mesa compitió en Estados Unidos.

A este período de la historia, conocido como la “diplomacia del ping-pong”, se hace referencia en la exitosa película “Forrest Gump”, en la que el personaje principal desarrolla una aptitud por el deporte y se une al equipo del Ejército de los Estados Unidos y compite contra el equipo chino en su gira de buena voluntad.

El catalizador de los acontecimientos históricos de 1972 fue un dramático encuentro entre el jugador estadounidense Glenn Cowan y el atleta chino Zhuang Zedong, tres veces campeón del mundo.

Una tarde en Nagoya, Cowan estaba practicando con un jugador chino cuando se dio cuenta de que era demasiado tarde para coger el autobús de su equipo. En su lugar, tomó el autobús del equipo chino. Zhuang se levantó de su asiento en la parte posterior para saludar a Cowan y le regaló una serigrafía de la cordillera Huangshan.

Más tarde, cuando Cowan y Zhuang se bajaron del autobús, fueron el centro de atención de los medios. Preguntado por un periodista si quería ir a China, Cowan respondió: "¡Por supuesto!"

En una entrevista televisiva en 2002, Zhuang recordó cómo dudó antes de acercarse a Cowan en el autobús, y cómo registró todo su bolso para encontrar un regalo. Cowan hizo lo mismo, pero solamente encontró un peine.

Sweeris, de 72 años, recuerda aquel momento con nitidez.

"Yo estaba en el equipo de Estados Unidos cuando ese hecho sucedió. Glenn nos dijo que estaba tan emocionado de haber conocido a Zhuang, el mejor jugador de tenis de mesa del mundo, pero que se sintió mal por no tener un regalo decente que ofrecerle. Salió al día siguiente y le compró a su nuevo amigo una camiseta con la frase ‘Que reine la paz’”.

Sweeris, como la mayoría de ellos, desconocía las negociaciones de alto nivel que tenían lugar en el contexto del viaje. Pero en su memoria queda el recuerdo de los agitados preparativos.

“Tuvimos que obtener permiso del gobierno de EE.UU. Nuestros pasaportes, que llevaban las palabras ‘No se puede entrar en la China continental comunista’ fueron llevados a la embajada de Estados Unidos para que la advertencia fuera tachada con un rotulador negro”, explica.

El Shanghai Disney Resort es uno de los lugares más populares de Shanghai. [Foto: proporcionada a China Daily]

El papel clave de Shanghai

Shanghai, un destino de visita obligada para muchos extranjeros, en las últimas décadas ha sido testigo de una serie de acontecimientos memorables que acuñan las interacciones, el cambio y el avance entre China y Estados Unidos.

La ciudad acogió tanto al equipo de tenis de mesa de Estados Unidos en 1971 como al presidente Nixon, al año siguiente.

De acuerdo a diplomáticos veteranos, las interacciones entre China y Estados Unidos en Shanghai, y lo que se ha logrado en esta ciudad en el pasado reciente, son parte del legado compartido de los dos países: lecciones que deben transmitirse.

Los diplomáticos comentaron que los encargados de la formulación de las políticas, tanto en Estados Unidos como en China, necesitan mantener la cabeza fría, desarrollar nuevos enfoques y reforzar el compromiso mutuo para asegurarse que las cuestiones escamosas y aquellas de naturaleza cambiante no se conviertan en los detonantes de una crisis ni minimizen las perspectivas de crecimiento económico.

Al final del histórico viaje de Nixon, los gobiernos chino y estadounidense emitieron el Comunicado de Shanghai, la primera declaración conjunta, preludio para establecer las relaciones diplomáticas en 1979.

Desde entonces, Shanghai ha sido la sede de otros eventos cruciales, como la primera reunión entre el presidente Jiang Zemin y su homólogo estadounidense George W. Bush en 2001, así como la última ronda de consultas económicas y comerciales bilaterales de alto nivel, celebrada en julio de este año.

Junto con el consenso alcanzado, después de la Beijing y Washington han experimentado diferencias en un grado variable en las últimas décadas.

El embajador de los Estados Unidos en China, Terry Branstad, comentó a los medios locales durante una visita a la Feria Estatal de Iowa en los Estados Unidos a mediados de agosto: “Estamos de vuelta en la mesa de negociaciones, pero hay grandes diferencias”.

Da Wei, presidente adjunto de la Universidad de Relaciones Internacionales de Beijing y experto en estudios estadounidenses, recalcó que se necesita una perspectiva estratégica para abordar los lazos entre China y Estados Unidos, y “ambas partes deben tener confianza en sí mismas y no deben atribuirle a la otra parte sus propios fallos”.

Para evitar que los dos países se desgasten en una "guerra fría", Da Wei aconseja que deberían mantener su sana competencia, tener control y ampliar la cooperación bidireccional.

También deben ejercer una gestión eficaz de crisis para protegerse contra los “accidentes no intencionados o perturbaciones de un tercero”, añadió.

Cui Tiankai, embajadora de China en los Estados Unidos, afirmó en una recepción celebrada en Washington el 1º de agosto que “la cooperación china-estadounidense que abarca el Océano Pacífico es cada vez más profunda, y no sólo ha avanzado a favor del propio desarrollo de cada país sino que también ha beneficiado al mundo”.

Cumpliéndose el 40 aniversario de los lazos diplomáticos sino-estadounidenses, Cui expresó: “Una cosa que hemos aprendido de las últimas cuatro décadas es que ambos países se benefician de la cooperación y pierden con la confrontación”.

Connie Sweeris se enfrenta a una jugadora chino durante la visita del equipo chino de tenis de mesa a los Estados Unidos, 1972. [Foto: proporcionada a China Daily]

Agenda en evolución

Wu Xinbo, un destacado estudioso y profesor de estudios estadounidenses que reside en Shanghai, participó en los eventos de las visitas oficiales de Bill Clinton y Barack Obama, en 1998 y 2009, respectivamente.

Cuando Clinton visitó Shanghai, después de viajar a Xi'an, capital de la provincia de Shaanxi, y a Beijing, Wu fue el único experto en relaciones internacionales junto con otros siete residentes locales invitados a hablar con el líder estadounidense en un simposio celebrado en la biblioteca de la ciudad.

Wu se impresionó cuando Clinton le pidió su opinión sobre las relaciones entre China y Estados Unidos.

“Elogió mi análisis y luego habló sobre la cuestión de Taiwán”, subrayó Wu, y agregó que Clinton declaró que Estados Unidos no apoyaba la “independencia de Taiwán”.

“Ambos gobiernos pusieron grandes esperanzas en ese viaje”, recalca Wu, quien ahora se desempeña como director del Centro de Estudios Estadounidenses de la Universidad Fudan de Shanghai.

“Pero en ese momento, el apoyo político dentro de los Estados Unidos hacia el desarrollo de las relaciones con China no era muy fuerte, y muchos políticos estadounidenses no pudieron observar el crecimiento económico de China y los cambios sociales que habían tenido lugar”, añadió Wu.

Al revisar la dinámica agenda China-EE.UU. de las últimas décadas, Wu considera que el hecho de que los dos países hayan avanzado en su relación y se estén adaptando constantemente a los nuevos tiempos es un “gran éxito”.

En una conferencia de prensa, después de sus conversaciones con el presidente Bush ocurridas en Shanghai el 19 de octubre de 2001, el presidente Jiang Zemin destacó los deberes compartidos de los dos países para defender la paz y la seguridad de Asia-Pacífico y del mundo, y en la lucha contra el terrorismo. Asimismo, instó a que se abordara adecuadamente los vínculos, en particular la delicada cuestión de Taiwán.

En diciembre de ese año, Bush acogió con beneplácito la admisión de China en la Organización Mundial del Comercio y describió los lazos estadounidenses con China como francos y constructivos, informó en aquel momento el Diario del Pueblo.

Dieciocho años más tarde, el presidente Xi Jinping y su homólogo estadounidense Donald Trump se reunieron en el contexto de la Cumbre del G20 en Osaka, Japón.

Los mandatarios dialogaron sobre la economía y el comercio, sobre los chinos que estudian en Estados Unidos, la cuestión de Taiwán y la cuestión nuclear de la península de Corea.

Wu subrayó que a veces los dos países han tenido diferentes prioridades, pero que han logrado encontrar puntos comunes.

“La principal lección para los dos países es que hay que ser muy prudente sobre cuestiones que afectan a los intereses fundamentales bilaterales, como la cuestión de Taiwán. No se debe permitir que los lazos bilaterales estén sujetos a la política interna”, añadió el profesor.

Yuan Peng, uno de los principales expertos en Estados Unidos y presidente del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China, observó que a pesar de la cuestión de Taiwán, muchas otras cuestiones nuevas que surgieron -incluida la situación nuclear coreana, el Mar de China Meridional, la economía mundial gobernanza y el cambio climático- no se incluyeron en las históricas declaraciones conjuntas emitidas por los dos gobiernos en 1972, 1978 y 1982.

Sobre la base de permanecer fieles a los principios esbozados por los documentos fundacionales, los dos países deben seguir buscando un nuevo marco para complementarlos, y “solamente de esta manera es que se puede dar forma a un crecimiento más equilibrado entre China y Estados Unidos”, manifestó Yuan. Y añadió que los dos países deberían “tranquilizarse”.

“Washington necesita reconocer y aceptar el ascenso pacífico de China, mientras que Beijing debe convencer a Estados Unidos de que su ascenso no se logrará a través de un poder desafiante”, sugirió.

Involucrarse

En una ciudad que cambia rápidamente, el Shanghai Disney Resort y la primera fábrica en el extranjero del gigante de vehículos eléctricos Tesla se encuentran entre las instalaciones que mejor representan el compromiso económico y cultural sino-estadounidense.

El Disney de Shanghai se ha convertido en el parque de mayor crecimiento de la empresa. A principios de este año, Disney confirmó planes para crear nuevas instalaciones temáticas dentro del gran parque de Shanghai.

El 7 de agosto, Tesla anunció que la construcción de su fábrica avanzaba sin problemas, y estimó que la producción podría comenzar a finales de este año.

Shanghai también estuvo en el punto de mira de los medios de comunicación en julio, cuando acogió la 12º Ronda de Consultas Económicas y Comerciales entre China y Estados Unidos.

Fue la primera vez que las negociaciones se celebraban en una ciudad distinta a las capitales. Algunos comentaristas y observadores coincidieron que los negociadores buscaban avanzar y que necesitaban “circunstancias más habilitadoras”.

De acuerdo a los informes de los medios de comunicación chinos, el Xijiao State Guest Hotel, que acogió las conversaciones entre Jiang y Bush en 2001, fue el lugar elegido para las discusiones presididas por el viceprimer ministro Liu He, Robert Light, representante comercial de Estados Unidos y el Mnuchin, secretario del Tesoro de los Estados Unidos.

El Ministerio de Comercio de China anunció en un comunicado que las dos partes mantenían intercambios profundios en un "diálogo telefónico eficiente y constructivo" sobre cuestiones importantes de interés común. Y discutían sobre la compra china de productos agrícolas estadounidenses.

No es la primera vez que Shanghai es testigo del avance de las conversaciones de los dos países sobre una agenda económica y comercial crítica.

En junio del 2001, los negociadores de ambas partes para la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio se reunieron cuando Shanghai acogió la Reunión de Líderes Económicos de APEC.

Shi Guangsheng, titular de comercio exterior en ese momento, declaró que “avanzaron en negociaciones duraderas" y llegaron a un consenso clave sobre los subsidios agrícolas de China.

Esto jugó un papel vital en la resolución de los problemas que no se habían resuelto en las negociaciones multilaterales, destacó el ministro Shi al periódico Shanghai Jiefang Daily en 2017.

China ha sido el principal socio comercial de Estados Unidos desde 2015. Y la inversión bidireccional ha alcanzado casi 160 mil millones de dólares.

Al intervenir en una ceremonia de graduación de la Escuela de Economía y Gestión de la Universidad de Tsinghua, Shi refirió que todavía existe un espacio considerable para el crecimiento. Y enfatizó que la fricción comercial bilateral está teniendo un impacto en EE.UU. que “no puede ser subestimado”.

En medio de la tensión comercial actual, Shi indicó que los consumidores estadounidenses son los que pagan por cualquier arancel adicional que se le imponga. Y a eso se suma la reducción de productos agrícolas exportados a China que daña las perspectivas de los agricultores estadounidenses.

Esto “definitivamente afectará a los intereses de los Estados Unidos, e incluso tendrá un impacto político”, aseveró.

Los expertos de ambas naciones piden la eliminación de las barreras a los intercambios pueblo a pueblo, que se han visto afectados por la tensa relación.

En mayo, The Associated Press informó que después de más de una década de rápido crecimiento, el número de visitantes chinos a los Estados Unidos se redujo por primera vez en 15 años.

Durante una reunión con el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, en Bangkok, el 1 de agosto, el Consejero de Estado y Ministro de Relaciones Exteriores Wang Yi afirmó que los dos países deberían ampliar la cooperación en diversos campos y que esperan que Estados Unidos sea un facilitador, en lugar de obstaculizar el intercambio entre ambas naciones.

Jan Berris, vicepresidente del Comité Nacional de Relaciones entre Estados Unidos y China, precisó: “Soy un firme creyente en el compromiso y en los intercambios”.

Cuando Deng Xiaoping, entonces viceprimer ministro, realizó una visita simbólica a Estados Unidos en febrero de 1979, Berris se encargó de coordinar las actividades de la prensa china. En las siguientes cuatro décadas, él viajó a China más de 150 veces.

“A pesar del hecho de que los dos gobiernos no tienen la mejor relación en este momento, hay y puede haber una gran variedad de intercambios en diferentes niveles que proporcionan una oportunidad para que los estadounidenses y los chinos aprendan entre sí”, añadió Berris.

Zhu Feng, decano de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Nanjing, considera que involucrar a más académicos y funcionarios retirados en el diálogos de dos vías (discusiones no oficiales) podría generar una mayor profundidad, flexibilidad y abrir un debate que ayude a impulsar los contactos entre los centros de pensamiento y análisis, formular consejos políticos y “evitar errores de cálculo sobre algunas cuestiones importantes”.

El 16 de agosto, el sonido de las pelotas de ping-pong que rebotaban se podía escuchar en el John Wooden Center de la Universidad de California en Los Angeles mientras los 58 miembros del equipo nacional chino entrenaba 20 días con los jugadores de EE.UU. Mientras esto sucedía, las tensiones comerciales continuaban.

"Este año se celebra el 48 aniversario de la diplomacia del ping-pong. Gracias a esta práctica, varias generaciones de jugadores y funcionarios del tenis de mesa, tanto chinos como estadounidenses, han desarrollado una sólida base”, aseguró Liu Guoliang, presidente de la Asociación China de Tenis de Mesa.

“Creo que nuestra amistad y el espíritu de la diplomacia del ping-pong continuarán”, concluyó Liu.

 

Liu Yinming colaboró con este artículo 

(Web editor: 吴思萱, 赵健)

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