Manifestantes participan en una protesta, en Santiago, capital de Chile, el 22 de noviembre de 2019. (Xinhua/Jorge Villegas)
"Pedimos en el cabildo mejorar la salud, las pensiones y la educación, porque hay jóvenes que no pueden acceder a las universidades porque los aranceles son muy altos".
SANTIAGO, 25 nov (Xinhua) -- "Cuando terminó, nos sentimos como si hubiéramos estado en otro tiempo. Sentíamos que estábamos al fin siendo escuchados", afirmó Maritza Bravo luego de participar en un cabildo durante noviembre; ella como otros miles de chilenos ha participado en estas instancias ciudadanas para discutir sobre el futuro del país, a un mes del inicio del estallido social en Chile.
Bravo ha vivido por más de 30 años en la comuna de Maipú, una de las más populosas del país, que se levanta en la periferia de la región Metropolitana.
Junto a sus vecinos han articulado cabildos para discutir sobre la realidad social por la que atraviesa Chile, en los que han logrado reunir a más de 100 personas, desde adolescentes hasta ancianos.
"Participaron profesores, periodistas, estudiantes de derecho, liceanos, universitario, obreros, dueñas de casa, profesoras. Eso es lo bonito que tiene esta participación, que junta a todas las personas sin distinción", reflexionó.
Subrayó que "pedimos en el cabildo mejorar la salud, las pensiones y la educación, porque hay jóvenes que no pueden acceder a las universidades porque los aranceles son muy altos".
El cabildo en el que Bravo participó se organizó a metros de la estación del Metro de Santiago "Del Sol", donde murió Alex Núñez, quien fue golpeado por la Policía, durante el estado de emergencia que regía en el país.
Desde el inicio del estallido social en Chile, el 18 de octubre pasado, se han autoconvocado una cifra aún incalculable de cabildos a lo largo del país bajo la consigna de una nueva Constitución.
"El gobierno anterior, de Michelle Bachelet, entre 2015 y 2016, trató de cambiar la Constitución. No lo logró, pero estableció un mecanismo que se llama 'cabildos autoconvocados'. Ese fue un proceso mediante el cual la gente se autoorganizó para discutir ciertos temas respectos a la Constitución", explicó a Xinhua Claudio Fuentes, analista político y académico de la Universidad Diego Portales.
Este proceso en el que se organizaban los barrios, familias, juntas de vecinos o colegios sirvió como un aprendizaje social para que la gente, tras el estallido de la crisis social, tomara la "experiencia previa de reunirse".
"Automáticamente cuando vino el conflicto social tan agudo y con tanta violencia, con tanta marcha, la gente espontáneamente empezó a reunirse en lo que se llama 'cabildos autoconvocados'", apuntó el experto.
Detalló que los cabildos tienen dos funciones, uno de contención, porque "nacen con una función de contención social, de reunirse, de conversar con la gente en el barrio, los problemas de seguridad que están teniendo ahora, con las protestas y hacen llegar sus preocupaciones".
Pero también tienen la función de empezar a articular "algo de demandas, no solamente nacional, sino también territorial".
Sin embargo, lamentó que, a diferencia del proceso liderado por Bachelet, no hay un ente del Estado o de la sociedad civil que esté sistematizando todas estas demandas.
Los cabildos han destacado por su heterogeneidad y especificidad. Se han reunido escritores, músicos, mujeres, niños y niñas, ancianos, entre decenas de otras organizaciones que han dirigido la discusión en función de sus preocupaciones.
En el estadio Monumental de Santiago, donde juega de local el club de fútbol Colo Colo, el más popular y ganador del país, se han celebrado varios cabildos orientados a sus hinchas.
El profesor en Educación Física de 32 años Sebastián Velázquez comentó a Xinhua, tras participar en este encuentro, que el cabildo "fue un aprendizaje muy grande, porque el estar en una mesa con diferentes personas genera un debate muy nutritivo".
"Es difícil cambiarlo todo, la gente y nosotros mismos queremos que se arreglen muchas cosas. La base de todo puede ser el cambio a la Constitución", reflexionó.
Remarcó que hay gente a la que "no le alcanza para vivir un mes completo en Chile y eso es lo que estábamos discutiendo, por eso hay tanto descontento".
"Yo como profesor ganaba 430.000 pesos (520 dólares). Pagaba 200.000 pesos (241,9 dólares) de arriendo, 180.000 (217 dólares) de la cuota del automóvil y me quedaba con 40.000 pesos (48,3 dólares) para vivir, ¿qué tipo de persona puede vivir con eso?", ejemplificó.
El pasado 15 de noviembre, el Gobierno chileno se abrió por primera vez a modificar la Carta Magna que rige al país desde 1980, creada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
En abril de 2020, tras un acuerdo transversal de la clase política chilena, la ciudadanía del país será convocada para sufragar en un plebiscito para aceptar o rechazar el cambio de la Constitución.
Chile enfrenta hace varias semanas protestas ciudadanas consecutivas por demandas sociales, como el aumento de las pensiones y salarios, mejoras a la calidad de la salud y la educación, sumado al reclamo por una nueva Constitución.
El Poder Judicial de Chile informó el martes pasado que 26 personas han muerto en el estallido social, de las cuales tres no se han logrado identificar, cinco fallecieron a manos de agentes del Estado, y dos bajo la custodia de agentes policiales o militares.
(Web editor: 周雨, Rosa Liu)