Los guardias soportan el frío extremo para mantener la frontera segura

Pueblo en Línea  2019:12:19.14:49

Nota del editor: esta es la sexta de una serie de historias sobre los guardias de patrulla fronteriza de China, que habla sobre los desafíos a los que se enfrentan y su trabajo para mantener el país seguro, prevenir el tráfico de drogas y personas, y mantener relaciones amistosas con sus homólogos en los países vecinos.

La policía fronteriza patrulla a través de un puente en el municipio de Beiji, provincia de Heilongjiang, en octubre. Zhang Yanbo / China Daily

Beiji, Heilongjiang, 19/12/2019 (El Pueblo en Línea) - La policía en el puesto fronterizo más septentrional de China tiene que soportar los vientos helados a medida que las temperaturas caen en picado y los ríos se congelan.

Los residentes del municipio de Beiji, provincia de Heilongjiang, creen que los visitantes vienen a su ciudad por tres razones principales: para decir que han pisado el punto más septentrional de China; experimentar el frío extremo; y ver al "Papá Noel" certificado de Finlandia, que está estacionado allí como una atracción turística durante la temporada navideña.

Pero para los oficiales de la Administración Nacional de Inmigración en la estación de control fronterizo local, las mismas cosas que atraen a la gente al "Polo Norte" son los mayores obstáculos para mantener su tramo de 2.798 kilómetros cuadrados de la frontera de 173 kilómetros con Rusia libre de problemas.

"Inspeccionar los documentos de Santa es pan comido, porque la última aplicación de telefonía móvil de la administración significa que solo son necesarios unos minutos para completar el procedimiento", dijo el oficial Zhang Chunmao, mientras inspeccionaba un vehículo que entraba en una aldea, también llamada Beiji, donde se encuentra la estación.

El asentamiento, con 2.204 habitantes, y el mejor lugar en China para observar la aurora boreal, está rodeado de bosques de pinos de la Gran Cordillera de Khingan por tres lados y el río Heilongjiang, que hace de frontera natural, por el otro.

Según la Administración de Meteorología de China, la temperatura promedio anual en la aldea es de -5℃, pero puede llegar a los -50℃ o menos.

"Cuando el río Heilongjiang se congela por completo a finales de noviembre, la gente puede cruzar fácilmente la línea central, que forma una frontera real. Es cuando comenzamos a patrullar a pie", dijo Zhang.

Un área boscosa de Rusia, escasamente poblada y cubierta de escarcha, se encuentra al otro lado del río, y un puesto de seguridad marca la presencia de la fuerza de control fronterizo de Rusia.

"Ningún equipo de protección puede salvarnos de los vientos en el río helado con temperaturas extremadamente frías, pero es nuestro deber estar allí", dijo Zhang, de 27 años, y señaló que -38℃ es la temperatura más baja registrada en el pueblo hasta ahora este año.

Cao Youfeng, subdirector de la Brigada de Control Fronterizo de la Oficina de Seguridad Pública de Mohe, dijo: "Cuando el río se congela, la superficie no es tan plana como muchas personas suponen. En realidad, es muy desigual y el viento es insoportable. Los oficiales solo pueden patrullar unos 8 km en un día. Así de difícil es".

Zhu Fuchao, el oficial a cargo de Beihong, una aldea a unos 100 km al este de Beiji, dijo que los oficiales han aprendido suficientes trucos para garantizar que sus rutinas diarias no se vean afectadas por el clima extremo.

"En invierno, debes usar guantes en todo momento para tocar las manijas de las puertas de la patrulla. Es extremadamente desagradable que la piel de tus manos se congele y quede pegada a una manija", dijo. "Darle una buena patada a la puerta antes de abrirla es otra cosa a la que nos hemos acostumbrado, porque se congela durante la noche".

Cao dijo que la estación usa la última tecnología, como un sistema integrado de vigilancia fronteriza y patrullas de drones, para mejorar la eficiencia de la aplicación de la ley en condiciones climáticas extremas.

"Aunque la estación de Beiji está en la frontera, las tecnologías de aplicación de la ley que utilizamos son tan avanzadas como las de las grandes ciudades", añadió.

Al igual que muchos en la estación, Zhang es a la vez oficial de la Administración Nacional de Inmigración de primera generación y oficial de Defensa Fronteriza de la Policía Armada China de última generación.

En abril del año pasado, la Administración Nacional de Inmigración se estableció como parte de la reforma estructural del gobierno. Combina los departamentos de Gestión de Entrada y Salida e Inspección de Fronteras del Ministerio de Seguridad Pública, aunque todavía está bajo la gestión del ministerio.

"Desde que se estableció este organismo, el enfoque de la estación de policía ha cambiado de evitar que las personas crucen la frontera ilegalmente y mantener estable toda el área fronteriza", dijo Cao. "Tener un área fronteriza libre de problemas es la base para salvaguardar la frontera".

Dos oficiales caminan por el helado río Heilongjiang en febrero. Zhang Yanbo / China Daily

Ayudando a los lugareños

Zhang dijo: "Se trata de tomar en serio los problemas de las personas, sin importar lo grandes o pequeños que sean".

En 2017, una anciana de la aldea de Beiji visitó la estación de policía porque sospechaba que le habían robado dos patos de su cobertizo.

Zhang y otro oficial reunieron imágenes de cámaras de vigilancia para observar las huellas de los patos.

"Resultó que varios perros callejeros los habían matado cuando deambulaban por la calle. La mujer nos dijo que realmente apreciaba los esfuerzos que habíamos hecho para ayudarla", dijo. "Servir a los residentes locales es una parte importante del trabajo de defensa fronteriza".

No se ha producido un delito importante en el área de Beiji desde 2002, y la tasa de delitos es extremadamente baja. Sin embargo, la carga de trabajo de los oficiales aumentó significativamente después de que el asentamiento una vez aislado se convirtiera en el destino obligatorio de los "buscadores del norte". Durante la temporada alta, el lugar puede recibir hasta 40.000 turistas.

La expresión china "buscar el norte" significa buscar una dirección, por lo que muchas personas deciden ir al municipio de Beiji para demostrar que al menos lo han intentado. Incluso la estación de policía se ha convertido en una atracción turística porque es la más septentrional de China.

En el pasado, los aldeanos dependían principalmente del comercio de madera para ganarse la vida, pero el turismo se convirtió en la fuente clave de ingresos después de 2014, cuando se prohibió la venta de madera en la Gran Cordillera de Khingan.

Peligro

"Los 'buscadores del norte' nos han traído más ingresos, pero a veces se ponen en peligro subestimando lo que puede provocar el frío extremo", dijo Cui Yujie, un aldeano que ofrece alojamiento y desayuno a turistas.

Wang Zi, un oficial que ha participado en muchas misiones de rescate, dijo que algunos turistas del sur de China que nunca antes habían visto nieve se sobreexcitan y conducen por carriles nevados en los bosques, en lugar de carreteras selladas.

"Si sus coches se averían, tenemos que localizarlos rápidamente para que no se congelen", dijo.

Más del 60% de los casos que maneja la estación cada año están relacionados con la búsqueda de turistas, y más de 100 han sido rescatados en los últimos dos años.

"Algunos simplemente no creen que sea un gran problema cruzar la línea central del río helado durante unos minutos para hacerse una foto. Siempre les digo que los oficiales de la Administración Nacional de Inmigración no tolerarán ese comportamiento", dijo Li Liang, una guía que acompaña a un grupo de turistas de Estados Unidos.

En 2016, Zhang Yanbo se convirtió en miembro de la estación en la aldea de Beiji, con una historia de más de 70 años.

"Cuando comencé a patrullar me di cuenta de lo que realmente significa la integridad territorial y de lo que la gente ha hecho para protegerla", dijo el joven de 26 años, que creció en la ciudad.

"La zona fronteriza más septentrional de China se mantendrá segura bajo nuestra vigilancia".