Aspersores automáticos riega las plantas de pimienta en un invernadero de la ciudad de Haidong, Qinghai. [Foto: Deng Jia/ Banco Asiático de Desarrollo]
Por Wang Xiaoyu
Qinghai, 15/01/2020 (El Pueblo en Línea) - Las fuertes nevadas de la semana pasada hicieron descender las temperaturas en la aldea Jinyuan, provincia de Qinghai, a menos 17 grados centígrados.
Por suerte, las setas plantadas sobrevivieron a la congelación gracias a las bondades de una infraestructura apropiada y protectora. Y comenzaron a retornar.
La escena dibujó una sonrisa en la cara de Wang Yuyun, líder de la aldea.
"Los micelios son un signo muy alentador para la plantación de prueba", afirmó Wang. "Si las setas pueden crecer aquí, los ingresos de nuestra aldea aumentarán y podremos disponer de una mejor seguridad social para los residentes.
El año pasado, las flores en maceta cultivadas en estos invernaderos generaron más de 350.000 renminbi (50.800 dólares) en ingresos directos, un importante impulso para el fondo colectivo. Una gran parte del dinero se reinvirtió en aumentar la cobertura de la dotación y el seguro médico, reforzar la educación de los niños locales y repartir gratuidades a todos los hogares.
Jinyuan, con una población de 773 habitantes, se encuentra en la ciudad de Delingha, donde el invierno se prolonga durante más de seis meses y la mayoría de las tierras agrícolas están plagadas de altas concentraciones de sal y son infértiles.
"Las plantas en macetas sólo pueden crecer aquí en verano, por lo que los invernaderos a menudo están ociosos durante el largo y frío invierno de Delingha", explica Wang. "Estoy experimentando con setas tipo morel para probar otras formas de obtener dinero en esa época.
Los nueve invernaderos que abarcan alrededor de 0,74 hectáreas fueron entregados a la cooperativa de la aldea Jinyuan en 2017 por la Oficina de Agricultura, Ganadería y Alivio de la Pobreza de Delingha, cuya labor es estimular el desarrollo de las industrias rurales.
Los fondos adicionales invertidos en la renovación de instalaciones y la compra de equipos provinieron de una colección de fondos para aliviar la pobreza asignados por el gobierno central y otros gobiernos de nivel superior.
En Delingha, había 989 personas viviendo en una pobreza abyecta y 20 aldeas empobrecidas a nivel nacional en 2015, según el gobierno de la ciudad.
Antes de que los invernaderos entraran en funcionamiento a principios del 2018, Delingha ya había sacado de la pobreza a los residentes que figuraban en la lista, incluidos los que viven en la aldea Jinyuan.
Desde entonces, el gobierno ha tomado una serie de medidas para consolidar los logros de la erradicación de la pobreza, acelerando el desarrollo de la economía colectiva, mejorando la infraestructura y los servicios públicos y asegurando la prestación de seguros y otros beneficios sociales.
En los últimos cuatro años, en Delingha casi 310 millones de renminbi del Fondo de Alivio a la Pobreza se dedicaron al desarrollo de industrias destacadas. Las áreas abarcan desde la plantación de flores ornamentales y quinua hasta la cría de yaks y ovejas.
Hasta el 2019, tales empresas habían generado alrededor de 3,3 millones de renminbi en ingresos para los aldeanos participantes.
Wang Rui, funcionario de la Oficina del Fondo de Alivio a la Pobreza, destacó que regalar recursos no es una solución sostenible para mejorar el nivel de vida de los aldeanos.
"El beneficio más notable del desarrollo de las industrias rurales es que ofrecen nuevas oportunidades de trabajo que son estables y se adaptan a las condiciones de cada zona", indicó. "De esta manera, muchos aldeanos asumen la iniciativa de mejorar su nivel de vida."
En 2016, Ankang, otra aldea de Delingha, comenzó a cultivar quinua, un producto en auge. Los fondos asignados para aliviar la pobreza se utilizaron para cultivar las tierras, comprar la maquinaria agrícola y adquirir las semillas. Además, se brindó capacitación a los agricultores locales sobre cómo cultivar el aclamado grano.
Dai Cunzhong, de 53 años, aldeano de Ankang, ha logrado remontar el flagelo de la pobreza y aumentar sus ingresos dentro de la producción de quinua. Dai ha contratado más de 6,7 hectáreas de tierra para cultivar quinua. Esta actividad le genera decenas de miles de renminbi anuales. Además, trabaja como guardabosques local con un salario mensual de unos 2.700 renminbi.
Gracias a los planes y la seguridad asumida por el gobierno, Dai agredece que pueda disfrutar un día sin tener que preocuparse por las tasas de matrícula de su hija o contar los centavos a la hora de comprar carne.
"Desarrollar industrias rurales es el método más directo, eficaz y duradero para salir de la pobreza”, destacó Kang Junsheng, funcionario de la Oficina de Alivio de la Pobreza en Ankang.
"Este año, estamos planeando aprovechar la industria de procesamiento de quinua y movilizar a los aldeanos para aprender a descascarillar y hacer una primera limpieza de la quinua cruda. Así le daremos un mayor valor de mercado”, concluyó.
(Web editor: 吴思萱, 赵健)