ESPECIAL: "Desde el primer día decidí quedarme", solidaridad de un chileno en Wuhan

Xinhua  2020:02:17.15:08

El abogado chileno Cristian Pradenas y un compañero en los dormitorios de la Universidad Normal Central de China, en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei. (Foto cortesía del entrevistado)

WUHAN, 17 feb (Xinhua) -- Mientras la mayoría de las personas en el mundo preferirían estar lo más lejos posible de Wuhan, epicentro del brote de coronavirus en China, el abogado chileno Cristian Pradenas decidió quedarse en la ciudad y ayudar a combatir la epidemia.

Pradenas llegó al país asiático en 2014 para cursar una maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad Normal Central de China, ubicada en la ciudad, capital de la provincia de Hubei. El estallido de la neumonía viral conocida como COVID-19 lo sorprendió seis años después a punto de discutir su tesis de doctorado en Política Internacional en el mismo centro.

"Desde el primer día decidí quedarme en Wuhan y así se lo comuniqué a mi familia", cuenta Pradenas en entrevista con Xinhua. "Ellos lo entendieron y también se lo informé a la embajada chilena".

La ciudad se encuentra bajo medidas excepcionales de control epidémico desde finales de enero. La provincia de Hubei, especialmente su capital, concentra la mayor parte de los casos y fallecimientos producto de la neumonía viral que ha cobrado la vida de más de 1.700 personas en todo el país.

Más de 20 mil profesionales sanitarios de todas las regiones del país se han sumado a la primera línea de combate contra el coronavirus en Hubei y hospitales con capacidad para más de mil personas fueron construidos desde cero en la capital provincial para tratar a los pacientes enfermos.

Aunque el flujo normal de personas en Wuhan fue cortado para evitar la propagación del virus, las autoridades chilenas informaron a Pradenas que la cancillería china había habilitado canales para atención de dudas y consultas, así como mecanismos para abandonar la ciudad tras someterse a una cuarentena de 14 días y cumplir con todos los requerimientos sanitarios.

Pero los planes del abogado chileno eran otros: permanecer en Wuhan y ayudar en las tareas de control de la epidemia en la medida de sus posibilidades.

Por su propia seguridad, quedó confinado dentro de los dormitorios de la Universidad Normal Central de China, que fueron decretados como zonas limpias del virus y sometidos a severas medidas de control. Pero el aislamiento no fue excusa para la inacción.

"Creo que todos podemos colaborar de alguna forma y a nivel personal lo que decidí fue recolectar fondos por Wechat y cualquier otro mecanismo", asegura.

El joven chileno cuenta que gracias al dinero recaudado en las redes sociales pudieron comprar las primeras 10 mil mascarillas que pronto llegarán al país y serán donadas a un hospital de Wuhan. "Ahora estamos planificando la compra y entrega de 10 mil más".

Los esfuerzos de Pradenas y sus compañeros desbordan las fronteras chinas.

"En Chile, una de las voluntarias, Camila Saavedra, ya tiene cerca de tres mil máscaras compradas mediante donaciones de particulares y se habilitó un punto para recolectar ayuda en una actividad de emprendedores llamada Mercadito ON, en la ciudad chilena de Arica", refiere.

El joven abogado también participa en una recaudación de fondos a través de una plataforma en línea que lanzaron desde Italia estudiantes extranjeros de Wuhan.

"Hola a todos. Somos un grupo de estudiantes de Wuhan. Algunos de nosotros estamos de vuelta en nuestros países debido a la cuarentena, pero queremos ayudar a nuestra ciudad a ganar la batalla contra el coronavirus. Decidimos hacer esto para ayudar con lo que podamos a comprar algunas mascarillas para los hospitales de Wuhan", se lee en la presentación de la iniciativa a la que ya se han sumado al menos cuatro donantes.

Los esfuerzos del abogado chileno pueden parecer modestos en comparación con las dimensiones de la crisis epidémica que enfrenta China. Sin embargo, sus acciones se suman a otras dentro y fuera del país que buscan tender una mano amiga en momentos de dificultad, desde pequeños grupos hasta grandes empresas y organismos multinacionales.

Quizás el sentimiento que mueve a la mayoría de ellos esté resumido en el llamado a la solidaridad que hacen Pradenas y sus compañeros en la plataforma en línea: "Wuhan y China nos han dado mucho, un hogar, un trabajo y un lugar para estudiar. Este es el momento de retribuir. Combatamos juntos. ¡Vamos, Wuhan!". (Por Sergio Alejandro Gómez)