Beijing, 28/02/2020 (El Pueblo en Línea) - A medida que la situación de control epidémico de COVID-19 en los EE.UU. se deteriora, las inconsistentes declaraciones de su gobierno con respecto al nuevo coronavirus han confundido a la opinión pública, mostrando su falta de capacidad y disposición para enfrentar la amenaza.
En una declaración pública realizada este martes durante su visita a la India, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que el coronavirus está muy controlado en los Estados Unidos y que es un problema "que va a desaparecer". Ese mismo día, el asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, también señaló que Estados Unidos ya contuvo el virus.
Este miércoles, durante una conferencia de prensa, Trump nuevamente minimizó el riesgo, afirmando: "Pase lo que pase, estamos totalmente preparados".
Sin embargo, otros funcionarios del gobierno adoptaron una opinión diferente, criticando comentarios como "simplificación y engaño". Alex Azar, secretario de Salud y Servicios Humanos de la administración estadounidense, aportó un tono más serio y le subrayó al Congreso: "No podemos aislar herméticamente a Estados Unidos del virus. Debemos ser realistas al respecto".
La divergencia de puntos de vista entre los funcionarios del gobierno sobre el control del COVID-19 alcanzó el martes un punto de ebullición, cuando el senador John Kennedy criticó al secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, Chad Wolf, por su ignorancia sobre el virus durante una tensa sesión de preguntas sobre la respuesta de Estados Unidos al brote.
Wolf prácticamente no respondió las preguntas de Kennedy, incluidas cuántas personas creía que se infectarían, cuántos respiradores y máscaras están disponibles y cuántas serían necesarias para atender un brote más amplio. Para empeorar las cosas, Wolf expresó ante el senador que la vacuna podría estar lista en tan sólo unos meses, contradiciendo el testimonio de una sesión informativa anterior del Congreso donde se aclaró que desarrollar una vacuna demoraría entre 12 y 18 meses.
El fracaso de Estados Unidos en tomar suficientes medidas para contener el brote de H1N1 en 2009-2010, y su lenta respuesta a desastres naturales como el huracán Katrina, han puesto en duda las capacidades del sistema de respuesta de emergencia del gobierno de ese país.
“No puedo creer que nuestro principal líder de seguridad nacional pueda ser tan ignorante sobre el nuevo coronavirus. Como ciudadano común, ni siquiera sé a quién debo creerle. El desempeño, apenas satisfactorio de los Estados Unidos en la batalla contra la gripe porcina de 2009, una década después parece haber progresado poco", comentó un internauta llamado Thomas Hudson.
Episodios de farsa similares han tenido lugar en la política estadounidense desde que comenzó el brote de coronavirus, mostrando la ignorancia y la incapacidad del gobierno de los Estados Unidos para enfrentar la crisis. En lugar de elaborar un plan sólido y detallado, los políticos estadounidenses han dedicado su tiempo a señalar con el dedo a China, desprestigiando al Partido Comunista de China y al sistema político chino, que han movilizado decisivamente a toda la nación en la lucha contra el nuevo coronavirus.
Irónicamente, un mes después de que algunos funcionarios del gobierno de EE.UU. y varios medios de comunicación criticaran a China por declarar la cuarentena en la ciudad de Wuhan, los funcionarios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) emitieron la primera orden federal de cuarentena de EE.UU., no proclamada desde el brote de viruela en la década de 1960. Casi 1,000 estadounidenses se han enfrentado o se enfrentan a cuarentenas obligatorias de 14 días.
La situación de control de la epidemia del nuevo coronavirus en los Estados Unidos es mucho menos prometedora de lo que anuncia el presidente Trump. El secretario Azar señaló que el país tiene una reserva de 30 millones de máscaras quirúrgicas N95, pero que se necesitarían 300 millones para proteger a los trabajadores de la salud durante un brote. Peor aún, los CDC advirtieron que una mayor propagación del coronavirus COVID-19 en los EE.UU. podría congestionar las salas de emergencias y generar escasez de suministros médicos cruciales, especialmente cuando la gripe estacional, que ya asciende a más de 26 millones de casos, mantiene su apogeo en el país y exige numerosas capacidades hospitalarias.
"No se trata de si esto sucederá a un mayor nivel, sino más bien de cuándo ocurrirá, y cuántas personas en este país tendrán que sufrir una enfermedad grave", advirtió la Dra. Nancy Messonnier, especialista de los CDC.
(Web editor: 吴思萱, 赵健)