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Por Xu Yicong
Washington, 14/04/2020 (El Pueblo en Línea) - En los últimos días, Estados Unidos ha adoptado una serie de prácticas de alta presión contra la Organización Mundial de la Salud, desde acusar públicamente al secretario general Tedros Adhanom Ghebreyesus de "poner a China como el centro" hasta declarar que dejará de ayudar financieramente a la organización; y desde pedir abiertamente a Tedros que vaya al Congreso de Estados Unidos para "escuchar" hasta "prescindir" del puesto de Tedros. EE.UU. ha tenido una serie de gestos y comentarios feos.
Frente a la epidemia de COVID-19, la OMS ha hecho todo lo posible para comprender la situación, organizar la coordinación y proporcionar una guía meticulosa para la prevención y el control de la epidemia de los Estados miembros día y noche. Su trabajo y sus logros son notables y merecen el reconocimiento y los elogios de todos.
A este respecto, Estados Unidos no solo ha hecho la vista gorda, sino que también ha causado un revuelo por el hecho de que la OMS no aceptara su estigmatización y ha impuesto el cargo de "poner a China como el centro" en un esfuerzo por socavar el sistema mundial de prevención y control de la epidemia. Para decirlo sin rodeos, el enfoque de Estados Unidos es, sin duda, continuar "pasándole la culpa a otros" y evadir su responsabilidad internacional.
La aparición repentina de la epidemia de COVID-19 es el mayor desastre del mundo desde la Segunda Guerra Mundial. Los países deberían haber cooperado, actuado en concierto y haber combatido exhaustivamente bajo la coordinación y el mando de la OMS, tratando de eliminarla lo antes posible. Mientras tanto, China, como el primer país en reportar el brote, ha llevado a cabo una cooperación estrecha y efectiva con la OMS desde el principio, lo cual fue plenamente afirmado y apreciado por la OMS.
Para un enfoque tan justo y razonable, la mayoría de los miembros de la comunidad internacional han brindado un apoyo activo. Sólo Estados Unidos se ha enfurecido y saltado para hacer acusaciones irrazonables. También dijo que "castigaría al culpable de todo esto". La intención y el propósito detrás de escena son evidentes: no solo evitar la responsabilidad actual, sino también sentar las bases para rechazar investigaciones internacionales en el futuro.
La OMS enfatizó repetidamente que el nuevo coronavirus es un enemigo de toda la humanidad, y que ningún país no puede ser ignorado. Estados Unidos se ha convertido en el epicentro, y debería estar a la vanguardia de la etapa actual de la lucha contra la epidemia. El secretario general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, hizo un llamamiento a Estados Unidos y otros países occidentales para que no se involucren en la "politización" de la epidemia. Los países deben concentrar sus esfuerzos en la prevención y el control de la pandemia, comentarios que en general han sido apoyados y muy apreciados por la mayoría de la opinión pública internacional.
En los últimos años, Estados Unidos se ha vuelto adicto a las "retiradas" y se han retirado de importantes organizaciones y acuerdos internacionales, que cubren áreas importantes como las armas, el clima, la biología y la educación, aspectos que ampliamente preocupan a la comunidad internacional. Obviamente, el actual gobierno de EE. UU., que aboga por "remodelar la gloria nacional" en todas partes, está lejos del mundo y de la humanidad, socavando la unidad de la familia internacional y obstruyendo el desarrollo armonioso de la comunidad internacional. ¡El eslogan "Let’s Make America Great Again" es realmente ¨una gran palabra¨! (El autor es investigador de la Fundación de Estudios Internacionales de China)
(Web editor: 周雨, Rosa Liu)