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EE.UU. debería abstenerse de su jugarreta política escudada en el nuevo coronavirus

Pueblo en Línea  2020:04:23.16:38

EE.UU. debería abstenerse de su jugarreta política escudada en el nuevo coronavirus

Foto: www.pixabay.com

Por Zhong Sheng

Beijing, 23/04/2020 (El Pueblo en Línea) - Algunos políticos estadounidenses han vuelto al mismo viejo truco. En múltiples ocasiones han expresado comentarios irresponsables sobre el origen del nuevo coronavirus, situándolo en el Instituto de Virología de Wuhan. Incluso han llegado a declarar, de forma altisonante, que llevarán a cabo una investigación. Sus ridículos comentarios han sido amplificados hasta la exageración por Fox News.

Cualquier persona consciente puede apreciar que esta acusación, infundada y viciosa, va totalmente en contra de la ciencia y el rigor científico. Sin embargo, la politización de estas cuestiones, la propaganda que busca legitimar teorías conspirativas y la estigmatización son, en realidad, cruentos intentos de impedir la solidaridad y la cooperación de todo el orbe. Este insano proceder estadounidense causará enormes daños, especialmente cuando el mundo se enfrenta hoy a desafíos de suma urgencia con respecto a la pandemia en curso.

La búsqueda del origen del nuevo virus es una cuestión grave y racional, que exige enfoques profesionales y que estén basados en las ciencias. Desde hace mucho tiempo, la suposición de que el virus procede de un laboratorio ha sido disipada por científicos de rango internacional. Asimismo, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reiteró que no han existido pruebas que demuestren que el nuevo coronavirus se haya producido en laboratorios o con el fin de fabricar armas biológicas.

El 19 de febrero, 27 expertos de ciencias médicas de ocho países emitieron una declaración conjunta en The Lancet, condenando enérgicamente las teorías conspirativas que sugieren que el nuevo coronavirus no es de origen natural.

El texto expresa que "científicos de múltiples países han publicado y analizado los genomas del agente causal, el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo 2 (SARS-CoV-2), y concluyen de manera unánime que este coronavirus se originó en la fauna silvestre, al igual que tantos otros patógenos emergentes. Esta conclusión está respaldada por cartas de los presidentes de las Academias Nacionales de Ciencia, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos y por las comunidades científicas que representan".

Este criterio científico fue ratificado más tarde por un equipo de investigación integrado por académicos del Instituto de Investigación Scripps de Estados Unidos, la Universidad de Columbia, la Universidad de Tulane, la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Sydney. El equipo de investigación subrayó en un artículo publicado en la revista Nature Medicine que el SARS-CoV-2 se originó por un proceso evolutivo natural y que no es una construcción de laboratorio.

Los políticos de Estados Unidos, cocineros de historias anti-ciencia, tienen objetivos secretos. Están impacientes por provocar problemas, desviar la atención y trocar responsabilidades. Han intentado, desde acusar a Beijing de no informar de manera oportuna a Washington sobre la epidemia, estigmatizar a China asociando el virus con el país hasta exagerar las relaciones entre el virus y el Instituto de Virología de Wuhan(WIV por sus siglas en inglés). Sin embargo, cualquiera que tenga los pies en la tierra y respete el valor que reside en las ciencias notará enseguida la farsa que los políticos norteamericanos han tratado de llevar a escena.

Las cuestiones científicas deben abordarse con enfoques profesionales.

"No tenemos ningún argumento para afirmar que este virus se escapó o fabricó en un laboratorio", recordó el virólogo Emmanuel André, portavoz de Bélgica para asuntos relacionados con el SARS-CoV-2. André también aseguró que la estructura genética de este virus es natural.

La hipótesis de que fue un virus creado en un laboratorio de Wuhan suena como "una visión conspirativa que no se relaciona con la ciencia real", expresó Jean-Francois Delfraissy, inmunólogo y jefe del Consejo Científico que asesora al gobierno francés sobre la pandemia causada por el SARS-CoV-2.

Asimismo, la conocida revista académica Nature, de Reino Unido, señaló que "seguir asociando un virus (SARS-CoV-2) y la enfermedad que causa (COVID-19) con un lugar específico es irresponsable y debe cesar".

Las mentiras nunca pueden escapar de la justicia. La repetida politización de la pandemia por parte de los políticos norteamericanos, que impide la cooperación internacional para la contención del SARS-CoV-2, ha despertado una enorme indignación en la sociedad internacional.

El 2 de abril, el Partido Comunista de China emitió una carta abierta conjunta con 230 partidos políticos de más de 100 países. "Pedimos que se celebren debates profesionales sobre base científica acerca de cuestiones como las medidas de prevención y el origen del virus", subraya la misiva. "Nos oponemos firmemente a la politización de las cuestiones de salud pública y a la estigmatización de otros países bajo la excusa del COVID-19, como también nos oponemos enérgicamente a cualquier comentarios y prácticas discriminatorias contra cualquier país, región o grupo étnico".

Este desafío mundial exige la cooperación mundial. Los resultados iniciales de una iniciativa de las Naciones Unidas para ayudar a decidir la dirección futura de la propia organización han revelado un apoyo abrumador a favor de la cooperación internacional, modelo que ha aumentado considerablemente su actividad desde que el SARS-CoV-2 comenzó a expandirse por todo el mundo. Estando el planeta amenazado por una importante crisis de salud pública debido a una enfermedad infecciosa, los resultados indican que la cooperación y la solidaridad siguen siendo la voz dominante. La pandemia demuestra una vez más la importancia y urgencia de construir una comunidad de futuro compartido para toda la humanidad.

La "presunción de culpabilidad" que le atribuyen a las ciencias nunca será admitida por el genuino espíritu científico y profesional. Cualquiera que desafíe el rigor científico no acabará bien.

Es mejor que los políticos estadounidenses se abstengan de su jugarreta política escudada en el nuevo coronavirus y respeten la evidencia científica, dejen de politizar la pandemia y se unan a la cooperación internacional para combatir la enfermedad con acciones concretas, disipando con la luz de la cooperación los negros nubarrones que provoca la actual pandemia. Deben asumirlo también por la vida y la salud de los estadounidenses, así como por la seguridad de la salud pública global.

Todos los seres humanos habitan dentro de la misma comunidad de futuro compartido. Entonces, lo mejor es ofrecer resultados objetivos para asegurar la patria grande.

(Zhong Sheng es un seudónimo utilizado por el Diario del Pueblo para expresar sus puntos de vista sobre política exterior) 

(Web editor: 吴思萱, 赵健)

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