Foto: www.pixabay.com
Por Zhong Sheng
Beijing, 06/05/2020 (El Pueblo en Línea) - Un médico de Shanghai que estuvo en Wuhan luchando contra la epidemia de la COVID-19 lloró a mares después que no pudo recuperar a un paciente grave que sufrió una repentina tormenta de citoquinas al ser intubado. La dramática escena fue filmada por uno de los colegas del galeno y pronto se dió a conocer en línea, tocando los corazones de todos los chinos.
Aunque sólo exista apenas 1 por ciento de posibilidades hay que esforzarse al 100 por ciento para salvar vidas. Esa ética que ha presidido los actos del médico de Shanghai es un principio moral que late en la propia sangre de la nación china, y destaca la prioridad que otorga el país al tratamiento médico.
La vida es inestimable y salvar a las personas está por encima de todo. Sin embargo, algunos políticos estadounidenses no pueden verlo de esta forma. En cambio, lo ignoran y esgrimen tercas provocaciones.
Siete senadores republicanos han enviado una carta conjunta al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en la que expresan que el país ha cometido el crimen más grave en materia de derechos humanos como respuesta a una pandemia. Sin embargo, esa práctica sólo se convirtió en broma después de ser reportada por los medios de comunicación mundiales. Como destacó John Ross, ex director de Política Económica y Empresarial de la Ciudad de Londres, China ha defendido "el derecho humano clave" en la epidemia letal: ayudar a la gente a seguir con vida.
El derecho a la vida es el derecho humano fundamental, confirmado y garantizado por la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU y la Carta Internacional de Derechos Humanos. El repentino brote de la pandemia es como un espejo que refleja la importancia que los países otorgan a la protección de los derechos humanos y sobre su capacidad para proteger a sus pueblos.
Quienes, para crearle problemas a China, exageran los llamados derechos humanos están profanando los esfuerzos del pueblo chino en la lucha contra la pandemia. El gobierno chino siempre ha tomado la vida y la salud de las personas como su primera prioridad, y está tratando a los pacientes y salvando vidas a toda costa. El país está haciendo todo lo posible por salvar a cada paciente de las garras del nuevo coronavirus, y ha puesto en marcha una "búsqueda general" para asegurarse de que nadie quede relegado. Además, también ha implementado planes de tratamiento diferenciado y cuidados para pacientes en condiciones críticas y severas.
Los esfuerzos antipandémicos de China demostraron plenamente el principio moral del país, así como el alcance de la ética china, de poner a las personas y la importancia de la vida en primer lugar.
Además, en materia de lucha contra la pandemia China también participa en la cooperación mundial con medidas concretas. Y, en la medida de lo posible, ofrece asistencia a los países y regiones que la necesitan, verificando una importante contribución a la causa mundial de la protección de los derechos humanos.
Eduardo Klinger, investigador de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, señaló que el Gobierno chino ha adoptado medidas decisivas y responsables para que la población mundial pueda frenar la propagación del virus. Y agregó que la hipótesis de la supuesta violación de los derechos humanos es un disparate total.
Para crearle problemas a China, los que exageran en el nombre de los derechos humanos están tratando de encubrir su propia incapacidad de respuesta a la pandemia, ya que los llamados derechos humanos son siempre un club de ellos. Incluso en este momento crítico en el que la COVID-19 sigue arrebatando preciosas vidas, no dejan de poner sal en la herida.
Desde el 3 de enero, China ha informado de forma regular a la Organización Mundial de la Salud (OMS), a EE.UU. y otros países sobre la epidemia. Además, al día siguiente los jefes de los centros de control de enfermedades de los dos países intercambiaron información. Sin embargo, tuvo que transcurrir medio mes para que el jefe del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. informara de la situación a los altos funcionarios estadounidenses, y estos últimos hicieran oídos sordos y perdieran dos meses en relación con su respuesta a la epidemia. ¿Por qué sucedió?
Mientras millones de chinos estaban demostrando su fuerza ante el virus y poniéndose en cuarentena en su país para contribuir a la salud del mundo, algunos políticos estadounidenses se quedaron sentados, observando y manifestando que China violaba los derechos humanos. Cuando los casos aumentaron drásticamente en EE.UU. y provocan un aumento de las muertes, los políticos, los órganos de salud y el departamento de presupuesto de EE.UU. se hicieron un lío y pidieron más asignación antipandémica. El 3 de marzo, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. declararon suspender el recuento para la actualización del sistema de las pruebas del nuevo coronavirus. Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos detuvo su aprobación para los reactivos de prueba al nuevo virus, lo que permitió que más de 90 productos de este tipo entraran en el mercado sin ningún tipo de regulación. ¿Cuáles serían los resultados? No es de extrañar que los medios de comunicación estadounidenses describieran la respuesta del gobierno de EE.UU. como desastrosa.
Los que exageran los llamados derechos humanos, para crearle problemas a China, están perturbando la cooperación internacional. EE.UU. se proclama a sí mismo como el guardián de los derechos humanos en el mundo, pero hace tiempo que se ha retirado del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Sin embargo, interfiere de forma arbitraria en la elaboración de las reglas electorales de dicha organización y señala con el dedo acerca de los asuntos de la organización y las condiciones de los derechos humanos en otros países. Cuando la sociedad internacional se enfrentaba a graves problemas a causa de la pandemia actual, la Casa Blanca decidió dejar de financiar a la OMS e incluso amenazó con retirarse del organismo. ¿Con esa actitud es que se protegen los derechos humanos? Además, las sanciones de EE.UU. contra Irán, Cuba y Venezuela perjudican seriamente los esfuerzos de estos países en la lucha contra la pandemia. ¿Con esa actitud puede EE.UU. seguir autoproclamándose el guardián de los derechos humanos del orbe?
Un "crimen contra la humanidad", asi definió la revista médica The Lancet el retiro del financiamiento de la Casa Blanca a la OMS .
La vida es lo más preciado de este mundo. Es por ello por lo que los derechos humanos sin vida ni salud son un concepto vacío. Dentro de la feroz pandemia, los derechos humanos nunca se erigen antes del sagrado acto de salvar vidas.
O los políticos estadounidenses se preocupan más por salvaguardar la vida y la salud de los ciudadanos estadounidenses, o debido a su indiferencia serán condenados por la justicia internacional y la civilización humana.
(Zhong Sheng es un seudónimo utilizado por el Diario del Pueblo para expresar sus opiniones sobre política exterior)
(Web editor: 吴思萱, 赵健)