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Observatorio Internacional: Una prevención ineficaz de la epidemia arrastra a América Latina y Estados Unidos debería asumir su responsabilidad en la pandemia mundial

Pueblo en Línea  2020:05:18.14:29

Por Zhang Xinfeng

Beijing, 18/05/2020 (El Pueblo en Línea) - El 11 de mayo, hora local, el presidente estadounidense, Donald Trump, declaró en una conferencia de prensa rutinaria que "Estados Unidos ha realizado más pruebas para detectar la COVID-19 que cualquier otro país". Una periodista china de la cadena CBS preguntó: "Todos los días están muriendo personas en Estados Unidos, ¿por qué considera esto como una competición internacional?". Trump respondió: "La gente muere en todas partes. Tal vez debería preguntar a China". Después de provocar deliberadamente a China sin ninguna razón, ante las nuevas preguntas de la "reportera que a él no le gustaba", Trump simplemente interrumpió la entrevista, se dio media vuelta y se fue.

Con el empeoramiento gradual de la epidemia de COVID-19, Estados Unidos ha llevado a cabo una lucha política contra la epidemia en varias ocasiones. Cuando nada estaba claro, los políticos estadounidenses comenzaron a difundir teorías de conspiración sobre el nuevo coronavirus, alegando constantemente que China creó y es el origen del virus, y acusando al país de "no ofrecer información verdadera". Además, EE.UU ha incitado a otros países a reclamar una compensación a China, alegando que China es responsable de la pandemia mundial.

La ciencia y los hechos acabarán por descartar rumores y mentiras sin apoyo de evidencias y pruebas

Según la lógica de los políticos estadounidenses, la compensación que reclaman por la epidemia se debe a que cierto país no controló efectivamente la epidemia, lo que provocó su propagación y causó la pérdida de vidas y propiedades a otros países. Entonces, ¿Cuáles son las formas específicas que hacen que la epidemia se propague a otros países? ¿Cuántos casos confirmados en Estados Unidos y otros países del mundo son de China? Una imagen vale más que mil palabras.

La imagen muestra los resultados de la investigación sobre las fuentes de los casos diagnosticados en algunos países (Por Zhang Xinfeng)

Los datos confirman que las acusaciones infundadas de Estados Unidos son claramente contrarias a los hechos. Al mismo tiempo, China ha realizado incansables esfuerzos para combatir la epidemia de COVID-19. El 4 de mayo, la reconocida revista académica "Nature" publicó la investigación de un equipo de investigación científica de China, Gran Bretaña, Estados Unidos y otros países. El estudio demuestra que las tres principales intervenciones no farmacéuticas utilizadas en China para contener la epidemia (restricciones de viajes interurbanos, identificación temprana y aislamiento, restricciones de contacto entre personas y distanciamiento social) han logrado resultados significativos.

El estudio señala que sin la combinación de medidas exhaustivas, los casos de COVID-19 en China podrían haberse multiplicado por 67. Al mismo tiempo, las tres principales revistas académicas "Nature", "Science" y "The Lancet" evaluaron positivamente la efectividad de la lucha contra la epidemia de China y dijeron que la investigación de la fuente del virus debe estar "centrada en la ciencia".

Se puede ver que la "teoría de la compensación" y la "teoría de la reclamación" difundidas por los políticos estadounidenses con fines políticos no se apoyan con evidencias, y la práctica de arrojar agua sucia a China es vergonzosa. La vida no es una moneda de cambio, y los que están en el poder deberían apreciar la confianza del público.

Una prevención ineficaz de la epidemia arrastra a América Latina y las deportaciones aceleran la propagación del virus

Echemos un vistazo a cómo la débil prevención de la epidemia en Estados Unidos ha afectado a otros países. Lo que más merece la pena destacar es que se teme que el gobierno de EE.UU asuma la responsabilidad de la propagación del virus en los países latinoamericanos. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado los esfuerzos para deportar a los inmigrantes ilegales provenientes de México y los países centroamericanos con el objetivo de prevenir y controlar la epidemia de COVID-19.

Según los informes de los medios estadounidenses, la situación epidémica en Estados Unidos es grave: muchos inmigrantes ilegales de América Central siguen solicitando asilo, viven en malas condiciones y no siguen un período de observación en aislamiento lo suficientemente largo antes de ser deportados ni se les realiza la prueba de detección del virus. Hasta el 14 de mayo, los principales países de origen de inmigrantes ilegales deportados eran México, Guatemala, El Salvador y Honduras, con un total de más de 45.000 casos confirmados de COVID-19.

Del 15 de marzo al 24 de abril, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU (ICE por sus siglas en inglés) fletó 21 vuelos a Guatemala, 18 a Honduras, 12 a El Salvador, 3 a Haití y República Dominicana, 1 a Jamaica, y hubo más vuelos a Guatemala hasta la semana pasada. La cadena estadounidense Fox News dijo que las audiencias y procesamientos de solicitudes de asilo en los tribunales de inmigración se han detenido, pero las deportaciones continúan.

El ministro de Salud de Guatemala, Hugo Monroy, dijo el 14 de abril que aproximadamente el 75% de las personas que iban en un vuelo desde Estados Unidos que transportaba inmigrantes ilegales deportados dieron positivo por COVID-19, y el promedio de casos confirmados entre inmigrantes repatriados de Estados Unidos se sitúa entre el 50% y el 75%. Según Associated Press, el viceministro de Salud dijo a los parlamentarios guatemaltecos que 71 de los 76 repatriados dieron positivo en dicho vuelo del 13 de abril. Según las estadísticas, en Guatemala, la proporción de deportados infectados con COVID-19 representa aproximadamente el 19% del total de infecciones en el país.

Al mismo tiempo, hay situaciones similares en muchos lugares de México. El 20 de abril, el gobierno mexicano anunció que 20 migrantes deportados habían sido diagnosticados en Tamaulipas, un estado fronterizo en el noreste del país. En la ciudad de Nuevo Laredo, un inmigrante ilegal que fue deportado por Estados Unidos causó la infección de otras 14 personas en el centro de detención. Según los informes de NPR, los funcionarios y las empresas estadounidenses instaron a la reclasificación de algunas fábricas estadounidenses en México como fábricas importantes. EE.UU espera que estas fábricas y la cadena de suministro entre México y Estados Unidos permanezcan abiertas durante el cierre de fronteras.

Al mismo tiempo, como un grupo de alto riesgo de infección con el nuevo coronavirus, los inmigrantes deportados a sus países de origen suponen un enorme riesgo para la prevención y el control de la epidemia a nivel local, lo que empeora el sistema médico relativamente vulnerable en los países de América Latina.

Tomando a Haití como ejemplo, el país aún no tiene la suficiente capacidad para detectar el virus. Solo hay 100 respiradores disponibles para una población de 11 millones de personas. Junto con el daño a largo plazo causado por desastres naturales como los terremotos, la propagación de la epidemia sería una catástrofe.

Además, según un artículo de The Guardian del 13 de mayo, la mayoría de los inmigrantes de Centroamérica son niños, y la mayoría de ellos viajan a Estados Unidos solos. Según la ley de EE.UU, cuando los menores pasan por los tribunales de inmigración, generalmente se les permite vivir con familiares. Sin embargo, recientemente Trump emitió una declaración de emergencia para deportarlos debido a la pandemia. Solo en abril, 600 menores fueron deportados.

El 8 de abril, 60 instituciones, incluido el Instituto de Estudios Latinoamericanos de Washington y el Centro para los Derechos y la Juventud de los Niños Inmigrantes, emitieron una declaración conjunta condenando la continua deportación de inmigrantes ilegales por parte del gobierno de Estados Unidos durante la pandemia global. La declaración dice que Estados Unidos actualmente ocupa el primer lugar en el mundo en número de casos confirmados. En un momento en el que se están restringiendo los viajes en todo el mundo y se han implementado políticas estrictas de aislamiento en todas partes, la continua deportación de inmigrantes ilegales por parte de Estados Unidos pone en riesgo al mundo.

La imagen muestra una declaración conjunta emitida por 60 instituciones de todo el mundo condenando la deportación de inmigrantes ilegales por parte de Estados Unidos durante la pandemia.

Entonces la pregunta es, ¿quién debería ser responsable de la pandemia global? ¡Pregunte a Estados Unidos!

(Web editor: 吴思萱, 赵健)

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