Investigación internacional: 200.000 vidas, "el fracaso de un país"

Pueblo en Línea  2020:09:22.15:45

"200.000, un fracaso estadounidense"

Por Ye Zhu

Beijing, 22/09/2020 (El Pueblo en Línea) -Diecinueve años después del incidente del 9-11, la revista Time volvió a usar el color negro en su portada. En esta ocasión, el diseño manifiesta el número de muertes causadas por la pandemia del nuevo coronavirus en Estados Unidos durante 193 días, desde la primera muerte, el 29 de febrero, hasta el 8 de septiembre. Actualmente, este número está cerca de los 200.000 fallecidos.

Han pasado ocho meses desde que el 20 de enero el primer caso confirmado apareció en Estados Unidos. Durante este período, el número de personas infectadas aumentó de un millón a más de 6,8 millones, el número de muertes superó la marca de 100.000 personas, alcanzando las 200.000 defunciones. Los medios de comunicación estadounidenses atribuyeron esto al "fracaso de un país": fracasos de liderazgo, a diferentes niveles y partidos políticos, desconfianza general hacia los científicos y los profesionales y un individualismo muy arraigado en la identidad nacional.

Estos factores se confirmaron durante más de 8 meses.

Al comienzo de la epidemia, los políticos estadounidenses predicaron que "esto es sólo una gripe". Faltaron pruebas, seguimiento de contactos cercanos y se alentó a reanudar la normalidad lo antes posible. La voz de los científicos fue suprimida. Algunos legisladores y ejecutivos corporativos que actuaron rápidamente no pudieron evitar el inminente desastre, aunque se beneficiaron de él.

Bob Woodward, un conocido periodista de investigación estadounidense, reveló en su nuevo libro "Anger" que Trump sabía de la gravedad del virus unas semanas antes de la primera muerte por Covid-19 en Estados Unidos. Sin embargo, en múltiples ocasiones el presidente le restó importancia a la amenaza pública que representa el nuevo virus.

El caos causado por la falta de liderazgo hizo que la prevención de la epidemia perdiera el camino en Estados Unidos. El escritor George Packer señaló: "Cada mañana en esa interminable marcha, los estadounidenses se han despertado para descubrir que son ciudadanos de un país fallido. No hay un plan nacional, ni una instrucción coherente. Las casas, las escuelas y las oficinas se dejan solas. Ya sea que se cierren o estén protegidos, sólo puede decidirse por sí mismos en la confusión. Los suministros médicos como unidades de prueba, máscaras, ropa protectora y ventiladores son escasos. Los gobernadores de los Estados le suplicaron a la Casa Blanca, y la Casa Blanca se aburrió, aunque pidió a las empresas privadas que actuaran. Diferentes compañías están exigiendo precios de acuerdo a sus propios intereses. Ciudades enteras se vieron obligadas a convertirse en víctimas de la guerra de los precios. Los ciudadanos recurrieron a las máquinas de coser para ayudar a que el personal médico y los pacientes que carecía de suministros pudieran sobrevivir. Las Naciones Unidas han enviado ayuda humanitaria a los países más ricos del mundo. En un caos extremo, este país se ha quedado sin hogar".

Recientemente, el presidente Trump volvió a mencionar la "inmunidad de grupo" y Pompeo, secretario de Estado se involucró en la "nueva guerra fría", que planeó y no puede abandonar. De acuerdo a una encuesta de opinión pública publicada por Associated Press el 20 de septiembre, la tasa de aceptación a la respuesta del gobierno de Estados Unidos a la epidemia fue del 39 por ciento. En los últimos ocho meses, el enfoque de la Casa Blanca respecto de la epidemia no ha cambiado. Lo único que ha cambiado son los ceros en el número de la lista de fallecidos.

Pero no son meros ceros a la derecha. Son vidas humanas. Son personas mayores que no han recibido una protección adecuada, niños cuyas vidas aún no han comenzado, jóvenes que confían en el futuro. Son afroamericanos y otras minorías que han abrazado el "sueño americano".

¿La pérdida de 200.000 vidas logrará sensibilizar a los políticos estadounidenses?