Portada | China | Economía | Mundo | Iberoamérica | Opinión | Ciencia Deportes | Cultura | Sociedad | Viaje | Fotos | PTV | Tips

español>>Opinión

El gobierno de EE.UU. debería atender el sufrimiento de su propio pueblo

Pueblo en Línea  2021:03:29.13:40

El gobierno de EE.UU. debería atender el sufrimiento de su propio pueblo

Por Zheng Yan

Beijing, 29/03/2021 (El Pueblo en Línea) - China ha publicado recientemente un informe sobre las violaciones de los derechos humanos en Estados Unidos durante el 2020. El nuevo documento ha sacado a la luz el "doble rasero" e hipocresía de Estados Unidos en relación con los derechos humanos.

El informe, publicado por la Oficina de Información del Consejo de Estado de China, revela las irregularidades cometidas por Estados Unidos, incluida la incompetente contención de la pandemia, la disfunción democrática, la discriminación racial, el continuo malestar social, la creciente polarización entre ricos y pobres y el pisoteo de las normas internacionales.

A finales de febrero del 2021, Estados Unidos -hogar de menos del 5 por ciento de la población mundial- representaba más de una cuarta parte de los casos confirmados de COVID-19 en el planeta.

Y en el 2020, la policía estadounidense disparó y mató a un total de 1.127 personas. También se ha señalado en el informe que los afroamericanos tienen aproximadamente tres veces más probabilidades que los blancos de ser asesinados por la policía.

El portal digital Bloomberg informó el 8 de octubre del 2020 que los 50 estadounidenses más ricos del mundo poseen tanto dinero como los activos combinados de los 165 millones de personas más pobres del país.

Estados Unidos, líder mundial en salud y autoproclamado "faro de la democracia", ha quedado atrapado en la pesadilla de la pandemia y golpeado a fondo por la agitación social y las insurrecciones postelectorales.

Ese país, que siempre se ha considerado la fuerza excepcional y superior del mundo, ha visto cómo su propia situación epidémica se descontroló, acompañada de un trastorno político, conflictos étnicos y división social.

Los nuevos testimonios de violaciones de derechos humanos en Estados Unidos han revelado que el pueblo estadounidense goza únicamente de forma nominal de sus derechos civiles y políticos.

"No puedo respirar", últimas palabras del afroamericano George Floyd antes de ser brutalmente asfixiado hasta la muerte por un oficial de la policía estadounidense, se ha convertido no sólo en el grito de protesta de los estadounidenses negros, sino también la voz interna de otros grupos étnicos minoritarios, e incluso de toda la sociedad estadounidense.

Estados Unidos, un país que durante mucho tiempo se ha disfrazado de defensor de los derechos humanos, siempre ha ignorado y pisoteado los derechos humanos de otros países.

En medio de una furiosa pandemia, la imposición de sanciones unilaterales por parte de Estados Unidos les ha impedido a otros países el acceso a suministros médicos. Además, la expulsión forzada de aproximadamente 8.800 niños inmigrantes ilegales no acompañados y la retirada del país de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Acuerdo de París, han demostrado plenamente que Estados Unidos alimenta el aislacionismo y el unilateralismo, destácandose como violador de las normas internacionales, impulsor de los desastres humanitarios y gran perturbador de la seguridad y la estabilidad mundiales.

Los derechos humanos no son un flamante espejo desde el que puede Estados Unidos observarse a sí mismo, sino más bien una porra que ondean para pegar a los demás cuando resulta oportuno.

Estados Unidos, ignorando su sistemática violación de los derechos humanos, actúa incluso como "profesor en derechos humanos". Se dedica a reunir informes sobre otros países, incluso validando contenido no corroborrado. Los llamados actos de derechos humanos se utilizan como pretexto para insmiscuirse en los asuntos internos de otros países, mientras se hacen los de la vista gorda ante el cuestionamiento que reciben por su propio historial sobre derechos humanos.

Ese "doble rasero" demuestra una vez más que las cuestiones de derechos humanos son sólo una herramienta empleada por la Casa Blanca para entrometerse en los asuntos internos de los demás. Al calumniar a otros países y distorsionar los hechos, Estados Unidos busca sus propios intereses y trata de contener el desarrollo de otras naciones.

Hay razones históricas para los problemas de derechos humanos encontrados en el EE.UU. actual. La filosofía de los derechos humanos en Estados Unidos es "congénitamente" defectuosa: los fundadores del país no emplearon suficiente tinta en el preámbulo de la Constitución de los Estados Unidos sobre las nociones de igualdad, incluyendo el respeto por los grupos étnicos minoritarios, el sufragio femenino y la residencia de migrantes.

Las prácticas históricas de los derechos humanos en Estados Unidos son aún más notorias y reveladoras de tragedias que han provocado miles de muertes de civiles inocentes, partiendo de los cientos de años de esclavitud sistemática hasta el irrazonable inicio de guerras en Irak y Siria.

Debido a sus flagrantes abusos contra los derechos humanos, Estados Unidos tiene una deuda incalculable con la sociedad internacional como con su propio pueblo. La protección de los derechos humanos no se logra a través de palabras vacías. La historia no tolera ninguna fabricación en este ámbito. El alarde autojustificado y la mala intención sólo pueden ser enfrentados por aquellos que están del lado de la justicia.

Recientemente, representantes de 116 países y organizaciones internacionales examinaron la situación de los derechos humanos en Estados Unidos e hicieron 347 recomendaciones.

Se entiende bien que el mundo de hoy ya no sigue el mismo patrón donde apenas unos pocos países decidieron todos los asuntos importantes de interés internacional. La era en la que esos países, mediante la elaboración de una serie de preocupaciones presupuestadas en materia de derechos humanos, podían interferir arbitrariamente en los asuntos internos de otros países va llegando a su fin.

Cualquiera que ataque a otros países con mentiras falsas y rumores debe eventualmente ser llevado ante la corte de la historia humana.

Un hombre torcido nunca está calificado para servir como mediador para tratar de corregir a los demás. Frente a la furia en casa, y a la creciente oposición de la sociedad internacional, el gobierno estadounidense podría dedicarse a lidiar con el sufrimiento que sienten sus propios nacionales en casa, abandonar su hipocresía, hegemonía y actitud de "doble rasero" para cumplir en igual de condiciones con el resto del mundo.

Si algunos políticos estadounidenses continúan por ese ilícito camino, podrían llegar a pagar un alto precio por su estupidez e ignorancia. 

(Web editor: 吴思萱, 赵健)

Comentario

Noticias

Fotos