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El turismo de vacunas evidencia la inmoralidad de Estados Unidos

Pueblo en Línea  2021:06:09.15:41

"Hemos llegado a EE.UU. no por el sueño americano, estamos aquí por el sueño de la vacuna", afirmó un ciudadano que había viajado desde Perú para inocularse contra el COVID-19, reporta CNN.

Perú tiene ahora la tasa más alta del mundo de muertes per cápita por COVID-19 con 551 por cada 100.000 habitantes, sin embargo no ha podido obtener suficientes vacunas para su pueblo. Muchos peruanos han tenido que viajar a países extranjeros para recibir su inyección, mientras que EE.UU., que ha acaparado grandes cantidades de vacunas contra el COVID-19, se ha convertido en un obligado "destino turístico" para los necesitados peruanos.

Vial de la vacuna sinopharm en Beijing, capital de China, 1º de junio de 2021 (Foto: Xinhua)

Se estima que 70,000 peruanos ya han viajado al extranjero para vacunarse, detalló un funcionario de Perú. Con el número de personas que viajan de Perú a los Estados Unidos cuadruplicando en los últimos meses, los costos de los vuelos también han aumentado varias veces.

Pero no todo el mundo puede pagar por el turismo de vacunas en EEUU. Según un artículo publicado por el New York Times, la mayoría de los turistas de vacunas a Estados Unidos son latinoamericanos ricos y de clase media, mientras que los latinoamericanos pobres no pueden pagarse el alto costo de los viajes.

Las estadísticas de la Organización Panamericana de la Salud demuestran que aunque se han administrado más de 400 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 en todo el continente, la mayoría de ellas han sido en Estados Unidos. De hecho, solo el 3 por ciento de los latinoamericanos han sido vacunados completamente contra el COVID-19.

Es evidente que el turismo de vacunas nació de la distribución desigual de las vacunas, lo que genera más daño que beneficios en el control de la pandemia y exacerba la brecha social. Si bien a muchos países se les niega el acceso a las vacunas contra el COVID-19, EE.UU. las acapara, agregando leña al fuego.

Estados Unidos ha adquirido unas 2,6 mil millones de dosis de vacunas, una cuarta parte del total mundial. Esto es muchísimo más de lo que realmente necesita. En su ambición, ha dejado cientos de millones de dosis de vacunas no utilizadas apiladas en almacenes, indican los medios occidentales.

"Tenemos un suministro de vacunas que podría ser compartido y estamos preocupados por su fecha de vencimiento", admitió el gobernador de Arkansas a la Casa Blanca, vía telefónica.

Stephen Morrison, director del Centro de Políticas de Salud Global del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Estados Unidos tiene un vergonzoso excedentes de vacunas.

Para finales de año, se estima que el excedente de vacunas estadounidenses superará las mil millones de dosis, precisó un estudio de la Brookings Institution.

"Dado lo delicado que se ha vuelto el tema de la distribución equitativa de la vacuna, es casi seguro que los objetivos de política económica extranjera e internacional de la Administración Biden se verán comprometidos si este asunto se maneja mal", añadió.

Por contraste, es inimaginable que casi una docena de países hayan sido declarados "desiertos de vacunas". En esas naciones ni siquiera los médicos que tratan a pacientes con COVID-19 han sido vacunados.

El excedente de vacunas de Estados Unidos es asombroso, afirmó el portal noticioso Vox, y agregó que es una inmoral que no se compartan con el mundo.

En marcado contraste, China ha tomado medidas completamente diferentes. A pesar de su enorme población y su escaso suministro de vacunas, China ha proporcionado más de 350 millones de dosis a la comunidad internacional, incluida la asistencia en materia de vacunas a más de 80 países y las exportaciones a más de 40 países. Además, China también ha cooperado en la producción con varios países en desarrollo para promover la producción rápida y a gran escala.

“El desequilibrio en la distribución de las vacunas contra el COVID-19 es un fracaso moral catastrófico”, sentenció el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.

En varias ocasiones, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha criticado a algunos países desarrollados por perseguir el "nacionalismo de las vacunas", acaparar vacunas o cerrar acuerdos en privado con los proveedores de vacunas.

Sin embargo, EEUU sigue insistiendo en que el país debe ceñirse al enfoque de "Estados Unidos primero" y restringe la exportación de materias primas de vacunas.

Los políticos estadounidenses siempre han fallado en hacer coincidir lo dicho con lo hecho. Da pena que el llamado “sueño americano” se haya pervertido hacia el “sueño de vacunarse”. 

(Web editor: 吴思萱, 赵健)

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